Proyecto Patrimonio - 2025 | index |
Autores |








Presentación de Claudio Di Girolamo

Memoria a 40 años
"Chile 1970".
El país en que triunfa Salvador Allende


Ediciones Universidad Alberto Hurtado. 2013, 236 páginas
Pedro Milos Editor




Tweet .. .. .. .. ..

Quisiera empezar con algo que sucedió —hace exactamente poquitos días— más de 43 años atrás, que fue la toma de la Universidad Católica[1]. Creo que es un hito muy importante de todo lo que sucedió antes del año 70, antes del triunfo de la Unidad Popular, porque fue casi el detonante de muchas cosas que sucedieron entre el 67 y el 70. Yo me acuerdo de ese día en que se puso el famoso letrero en el frontis de la Universidad Católica: “Chileno, El Mercurio miente”. Y me acuerdo de Miguel Ángel Solar[2], quien de repente, al salir a la calle y mirar el letrero, el lienzo, dijo “pucha, ¿no se nos habrá pasado la mano?”. Yo creo que no se les pasó la mano, porque sigue siendo lo mismo hoy día. Creo que esa gesta fue importante, porque significó, en definitiva, que una revuelta de estudiantes universitarios lograra echar un arzobispo de la rectoría de la Universidad Católica y poner a Fernando Castillo Velasco como rector, un laico[3]. Eso, que hoy día puede parecer normalísimo, en ese entonces fue un detonante muy importante.

¿Por qué me refiero a eso?

Porque dos años después me llama el rector Fernando Castillo y me dice: “Claudio, yo quiero que tú te hagas cargo del canal de la Universidad Católica”. Para tener un poco de contexto de lo que significó el canal de televisión de la Universidad Católica en ese momento, es necesario recordar que por ley —cosa muy extraña, pero no se extrañen mucho, eran cosas que sucedían en otra época— por ley la televisión tenía que estar en manos de las universidades exclusivamente, porque eran las únicas instituciones que garantizaban el carácter cultural de la televisión. Entonces, fue muy impactante para mí esa invitación, porque, además, fue algo que se juntó con otra cosa. El Ictus ya existía hacía casi diez años y resulta que llamaron a Jaime Celedón a dirigir el Canal 9, y a mí el Canal 13, y hubo incluso varios artículos en la prensa alegando como que nosotros habíamos allanado, poco menos, todos los canales de televisión[4]. Lo que se sentía, sobre todo la gente de derecha, era una suerte de allanamiento de la izquierda frente a la televisión.

En ese momento, cuando me hice cargo del canal, ya existía un trabajo previo; hacía casi diez años que se había creado el canal y la dirección había estado en manos de Eduardo Tironi[5]. Y Fernando Castillo, entonces, sacó de la dirección del canal a Eleodoro Rodríguez que ya estaba hacía un par de años, porque, según él, ya había arreglado las finanzas y era bueno que el canal volviera a su carácter de canal cultural universitario. Lo que significó, inmediatamente, hacerme de muchos enemigos, sin tener arte ni parte, que veían en mí una suerte de revolucionario de bolsillo, que venía a cambiar todas las leyes del marketing, en un canal que ya estaba empezando a autofinanciarse. Esto es algo sobre lo que habría que hablar con mucha más profundidad en otro momento, porque cuando llegó la idea del autofinanciamiento a los canales es cuando empezaron a entrar en la competencia del ‘rating’, del marketing, para poder subsistir. Al comienzo, era la universidad la que financiaba los canales de televisión; las universidades, porque la Universidad Católica de Valparaíso, la Universidad Católica de Santiago y la Universidad de Chile fueron las primeras que tuvieron canales de televisión. Yo, respecto a eso, entré en el año 69; fui director del canal durante el 69, el 70 y hasta el 71, cuando la derecha de la universidad logró sacarme del canal por “comunista”.

Para mí fue muy importante lo que se pudo hacer en el canal, porque en ese momento existía ya la Escuela de Artes de la Comunicación, sin la cual no se puede entender realmente lo que sucedió en la Universidad Católica, manejada por David Benavente que tomó la comunicación como algo realmente importante. Ya existían la Escuela de Periodismo y la Escuela de Cine, pero él agarró en una sola escuela todas las disciplinas que tenían que ver con la comunicación. El tenía un lugar muy claro dentro de la estructura del canal, que era toda la parte social donde experimentaba cosas importantes para la gran masa.

Yo llegué al canal cuando ya existía “Sábados Gigantes”, para que se den cuenta cuanto lleva eso. Y me acuerdo que había mucha presión por parte de la gente de izquierda, que estaban ya dentro de la universidad, para que sacara “Sábados Gigantes”. Hasta que fui un día con Mario Kreutzberger[6] a una población y vi realmente lo que significaba a nivel popular ese programa, lo que significaba como un posible contacto para poder llegar a un público mucho más masivo.

Entonces llegué al acuerdo con Kreutzberger, con “Don Francisco” —para que entendamos quien era ya el señor Kreutzberger— de que pudiera yo todos los días sábado llevarme una grabadora a mi casa y grabar el programa, y nos juntábamos los días lunes en la mañana a revisar el programa, para hacer algo con más contenido cultural. Y tengo que decir que, en ese momento, a “Don Francisco” lo encontré una persona muy llana a aceptar las cosas, lo que también creó una ira increíble en la gente de izquierda más extrema de la universidad, que hallaba que yo, poco menos, estaba vendido a la derecha económica.

Entonces, hubo ahí una cosa que, realmente, tenemos que tomar en cuenta. Creo que en ese momento, en el campo de los medios de comunicación, la televisión —yo nada más puedo hablar de televisión— creo que tenía la posibilidad histórica de haber seguido un rumbo para llegar a ser realmente una televisión cultural. Yo tengo una definición, digo que la televisión, con el tiempo, pasó de universitaria a “comercitaria” para luego llegar a ser comercial, y que es en lo que estamos metidos hoy. Recuerden una cosa: la televisión estuvo en manos de las universidades por diez años hasta que el Estado pudo tener su primer canal de televisión, que fue el Canal Nacional, que nació el año 69. Yo me acuerdo que durante mi dirección pudimos llegar a un acuerdo —fue al comienzo del año 70— con el Canal Nacional y el Canal de la Universidad de Chile, con Jaime Celedón, de tener el jueves una noche cultural donde llegar a una competencia leal entre los tres canales; que los tres hiciéramos programas culturales, para que la audiencia pudiera elegir cuál le llamaba más la atención desde el punto de vista cultural.

Ahora bien, ¿por qué pasó esta cosa de los cambios dentro de las universidades?

Ya Iván Núñez[7] se refirió a algo que me pareció súper importante: que con la reforma universitaria de la Universidad Católica surgió el lema de “la universidad como conciencia crítica de la sociedad”. Que no es como hoy, en que, en el fondo, es un peldaño más para llegar a tener un lugar más apetecible, más expectante, en el mercado del trabajo; sino que era algo que tenía que ver claramente con las necesidades culturales de la comunidad y con lo que podían hacer las universidades para acrecentar el patrimonio cultural de la nación. Los canales universitarios tenían que ser reflejo de eso, hasta que llegó el problema de lo prohibitivo que se volvió la posibilidad de seguir con el autofinanciamiento y, entonces, se llegó al compromiso —que empezó diciéndose que era un compromiso por mientras— de tener propaganda. Fíjense que antes no existía tanda de avisos en los canales, se manejaba todo esto sin recurrir a los que hoy día, que son los avisadores, prácticamente manejan los canales de televisión.

Por último, quisiera referirme a lo que sucedió en un día muy especial, hace exactamente 40 años, en el canal de televisión de la Universidad Católica, el día de la elección de Allende, en 1970. Recuerdo que, dos o tres días antes, estábamos felizmente preparando todo lo que significaba la organización de la cobertura de este acontecimiento tan importante, viendo todas las implicancias que eso tenía.

Nosotros teníamos un problema muy importante, pues desde el año 67 ya existía una fuerte incidencia del gremialismo dentro de la universidad, con Jaime Guzmán a la cabeza, donde la FEUC empezó ya a estar en manos de la derecha, con Hernán Larraín, con Cabrera (sic.), con toda esa generación. Entonces, había una presión tremenda para ver exactamente qué se hacía con la elección. Y me acuerdo que pude conseguir una de las mejores personas que existía, un técnico en elecciones, que era un señor Tassara (sic.), que tenía un sistema bien interesante: él ponderaba las mesas según el lugar donde estaban, según los barrios, sobre todo en el gran Santiago, para calcular qué incidencia tenía esa mesa en el conjunto del país, entonces iba dando los porcentajes en la medida en que llegaban las noticias.

Me acuerdo que según los datos del canal, había una tendencia donde Allende iba ganando por muy poco, pero ganando y de repente me llaman por teléfono y me dicen: “Claudio te llaman”. “¿Quién?”. “El candidato Salvador Allende”. Digo: “Mire, Salvador ¿qué pasa?”. Y me contesta: “Usted está dando que voy ganando y usted puede armar una guerra civil porque nosotros tememos que estamos perdiendo”. Digo: “Mire, nosotros tenemos clarísimo que esto es así y, al revés, yo creo que puede armarse algo grande si nosotros llegamos a último momento diciendo que usted va ganando, porque para nosotros es verdad”.

Fue tal la batahola que se armó, que me acuerdo que Fernando Castillo tuvo una decisión muy drástica y tomó él el mando de todo el asunto de la elección, hasta que terminara el proceso eleccionario, que dio, efectivamente, el resultado que nosotros decíamos. Tengo que reconocer que, como siempre ha sido, Fernando fue de una lealtad y de una dignidad tremenda y en una reunión del Consejo Superior, después, me pidió disculpas respecto a eso, porque él sentía que me había pasado a llevar no creyendo que yo podía llevar bien el asunto.

¿Con eso qué quiero decirles? Que eran otros tiempos, otros momentos, en los cuales uno estando en esos ambientes, en esos medios, podía realmente tener el pulso de la situación real. Tenía la posibilidad de hacer algo realmente por el país, tenía la posibilidad de poder aumentar y ensanchar el nivel cultural del país.

Recuerdo que llegó un momento en el cual se estaba dando “A esta hora se improvisa” —y creo que esto es bueno dejarlo aclarado históricamente — y la decisión y la clave del golpe fue dada por Ruiz Danyau en la emisión del domingo, y el martes se produjo el golpe de Estado[8]. Entonces, con eso quiero decirles que nosotros, los que estuvimos en ese momento en la televisión, pensamos, creímos, a lo mejor desde un punto de vista romántico, como decía (Eduardo) Carrasco. Pero yo no me arrepiento de haber soñado y de soñar un país diferente.

Me quiero dirigir en este momento, para terminar, a los estudiantes que están presentes, a los jóvenes: cuidado con el sistema, que les ha quitado los sueños, que los está llenando de cosas. Nada es imposible si uno quiere hacerlo. Y creo que la palabrita sistema es muy peligrosa, porque a veces tendemos a pensar que el sistema es algo informe, algo que no tienen rostro, una máquina que se maneja sola. El sistema es gente y nosotros tenemos el voto para cambiar la gente. Y creo que es muy importante eso, la decisión está en manos de nosotros también. ¿En qué sentido? En que, si uno piensa, cuando se dice que todo lo maneja el rating, todo es tremendo, todo es en base a lo cuantitativo, pero el otro día vi un estudio que me pareció muy decidor. ¿Saben lo que significa un punto de rating? 70.000 personas. Yo quisiera ver qué periódico, qué revista, tiene 70.000 copias que llegan a la gente, directamente a la gente. Entonces ojo, lo cuantitativo está tratando de esconder lo cualitativo. Creo que los medios “pobres” siguen siendo los más eficaces, los más eficaces si queremos llegar a la gente.

La cultura tiene un sentido absurdamente diferente a la ley del menor esfuerzo, mayor rendimiento. La cultura es al contrario, del mayor esfuerzo, menor rendimiento, porque va en profundidad y crea raíces de verdad. Nunca nos encandilemos con la rapidez, nunca nos encandilemos con la eficacia, nunca nos encandilemos con todo lo que significa hacer las cosas rápidas, en 90 días como se quieren hacer hoy día. Tengamos la valentía y la fuerza de perder tiempo pensando, no haciendo cosas al tuntún. En este sentido, y lo digo porque estamos en una universidad, la universidad tiene que volver a pensar, a repensarse como país, a repensarse como identidad y cada joven tiene que volver a pensarse de nuevo, de ver qué tiene que hacer en este mundo, por qué está y para dónde va.

Los sueños son lo único subversivo que nos va quedando, entonces traten de mantener siempre los sueños. Yo tengo 80 años y sigo soñando, sigo soñando un país mejor, un país en el cual podamos tener igualdad, podamos tener libertad y podamos tener equidad para todos los chilenos. Nunca se olviden de eso por favor. No piensen en la carrera como algo que sirve para correr detrás de un sueldo mejor, de una mejor expectativa laboral, piensen en la vocación que tienen, piensen en lo que quieren hacer para mejorar el mundo.

Notas del debate

Yo no quiero con esto criticar a nadie que está en esta mesa ni mucho menos, pero yo creo mucho mas en lo que se dijo el afio 68 en Paris: “Sean realistas, pidan lo imposible”. Cuando nosotros en el Ictus inventamos la televisión alternativa, que para mí era ‘alterativa’ no alternativa, llevándola a las poblaciones y llevándola a los sindicatos durante la dictadura, teníamos poca gente pero llegábamos directamente con un mensaje a la gente. Además filmábamos los foros, los mandábamos a otras comunidades y empezaban a crearse redes entre ellos para reflexionar sobre lo que se les entregaba, una verdad real y no lo que la prensa decía y lo que decía la televisión.

 

 

 

__________________________________
Notas

[1] Ocurrida en agosto de 1967, encabezada por la FEUC, exigiendo cambio de autoridades, reformas en la universidad y mayor participación estudiantil.

[2] Presidente de la FEUC en 1967 y uno de los principales dirigentes del movimiento estudiantil de reforma universitaria en la época.

[3] Como resultado de la presión de los estudiantes, es creado el cargo de prorrector, con el mandato de convocar a un claustro que eligiera un nuevo rector, en reemplazo de monseñor Alfredo Silva Santiago. Fernando Castillo asume la prorrectoría y luego es elegido rector.

[4] La compañía de teatro Ictus fue fundada en 1955 por estudiantes de tercer año de actuación del Teatro Ensayo de la Universidad Católica, entre ellos, Di Girólamo, a los que se suman el mencionado Celedón, así como Nissim Sharim, Julio Jung y Delfina Guzmán, entre otros actores y dramaturgos.

[5] El canal de televisión de la Universidad Católica había iniciado sus transmisiones oficiales en agosto de 1959, año en que Eduardo Tironi Arce asume como su director ejecutivo.

[6] Creador y animador del programa televisivo Sábados Gigantes desde el año 1962.

[7] Ver presentación de Iván Núñez. pp. 73-82.

[8] César Ruiz Danyau renuncia en el mes de agosto de 1973 a su cargo de Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, tras lo cual es invitado al programa televisivo "A esta hora se improvisa", de gran audiencia por los debates que se producían entre invitados de distintas corrientes políticas.

 

 

 


 

 

La escuela en entredicho.
Conversaciones con Claudio di Girolamo

(2017, 202 páginas)

https://www.cultura.gob.cl/publicaciones/claudio-di-girolamo/?

La escuela en entredicho, Conversaciones con Claudio di Girolamo tiene como objetivo generar una reflexión amplia sobre el espacio educativo y de las posibilidades de cambio contenidas en el pensamiento artístico como motor para la auto-organización, la participación, colaboración y creatividad. Con esta finalidad, Claudio di Girolamo nos invita a un recorrido personal que se inicia en la niñez golpeada por la guerra y la pobreza que lo lleva a huir junto a su familia desde Italia —su país natal— hacia un desconocido Chile. Un relato fascinante que nos permite conocer la efervescencia cultural de nuestro país en la primera mitad del siglo XX, y cómo este contexto se conjuga con la sensibilidad social y religiosa de di Girolamo, lo que finalmente conformó el particular legado de este artista.

 


 

 

 

. .








Proyecto Patrimonio Año 2025
A Página Principal
 |  A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Presentación de Claudio Di Girolamo.
Memoria a 40 años.
"Chile 1970. El país en que triunfa Salvador Allende".
Pedro Milos Editor.
Ediciones Universidad Alberto Hurtado. 2013, 236 páginas.