Te busqué en la Gran Noche de la Estepa,
como el Gengis que abre el pecho a su enemigo,
pero a un águila no se la puede enjaular
si no se ofrece la bandera de otro reino.
Quería tu corazón entre mis manos,
los hurtos perdonables de un niño
que toma una joya por error.
Cuánto pesa la sombra de mi espada
y a cuántos arrastré del cuello
hasta el caldero humeante
para que tuvieras noticias
de mi rostro.
Mírame ahora
bajo el ala de la muerte,
la carga de mi caravana que rompía piedras
y convertía en polvo la meseta
ha desaparecido.
Mírame ahora frente a este río solitario
escupir oro, pero asar los restos
de un ave corredora
. . . . . . . . . . . . . . aturdida por el sol.
Conquisté ciudades del tamaño de un lobo adulto
y en la despiadada metamorfosis
de cambiar montañas por llanuras
dejé de mirar a los hombres
hacia abajo.
Respóndeme: ¿después de desnudarse,
. . . . . . . . . . . .de vendas y de aljabas,
. . . . . . . . . . . .la arquería y ese niño caprichoso
. . . . . . . . . . . .tienen algo qué decir
. . . . . . . . . . . .sobre el amor?
. . . . . . .No me cuentes.
¿Acaso somos esa flecha
que apunta al flanco abierto del astro que se extingue
para después aparecer en un lugar distante
como el odio o el miedo?
Te busqué en la Gran Noche de la Estepa
y en la hurgada servidumbre de la esclava
que recolecta hongos y raíces únicas,
para adornar un altar en sombras,
encontré tus manos.
Mírame ahora
que llevo majestuosamente
una alimaña sobre el hombro
o que me siento a beber sin compañía
en las alfombras invisibles
de la sed.
¿Puedes oír tu nombre
cuando tenso la cuerda de mi arco
como si el amor fuera una perfecta caja
de resonancia?
¿O repito? ¿Hay cetrería más allá del cielo
cuando los ojos y los brazos no regresan
por su halcón?
Por ti vine al mundo
con un coagulo de sangre
aprisionado en mi puño izquierdo
y por ti cosí mi boca con los hilos del gusano
que caía largamente desde las edades
hasta los rincones más oscuros
del carcaj.
Mírame ahora
tirar de los abetos con una cuerda,
para que se inclinen con amorosa sombra
sobre tu caballo.
Dime ahora,
antes de que mis manos rueden
como palomas mutiladas
que imitan el sonido del desastre,
¿todavía somos esos dos arqueros
que separaron flechas
luego de apuntar
al holocausto?
No respondas.
Te busqué en la Gran Noche de la Estepa,
la fuerza de sus muros no era mayor o menor
al coraje de los hombres
. . . . . ... . . . . . . . . . . . . .que la protegían.
Por ti vine al mundo
a posar mi mejilla en el agua clara,
como apoyado a un vidrio,
para que nadie escuche que me alejé de todo
lo que destruyó mi acero.
Conquisté ciudades del tamaño de un cisne joven
y lancé traidores por los acantilados
antes del inicio o del primer impulso
de la aviación.
No sé si la poesía perdonó mi vida,
si la amistad del aire con la seda levantó mi rostro
para que pudiera ver las arenas palpitantes
de tu alcoba.
Allí entré un día con mi bastón en sombras,
pero con actitud de arquero
que dispara flechas
contra ejercitadas armaduras
que no derriba.
Mírame ahora bajo el ala de la muerte
manejar un águila adiestrada de infinitos,
pero esconderla en los bolsillos
como un polluelo de gorrión.
Por ti abandoné la tienda donde el desierto irrumpe
y deja al descubierto las uniones y vendajes
de su arquitectura de papel.
Nuestra lengua es la más hermosa de todas las conocidas
escucha como suena:
. . . . . . . . . . . . . . . .. .. . .conquista,
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . .destreza,
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . libertad.
Parece que la tierra te invitara
a seguirla con el oído,
a dejar que se escape como un chacal
entre las cenizas y las tumbas del invierno.
Respóndeme: ¿a qué llamas ajedrez, montura o caballo,
cuando el lazo de tu música se corta
y solo queda la sombra de un jinete
herido por el sol?
Te busqué en la Gran Noche de la Estepa,
en la caída azul del camellito que recién nace
y que al levantarse advierte
su gibosa carga.
. . . . . . . .No me culpes,
. . . . . . . .traté de prestarle ayuda.
Mírame ahora frente al amor en ruinas,
ante el cosmos sin fondo
de la superficie donde escarbo
para encontrar otra vez arena.
No sé si la poesía perdonó mi vida
o si me arrastré como el pulgar de un guante
que se aferra hasta el final
a su lamentable jaula.
Por ti vine al mundo
a conquistar ciudades del tamaño de un búho niño,
pero terminé como un bárbaro
entre la empalizada del tiempo
y las paredes del luto.
Mírame ahora
que marcho convertido en un Kan.
El tiro de mi arco derribó una montaña
y mi mejor ave de caza mató a una camada de lobos.
Respóndeme: Ahora que hablo desde el Ural durmiente
. . . . . . . . . . . . . .. . .y el Cáucaso lejano, para evitar que me confudas
. . . . . . . . . . . . . .. . .con aquellos elegidos a los que les pesa la asfixia
. . . . . . . . . . . . . .. . .de un compañero de celda en sus cadenas,
. . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .. . . . .. . . ¿volverás?
II
Tu amor es humilde
como una sombra bajo una piedra
y yo lanzo piedras, grito a los pies de la montaña
para que tu brazo despliegue un puente colgante
entre los desfiladeros del amor.
En eso se me va la noche
y en sacar del juego a la ladronería
que te ofrece las cenizas de una rosa muerta.
Aunque nunca he preguntado si tu amor existe,
si la telaraña que se desprende de los árboles
en otoño fue terminada.
Nunca he preguntado o puesto en duda
que una marioneta pueda fingir su ascenso
hacia un cuerpo más humano.
En eso se me va la noche
y en mirar a la mujer que refresca
la espalda del kazajo levantando su camisa.
Tu amor es como esa cima
donde el cielo descansa
y las luces encorvadas de los amantes
se guarecen al interior de un quiosco viejo
abandonado en la penumbra.
Tu amor es la saga de lo mínimo con su tormento,
una farola rota de la que escapa una polilla.
Por eso es imposible imponer mi voz
contra el viento de la estepa,
por eso no respondo al humo fatigante
que confundes con amor.