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Una memoria feroz: la novela inédita de Carlos Droguett
Según pasan los años. Allende, compañero Allende. Editorial Etnika, 2019
Por Javier García
Publicado en La Tercera, 13 de Junio de 2019
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Se publica Según pasan los años, donde el Premio Nacional narra su vida en Chile antes de partir al exilio a Suiza en 1976,
donde murió 20 años después, a los 83 años. El manuscrito, corregido en varias ocasiones, estaba en la Universidad de Poitiers, en Francia.
El narrador se llama Carlos. La historia es su drama personal, pero igualmente la historia familiar se cruza con los acontecimientos del país. Acaba de ocurrir el golpe de Estado. Es 11 de septiembre, de 1973. “La mañana de ese martes 11 era calurosa”, recuerda Carlos, quien ese día quería celebrar el cumpleaños de uno de sus hijos, pero la pastelería donde cada año compraba la torta estaba cerrada.
“No lo festejamos, no lo pudimos festejar y, por eso mismo, no lo sabríamos sino después, esa fecha, la fecha de ese día exacto ha quedado indeleble para nosotros”, se lee en la página inicial de Según pasan los años, la novela inédita que ahora se publica del escritor chileno Carlos Droguett.
El manuscrito, que tenía 208 páginas, se encontraba en el archivo del narrador en la Universidad de Poitiers, en Francia. Ahora, la obra desconocida, fechada en 1976, y que tuvo correcciones por su autor en 1978, 1982 y 1989, llega a librerías por editorial Etnika.
Su nombre completo es Según pasan los años. Allende, compañero Allende. El proyecto editorial, llevado a cabo por el poeta Gonzalo Contreras, incluye un prólogo del académico Fernando Moreno. El título será presentado en la Sociedad de Escritores de Chile por Moreno y Diamela Eltit, el próximo 4 de julio, a las 19:15 horas.
“Según pasan los años es un texto autoficcional. El narrador se identifica a sí mismo como Carlos Droguett y acude al material que le proporcionan sus vivencias, su contexto familiar, la situación de sus hijos -Carlos y Marcelo-, su existencia pasada y presente”, anota en el prólogo Moreno.
Luego del golpe militar, el Premio Nacional de Literatura 1970, siguió colaborando con artículos literarios para el diario La Nación. En la novela se refiere a este asunto, pero también a la detención de su hijo médico, Marcelo, en Isla Teja, en Valdivia. A modo de anécdota cuenta que algunos de los presos recordaban haber leído o haber visto en la televisión al escritor Carlos Droguett.
El autor de Patas de perro se exilió en Berna, Suiza, en 1976. No regresó más a Chile y murió dos décadas después, en 1996, a los 83 años.
“Desde hace un tiempo se viene haciendo necesaria una revisión del lugar que ocupa la obra de Droguett en el contexto de las letras chilenas”, escribió hace 10 años en un artículo Álvaro Bisama. “Droguett, que recorrió el siglo XX como un testigo que nunca se resignó a ese rol, fue capaz de armar un corpus literario casi siempre escrito sin concesiones, cuya principal pulsión fue hundirse en los mitos de la identidad nacional”.
Rescate editorial
A pesar de su muerte, el exilio y la ausencia, la obra de Carlos Droguett ha circulado en los últimos años con nuevas ediciones. Han sido editoriales independientes y universitarias las que han reeditado sus libros o publicado textos desconocidos.
Por ejemplo, Lom Ediciones publicó las novelas La señorita Lara y Matar a los viejos, en 2001. Mientras que Tajamar Editores imprimió la crónica Los asesinados del Seguro Obrero(1939) y la novela Eloy (1960), finalista del Premio Biblioteca Breve Seix Barral.
En el caso de Ediciones UDP, publicaron los ensayos Materiales de construcción, en 2009. Ese mismo año, Lanzallamas Libros, reprodujo la conversación clandestina, entre el escritor e Ignacio Ossa (meses después del diálogo fue ejecutado en Villa Grimaldi en octubre de 1975), en el volumen Sobre la ausencia. Más recientemente, han aparecido por editorial La Pollera las novelas El compadre (1967) y El hombre que trasladaba las ciudades (1973), que originalmente solo se editó en España.
Ahora circulará Según pasan los años, donde la voz descarnada y directa de Carlos Droguett narra sin eufemismo el presente, acompañado de Hugo, su amigo, vendedor de libros. En la novela aparecen Salvador Allende, Víctor Jara, Pablo Neruda, los generales Alberto Bachelet y Carlos Prats, el cardenal Raúl Silva Henríquez, entre otras figuras públicas.
“¿Por qué se ríe, don Hugo? dije. Por nada, es decir que me acuerdo de cosas que no debiera, que debiera olvidar ahora, don Carlos, pero Allende era muy enamorado, muy lacho, don Carlos, eso lo sabían la Tencha y su hermana Laura”, escribe Droguett en Según pasan los años.
Sobre los miembros de la junta militar, descalifica a José Toribio Merino y Gustavo Leigh. Sobre el dictador Augusto Pinochet, el escritor que incluso le dedicó un poema –Augusto Pinochet Ugarte viene volando– lo deja por el suelo. Lo llama “el hipócrita cuidadoso” y “general rastrero”.
El panorama es complejo en Chile. Entonces Hugo habla en la novela: “Hay que mantenerse vivos, para la vida o para la muerte, don Carlos, almorzamos entonces, tratamos de almorzar, ¿por qué no llama por teléfono a su señora, don Carlos? Dígale que, por ahora, por motivos del todo conocidos, almorzará aquí, dormirá aquí, hasta que Dios y el diablo quieran”.