El cielo ideal
Ricardo Herrera Alarcón. Lom Ediciones 2013
Por Cristián Cruz
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Si me preguntan por qué el Cielo Ideal sería uno de los mejores lugares en donde reposar y darse un baño de sabia poética, diría que estamos en presencia de uno de los mejores libros de poesía de los últimos 10 años en Chile. Espero que esto no sea una mera ilusión, tampoco un voladero de luces o una mueca a la amistad literaria.
Este tercer libro de poesía de Ricardo Herrera, continúa los temas esenciales que recorren su obra: la metapoesía, el suicidio, los “vasos comunicantes” entre alcohol y literatura, el poder y la política, entre otros. Ya tenemos el mítico libro Delirium Tremens (Ediciones Casa de Barro 2001) que abre los fuegos como una verdadera ópera prima, le sigue Sendas Perdidas y Encontradas (El Kultrún 2007), -premio Mejores Obras Publicadas del Consejo del Libro- y ahora este Cielo Ideal.
Digamos que estamos en un Bar llamado El Cielo Ideal, un bar situado al sur del mundo, en la frontera entre lo real e irreal. Si estos lugares fueran habitados por todos quienes nos consideramos tocados por la ilusión y la magia, sumado a la sangre y el desgano, entonces podríamos decir que estamos en un constante pero no menor delirio poético. Si la poesía de Ricardo Herrera se entrega a partir de una declaración de principios etílicos, poéticos y morales, respecto a cómo enfrentar el hecho de ser poeta en un ambiente hostil (sistema económico, político y social adverso) estaríamos de manera contundente ante la mezcla perfecta de denuncia, propuesta, desenlace literario. Son pocos los poetas que logran establecer fronteras específicas sobre cómo manejarse en el mundo y sus vicios.
Esto no es para niñitas, es para (como lo patenta el autor) putas, revolucionarios, utópicos, suicidas, amigos, dipsómanos. Pero que el lector no se pierda, porque a pesar de lo asustadizo que parezca el asunto, Herrera rescata temas y términos cargados de ternura y amor: pareja, mujer, madre, padre, hija, etc. Creo que estamos en presencia de un astuto e inteligente libro que se encarga de problematizar y filtrar en su propia voz a la poesía chilena y sus autores, además de la poesía universal que se deja trasparentar, explícita o levemente: Cielo Ideal y Poesía Chilena, Cielo Ideal y Poesía Rusa, Cielo ideal y Surrealismo, Cielo ideal y poesía, al fin de cuentas.
Repito: son pocos los poetas que logran armar un sello propio. Parafraseando a Huidobro “Los sismógrafos aún no detectan la poesía de Ricardo Herrera”, yo diría que los pluviómetros, los cartógrafos, los topógrafos que determinan la curvatura terrestre, no han detectado la poesía de Ricardo Herrera. Estos personajes que se encuentran supuestamente buscando la panacea entre los repetitivos fenómenos de la poesía chilena, no ven, no palpan, no hacen bien su trabajo.
Cada poema en este Cielo Ideal guarda relación individual consigo mismo, es decir, genera autonomía. Pero una autonomía que no impide hablar de conjunto poético, como si desde el primer al último texto se ejerciera una trama o red que envuelve y determina una constante.
Si esto de la poesía entrega una forma de vida, entonces debemos suponer que la manera de afrontar la literatura por el autor constituye una marca indeleble en todo libro. Nada más testimonial que saberse propietario de un manifiesto personal, intransferible pero peligroso: no se escribe con sangre, pero se huele a sangre; no se escribe con una pistola, pero se huele la pólvora; no se escribe bebido, pero se huele la habitación a humo de cigarrillo y alcohol. No es un berrinche este Cielo Ideal, no es un panfleto para ser leído en la protesta callejera, aunque mucho de lo que dice roza, toca, trastoca las relaciones entre poesía, política y dictadura. Tampoco pretende instalarse como un sacerdocio más entre tantos Antares de la luz de la poesía chilena. Es nada más que cierta verdad para sí mismo, como si el autor creara un mundo regido por sus propias y personales leyes frágiles, casi inasibles. Pero también es una invitación para quien tenga las antenas listas, para entrar a este bar en el cielo de la poesía.
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Selección de poemas El cielo ideal
Las embarcaciones
Las embarcaciones son arrastradas por el viento hacia el centro del lago
No es una película ni una orilla
El espíritu no tiene flauta que tocar en esta postal no tiene muerto que libar en este
/entierro
Occidental a concho se quisiera zen y ser arrastrado con las embarcaciones por el viento
El espíritu quisiera que todo fuera aguas adentro
Aunque fueran intranquilas aguas aguas cenagosas o poco profundas aguas
Quiere flotar sobre ellas sin pensar en nada
Como un poeta surrealista que acaricia un gato entre sus piernas
Las embarcaciones se instalan justo debajo de unas nubes
Que parecen esas gordas de rubens o botero o pirucha
Las gordas abren las piernas y estiran los brazos tan maravillosamente
Que el espíritu siente una envidia que le corroe la carne
Quiere ser una brasa que expulsada del volcán cayera en medio del lago
Quiere ser esas embarcaciones que arrastradas lentamente hacia el centro del lago se
/pierden de su vista
Porque ahora se concentra el espíritu en una muchacha que enciende una fogata
Que bebe de una botella un licor que no logra precisar
Quiere ese licor
Quiere esos labios en esa botella
Quiere ser la botella que es arrastrada hacia los labios de la muchacha
Quiere ser las venas de la mujer y sentir el alcohol alunizándola
Pobre espíritu cansado de pensar el mundo por los otros
Pobre espíritu descalzo
Para morir has llegado hasta acá
Para amar y morir y tejer la chomba que el desasosiego nos ofrenda
Quiéreme aunque haga frío no dejes que me pudra dice el espíritu
Pobre espíritu cansado de correr y pensar en el gusano
Y pensar en la muchacha y la botella y el lago y las embarcaciones arrastradas
Por el viento y en las antiguas libaciones
A los muertos
Espíritu del viento arrastrando las cenizas arrojadas al centro del lago
Fábula de la mujer y los gatos
No hay desesperación y la nostalgia está levemente drogada, levemente adormecida: mira y la realidad se deshace, mira la realidad que baila flotando en éter como dos gatos que se abrazan y juegan con un ovillo de lana que han desovillado ya demasiado. La madre duerme y la hebra que une su tejido con el ovillo desovillado es cada vez más hebra y menos tejido. Cuando ella despierte quizás habrá dejado de creer en las palabras, se llenará de vacío su alma o lo que llaman su alma o su corazón se llenará de hojas. No podemos saberlo. Si tan solo creyéramos todavía un poco en las palabras. Es así como la madre despierta y ya no hay tejido y si mira por la ventana a empezado recién a lloviznar. Penélope invadida por una tristeza que contrasta visiblemente con la alegría de los gatos. Se ha despertado y ha descubierto el vacío. Ha despertado al vacío. Lo que era leve llovizna es ahora tormenta. Las sábanas que ayer abrazaban su cuerpo y que ahora cuelgan del cordel en el patio, se mojan. Pero tampoco hay amargura en esto. Nadie o nada que cuelga a esta hora llora lentas lágrimas sucias. No es todavía tema la pasión en este tejido, en estos palillos míos o en los de ella. Así que empieza otra vez la tarea. La tarea de tejer la realidad. Pero la mujer ya no cree en las palabras.
Un hombre solo en una casa sola
Qué hace un hombre solo en una casa sola?
Lee un poema de Teillier?
Enciende el fuego?
Y si no tiene deseos de encender el fuego?
Llama por teléfono a su esposa?
Llama por teléfono a una amiga?
Llama por teléfono a sus hijos?
Se embriaga y trata de escribir?
Se embriaga y lee?
Se embriaga y piensa en el futuro?
Y si no quiere oír más la palabra futuro?
Se mete a la tina con agua tibia y cuchillo?
O se pone a ver una película?
Escribe cartas?
Y si quiere dormir y no puede?
Y si debe estar despierto y no quiere?
Coloca entonces una a una en su lengua el seconal, el veronal?
Imagina que su casa es un barco ebrio?
Imagina que su casa es un bar pintado por van ghog como dice un poema de decap?
Se pone a conversar con decap?
Conversa con kerouac?
Llama por teléfono a un cuchillo?
Enciende el fuego con un magnolio?
Con la escarcha que ha empañado las ventanas?
Lava la sangre de las sábanas en una tina?
Ve una película donde un tipo escribe cartas en una casa enferma?
Un tipo que se encama con una enferma en una casa sola?
Un tipo enfermo que escucha el teléfono ocupado de su esposa?
La voz de una mujer enferma en el teléfono apagado de una amiga?
Qué hace la casa con este tipo enfermo?
Y si la casa quiere estar sola?
Y si los muebles quieren que nadie los mire?
Y el aire reniega de todo respiro?
Y la tina de toda sangre?
Y la chimenea de todo fuego?
Y el papel en blanco de toda letra?
Y la muerte de todo señorío?
Un hombre solo en una casa sola?
Un hombre solo en una casa enferma?
Teresa
Soy la máquina de hacer poemas
Se me acerca alguien ebrio o llorando
Y pega su mejilla a mi cara metálica
Y dentro de mí empieza a nacer el poema
Que luego expulso por una ranura
Que hay entre mis piernas
La extensión del poema varía
Por los grados de ebriedad o tristeza o el aura
Reconozco el aura
También puedo escribir poemas
A gente muy dichosa
Seres que han perdido la fe
Soy la máquina de hacer poemas
No siento frío por la noche
No siento calor en el verano
Me da lo mismo la lluvia o el sol
No tengo recuerdos ni sufro
Si alguien me abandona
Poemas de amor o de odio
Escribo lo que me pidan
Solo debes pegar tu mejilla a mi cara
Quedarte allí unos segundos en silencio
Y se activa mi memoria poética
Se combinan millones de palabras en mí
Puedo leer tu corazón
No debes decir nada
Solo esperar en silencio que el poema se escriba
Y luego retirarlo de entre mis piernas
Recién salido del horno
Todavía caliente la hoja
Sin sangre sin sudor sin lágrimas
Un poema nuevo entre la niebla
Para tu corazón enfermo
Los barcos
Este es el sol y estas son las estrellas y estas las nubes
Y esas son las mesas de mármol y esos los poetas sonámbulos y más allá podrás
encontrar el principio del mar y si doblas la esquina
Principia el paraíso y si prefieres la otra calle te encuentras los árboles
Y encuentras las sogas y casas donde puedes esconderte y edificios
Donde hallar cuerpos donde perderte y botellas donde termina el mar
Espacios abiertos como ciudades y campiñas estos son libros
Las palabras con las cuales encenderás el fuego y acá el silencio para esa nieve y las hojas y más allá las cortinas la esperanza esa fruta es para morderla y esa escalera para bajar al sótano
Los relojes en las paredes esos y las fotos allí donde la gente ríe tienes vasos para dejar la sangre está el blues y el tatuaje de un blues si te cortas hay vendas y si sientes tristeza unas esferas y si te gusta todo puedes dejar testimonio
(una raya en la pared un hueso que ames) y si nada te satisface estas son las puertas y estos son los barcos que te llevarán lejos
Poética del pequeño dios
Misericordia para mis manos cuando cae la tarde y se posan sobre el teclado
O la hoja en blanco como alas o mariposas
Piedad para mi escritura automática mi poema que se hace trenzas frente al espejo
Y espejea antes de salir a escena a altas horas de la madrugada
Bendice Oh Padre de la Poesía mis voladas
Que no quede a mitad de camino en medio del páramo más desolado y terrible
Con la boca seca y la botella vacía en ciudad extraña o potrero
Que no sea mi canto el rechinar de palabras en la boca
Sino el bálsamo la oración el salmo para los desamparados de la tierra
Poesía necesaria como el pan de cada día oh padre celestial como el aire que exigimos Trece veces por minuto…
No permitas la ironía en mis humildes versos el chiste fácil la insolencia irresoluta
Hazme un humilde siervo de este parnaso donde pululan las ratas escribientes
No me hagas oler las heces con que manchan todo lo que dicen todo lo que tocan
Que sea puro mi palabrar en el gólgota o el bar donde los ángeles beben de tu cáliz
Dame el nam de las palabras que caen del cielo cuando llueve la ceniza del hastío
Hazme fuerte en la adversidad de los días aciagos cuando las musas de meretrices
/ofician
O putean maraquean derechamente hablando padre mío
Y solo me dejan con mis libros mi vino agrio la inconmensurable soledad
Y el desvarío.
A todas partes
Me enamoré de un libro lo llevo a todas partes
Y en las noches lo dejo dormido sobre mi pecho
Y en la mañana al despertar lo primero que digo a mi mujer
Es un fragmento del libro que amo
Luego salimos juntos el libro y yo
Y en el bus una vez que abandonamos el pueblo
Lo tomo entre mis manos como si fuera una avecilla asustada
Como si fuera el oro o un rubí descubierto entre los escombros de mis días
Y lo miro
Como si fueran muslos y no palabras
Y lo toco
Como si fueran senos y no hojas
Inspiración
Se inspira en un bote lleno de agua
Que descansa bajo un sauce
Camina hacia el templo
Busca en las imágenes sagradas
Las películas antiguas
El Veronés ñoquis madreselvas hachazos
Busca inspiración en los acopios de opio
Las cigarras el croar de las ranas en el estanque
La invasión nazi a Polonia
Los soviéticos en Checoslovaquia
Se pierde en el reflejo la cosa social los burdeles bajo toque de queda
Se enfurece porque sus palabras son gatos y no cobras
Gatos y no panteras
Quiere el zarpazo no el maullido
El aullido y no el susurro
Intenta la coprolalia el encabalgamiento la corrida de toros
Trata a las musas de golfas
Y a las golfas de niñas
Que desfallecen al caer la tarde
Se imagina convertido en gárgola alunizando en una aldea de cien habitantes
Se inspira en el trigo la sábana y la sabana
En fardos y trópico
Los hijos los vampiros las cofradías secretas
La diferencia las gallinas el under
Luciérnagas eléctricas bolsas plásticas
La enumeración caótica la métrica más rigurosa
Camina hacia el fondo de la noche
Buscando inspiración en libros de beduinos
Terremotos limones secos
Lo inspira la barca de la medusa
Los rosarios de marfil
Las plaquette de poetas eslovacos
La pellejería del alma en nota zen
Las espadas que rebanan cabezas de corsarios
Las frutas ácidas espolvoreadas de azúcar flor
La ropa de cuero negra y la guerrilla urbana
Las manzanas cabeza de niño las manzanas silvestres
Le inspiran los archipiélagos del sur los emporios de Trovolhue
Los senderos de las liebres
Los comic y la causa indígena
El box de los años setenta
La semejanza entre las olas y los cráteres lunares
Las ligas de seda
Necesita tomar distancia de todo
Correr al abrazo de su semejante
Le inspira el Otro
La forma en que el otro entra o sale de un río.
Para Fernanda
Es sólo cosa
De abrir la tierra y echar un poco de agua
Cuidando que no escape
Por ningún extremo o borde.
Luego arrojas hojas y barcos con guijarros
Y si quieres
También colocas bichos sobre las hojas
O en las habitaciones de los barcos
Colocas aves o animales pequeños. Luego construyes
Otro pozo cerca
Y construyes un canal que una los dos ríos o mares
Por donde desemboquen los barcos y las hojas
Y sobrevuelen las aves o tú sobrevueles vigilando todo.
Si quieres yo te sigo
Construyo al lado del canal una carretera fantasma
Y te sigo hasta el mar
En el auto fantasma.
Para que las mareas se alteren
Tienes que hacer que llueva.
Eso es lo más fácil: mojas tu largo pelo
Y luego lo sacudes
Y empieza la llovizna
La zozobra de las embarcaciones.
Yo te puedo ayudar a construir los barcos si quieres
Y te puedo ayudar también a construir los ríos o mares
Y el canal que todo lo una.
Tú me dices y yo te sigo
Por la carretera fantasma
En el auto fantasma.
Aunque todo eso canse
Las personas conocen a otras personas
Aparecen y desaparecen de la vida
De otras
Eso no debería preocuparnos.
Alguien se aleja de tu vida
Va doblando ya la esquina.
Va a desaparecer para siempre de tu campo de visión.
Pretender que las personas se queden para siempre con nosotros produce nostalgia.
La nostalgia suele entenderse como la ausencia de espuma sobre el mar
El sufrimiento por la ausencia de viento en una tarde soleada.
Creo que te preocupa eso.
Estás alterada y los somníferos no hacen efecto.
Te preocupa eso?
Te preocupa que una persona salga de tu casa golpeando la puerta?
Te preocupa.
Así que voy a llegar a tu casa ahora.
Estamos en el living de tu casa.
Te ves hermosa cruzada de piernas y fumando.
Nos decimos que las personas establecen relaciones
Que van de la indiferencia mutua al acoplamiento sexual.
El abrazo es la zona de inflexión
Abrazarse es como dar el gas del horno antes de meter la cabeza
La confusión sexual suele ser también una forma de indiferencia
Toda vez que las personas se acuestan con otra porque sienten frío
Porque están cansadas de observar la luna llena.
Las personas ven afectadas sus vidas por los ciclos lunares
Que a su vez afectan las mareas que se alteran
Las personas alteradas desean que una ola las arrastre y todo acabe para siempre.
Pero antes que todo acabe suelen reunirse en el café y conversan
Comparten recuerdos y se toman de las manos
Sienten dicha porque su piel sigue cerrada
Lo único cortado es el café que se enfría
Las palabras que ya no guardan relación con el movimiento de los labios
Nos decimos que es tarde y debemos regresar
No pueden las personas andar siempre habitándose
Diciéndose cosas que generalmente duelen y producen heridas
Hay que dormir. Es mejor dormir.
Hay que levantarse temprano mañana y trabajar
Aunque todo eso, todo esto, canse
Los árboles
La existencia de los árboles
Y la imposibilidad que estos tienen de cortarse las ramas
O autoinfligirse hachazos
Comprueba cierta bondad de la existencia
Y comprueba
Nuestra incapacidad de descifrar la naturaleza
La frondosidad del paisaje
El lugar que el sendero ignora
La existencia de los árboles
(sean de hoja caduca o perenne)
Y la imposibilidad que estos tienen
De subirse a otros árboles y colgarse
O subir edificios y arrojarse al vacío
Comprueba la confusión de nuestro lenguaje
La forma que tenemos de relacionarnos y herirnos
(Lo digo pero no lo siento y tampoco lo creo
Lo hago coagular simplemente, lo corto
Y lo sirvo entre la niebla mientras el agua
No sabe si entra o sale de los ojos de quien lee)
La existencia de los árboles
Y su manera de socializar en bosques
De hacer caer sus hojas
De hacer madurar sus frutos
De enredar sus raíces
Comprueba nuestra errónea forma de envejecer
De criar nuestros hijos
De enredar nuestras piernas en la cama
Enamorarse de un árbol
Encontrarse con el árbol en un bar
Caminar del brazo del árbol por la calle
Decirle te quiero ciruelo
Decirle te amo cerezo o te amo manzano
Subir cada tarde al árbol a robar cerezas
Subir cada noche a mover las ramas del árbol
Y rodar con las manzanas
A los pies de los demás.
Oda a los árboles entonces