La sombra blanca de Hiroshima, la ciudad que yace a oscuras bajo las cenizas del hongo radiactivo. Aquella familia que intenta tomarse de las manos, mientras las vísceras de un hombre cuelgan de los árboles para deleite de los cuervos.
La escena podría ser perfecta,
como un cerebro liso, sin surcos
que determinen la variabilidad
del pensamiento.
El horror es disuasivo.
Lo es también todo aquello que desconocemos:
El asesinato.
El coma.
…
Las enfermedades futuras…
En la calle hay un enano que enseña a sus hermanas a dibujar cicatrices en el rostro de sus muñecas. Las prepara para el día en que dejen de jugar y sus pies se hundan en las heces de sus hijos, los verdaderos desterrados.
En todo lo que tocas hay una invisible maquinaria, un doble fondo como en la maleta del espía o en un baile de máscaras.
Allí la vejez abofetea la cara de Narciso.
Allí un crío de escuela aprende las letras
de su primer alfabeto:
• El poeta pasa las horas entre las hienas
que pueblan sus pesadillas.
• La belleza es una mujer harapienta
a la que un perro lame los pies.
nocturne of the century
The white shadow of Hiroshima, city that lies in the dark under the ash of the atomic mushroom. That family trying to hold hands while the entrails of a man hang from the trees to the delight of the crows.
The scene could be perfect
like a smooth brain, without furrows
to determine thought’s variability.
Horror is dissuasive.
So is everything that we do not know.
Murder,
Coma.
….
Future diseases…
On the street there is a dwarf teaching his sisters to draw scars on the faces of their dolls. He is preparing them for the day they stop playing and their feet sink into their sons’ feces, the true exiles.
In all you touch there is an invisible machinery, a false bottom like in a spy’s suitcase or a masquerade ball.
There, old age smacks Narcissus in the face.
There, a school-aged child learns the letters
of his first alphabet:
• The poet spends hours among the hyenas
that populate his nightmares.
• Beauty is a ragged woman
whose feet are licked by a dog.
las lámparas
Escucho el eco de las cárceles en mi conciencia.
Veo a una madre rata parir bajo el colchón.
Disputo con los recién nacidos
la leche que ella ofrece.
Cuando queda algo para mí,
ya está fría.
Los monos, en un texto de Panero,
saltan de árbol en árbol buscándose a sí mismos
en el sacrílego bosque de la existencia.
Y él, recostado sobre la cama del horror,
crea los injertos de la noche y su vacío.
Con una piedra puntiaguda
raya el ojo de una mosca
a pleno vuelo.
Da inicio a la cacería:
Mis manos registran el útero
como un bolso donde la ladrona guarda
la joya que entregará a los perros de la palabra.
Pero estoy aquí,
fuera de la luz y del arte de este siglo.
Sostengo un queso negro
que no alcanza el tono
donde dolor y oscuridad
se vuelven dulces.
Sólo es cuestión de tiempo
para que las ratas se acerquen al veneno
y el viaje hacia la transparencia
desdibuje la habitación.
Hace mucho que no habito
entre formas que me reconozcan
y, sin embargo, no he muerto todavía.
the lamps
I hear the echo of the prisons of my conscience.
I see a mother rat give birth beneath the mattress.
I fight with the newborns for the milk she offers.
When some is left for me,
it is already cold.
The monkeys, in a text by Panero
leap from tree to tree in search of themselves
in the sacrilegious forest of existence.
And he, lying on the bed of horror
grafts the night to its void.
With a pointy stone
he scratches the eye of a fly
in mid flight.
The hunt begins:
My hands search the womb
like the bag where the thief stows
the jewel she will give to the dogs of the word.
But here I am
outside of the light and art of this century.
I hold a black cheese
that does not quite manage to ripen,
where darkness and pain
become sweet.
It is just a matter of time
until the rats draw near the poison
and the journey toward transparency
blurs the room away.
It has been a long time since I have lived
among forms that recognize me
and, even so, I have not died yet.
ejercicios de simetría
i
Ese rostro se deforma con el tiempo. ¿Cuánto demora la belleza en convertirse en un cadáver? La muerte te encuentra y repite su decrépito seseo de niño. Es como si aprendiera a dominar el lenguaje de una marioneta que tiene una de sus cuerdas enredada al cuello.
No son muchas las palabras que resumen nuestro diálogo: horror, traición, doble venganza. Quizás la injusticia de una saga de accidentes, no lo sé.
A mi espalda, el escorpión exhuma lejanas existencias, a filo de lanceta talla la barcaza donde anidará la familia del cuervo blanco. Sospechoso, como Saturno, de devorar a sus crías antes del banquete y de los gusanos de la sangre.
Cuando la humanidad aún no era albacea de carroñeros y los recuerdos caían a la tierra como nueces frescas, buscábamos la leche cuajada en labios de los dioses y arrojábamos al vacío sus inexpugnables máscaras.
Durante mucho tiempo grité «eternidad». Hacerlo una última vez, antes de partir, no cambiaría nada. Las palabras tropiezan con el sonido azul del vértigo y la belleza es una sombra desdeñosa que cojea a nuestro lado.
Trae con ella la invertebrada muerte, responde con evasivas largas notas de suicidio. El poema es un andamio más en el edificio del alma, telaraña temblorosa tejida entre dos juncos:
El poema • su escatología
Durante mucho tiempo grité «eternidad». Hacerlo una última vez, antes de partir, no cambiaría nada. Sus fronteras esparcidas en la cuna perfilaron tu silencio; la mortaja tiñó mi rostro con fríos rasgos de escepticismo.
exercises in symmetry
i
That face deforms with time. How long does beauty take to become a corpse? Death finds you and repeats its decrepit childish lisping. It is as if it mastered the language of a marionette with one of its strings wrapped around its neck.
There are not many words to sum up the dialog: horror, betrayal, double revenge. For all I know, maybe the injustice of a saga of accidents.
At my back, the scorpion exhumes distant existences, by lancet edge it carves the boat with the white crow’s family nest. Suspicious, like Saturn, of devouring its children before the banquet and the blood worms.
When humanity was not yet the guardian of scavengers, and memories fell to earth like fresh nuts, we were searching for curdled milk on the lips of gods and we tossed their unassailable masks to the void.
For a long time, I shouted, “Eternity.” Doing it one last time, before leaving, will not change a thing. Words trip up with the blue sound of vertigo and beauty is a disdainful shadow that limps along beside us.
She is accompanied by spineless death, she replies with long evasive suicide notes. The poem is another scaffold on the building of the soul, a shaky spider web between two reeds:
The poem: its eschatology.
For a long time I shouted «eternity.» Doing it one last time, before leaving, would not change anything. Its borders scattered in the cradle outlined your silence; the shroud stained my face with cold features of skepticism.
ii
¿En qué crees? Te persignas.
El chillido de las gárgolas congela el aire
y descose los hilos del vestido
de la mujer ataviada con una corona
de flores muertas.
Es dulce el Paraíso
y la fantasía de ser aplastado
por el pie del tiempo.
De tu lengua caen látigos,
falsos anatemas, continentes.
Al lector le están veladas
las puertas de la metáfora.
En sus tobillos lleva grilletes
de escapista.
Tres vértebras del cuello de una virgen
forman una catedral
y la bailarina huye de la herida
que moldeó su cuerpo.
¿En qué crees? Te persignas.
La imagen repite otra vez el mundo.
Los límites del futuro no tienen bordes.
No hay quien curve las sombras de los árboles,
desnudos, bajo los elementos.
ii
What do you believe in? You cross yourself.
The screech of gargoyles fills the air
an undoes the stitching of the dress
of the woman who is decked out with a crown
of dead flowers.
Paradise is sweet
as is the fantasy of being smashed
by the foot of time.
Whips fall from your tongue,
false anathemas, continents.
The doors to metaphor
are veiled to the reader.
Around his toes he wears the shackles
of an escape artist.
Three vertebrae from a virgin’s neck
make up a cathedral
and the dancer flees from the wound
that molded her body.
What do you believe in? You cross yourself.
The image repeats the world once more.
The borders of the future have no edges.
There is no one to curve the shadow of the trees,
naked, under the elements.
iii
¿Hacia dónde vas? Te detienes. Es extraño no habitar lo que vemos de la tierra. Los impulsos se reducen a la exacta simetría del tigre, contenidos en la zarpa y en el abismo que muestra a Dios sus incisivos.
Las sombras delinean atajos de deseo y ese niño que gatea, como un ídolo transfigurado, pasa entre miradas sediciosas de hombres que lo sacarían, de un puntapié, de escena.
La túnica en la que flotas huele a flores, a sábanas sucias, a velas de cementerio. Es como si alguien cortara para ti una amapola fresca, pero dejara trozos de raíces en tus bolsillos.
Reunir tus fragmentos se ha transformado en un hábito imposible. Las regiones de las que alguna vez fuiste parte, en ese doble juego de plenitud y vacío, salen en tu búsqueda y piden ayuda.
iii
Where are you going? You stop. It is odd not to inhabit what we see of the land. Impulses are reduced to the exact symmetry of the tiger, contained in the claw and in the abyss that shows his incisors to God.
Shadows outline the shortcuts of desire and that child, crawling, like a transfigured idol, goes between seditious glances of men who will drive him away from the scene with sharp kicks.
The tunic you float in smells like flowers, like dirty sheets, like cemetery candles. It is as though someone cut you a fresh poppy, but left chunks of roots in your pockets.
Gathering your fragments has transformed into an impossible habit. The regions where you were once a part, in that double play between plenitude and void, head out to search for you and ask for help.
Traducción al español de John Burns. De Idolatría del huésped / Idolatry of the guest, Nueva York, 2020.
Tomado de ABISINIA REVIEW, N° 9 ǀ enero – febrero 2022