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Carlos Droguett: Un maestro de la narración
Por Rodolfo de los Reyes
La Prensa, Curicó 2 de Noviembre 2006
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Carlos Droguett (1912-1997) es uno de los mejores escritores chilenos, vastamente difundido y reconocido por la cantidad y calidad de su prosa, donde fulgura una obra maestra de la novela chilena como es el caso del "Ñato Eloy" basado en las legendarias andanzas del bandido Ñato Eloy, de la Sexta Región, muerto en una infernal balacera en los años cuarenta en plena agreste tierra colchagüina.
Pero volviendo a Droguett, escritor de los setenta, exiliándose en Suiza, donde estuvo silencioso, y distante de los acontecimientos chilenos y a la vez de la escena literaria, salvo unas lejanas escaramuzas literarias en contra de Braulio Arenas a quién llamó "Braulio apenas" y con Enrique Lafourcade. No obstante después de su muerte se sucedieron los homenajes uno tras otro.
Carlos Droguett fue un escritor agudo y polémico desde siempre, desde temprana edad levantó grandes polvaredas en la escena nacional, a raíz de sus irreverentes comentarios y escritos, donde con franqueza interpreta y critica, según su modo de ver, la obra de contados escritores consagrados en la escena pública. Es así que cuando Gabriela Mistral recibe tardíamente el Premio Nacional, Droguett escribe un ácido artículo en el diario "Las Últimas Noticias" donde llevaba varios años trabajando como reportero. A raíz de estos comentarios debe dejar el periódico, pero un tiempo después junto al erudito critico Juan de Luigi, funda el periódico de combate "Extra". Así entra de lleno al periodismo de opinión y debate.
SU OBRA LITERARIA
Droguett es autor de una docena de libros, entre novelas, cuentos y ensayos, entre sus principales títulos encontramos a "Sesenta y dos Muertos en la Escalera" (1953) novela histórica que recrea la famosa "Masacre del Seguro Obrero", ocurrida el 5 de Septiembre de 1938, cuando sesenta jóvenes nacistas, que se habían sublevado en armas contra el gobierno, son abatidos por orden del entonces Presidente Arturo Alessandri Palma. Esta novela fue premiada por Editorial Nascimento.
También encontramos la novela histórica "Cien Gotas de Sangre y doscientas de Sudor" (1961), "Patas de Perro" (1965) novela de ficción, "Supay el Cristiano" (1967) novela histórica, "El Compadre" (1967) novela ficción, "El Hombre que había olvidado" (1968) novela ficción, "Todas esas Muertes" (1971) novela ficción, "Escrito en el Aire" (1972) crónica y "Materiales de Construcción" (1980) ensayo a modo de memoria. Pero sin duda la mejor obra de Carlos Droguett es su novela "Eloy" de 1960, que recibe ese mismo año el Premio Hispano de Narrativa. Traducida a varios idiomas, "Eloy" recibe muchos elogios, uno de ellos del Diario La Nación de Buenos Aires, Argentina que señala:
"Eloy ha de ser una de las tres o cuatro mejores novelas sudamericanas de la década... no tiene precedentes hispanoamericanos... una de las prosas más ricas y deslumbrantes de la narrativa contemporánea".
INFLUENCIAS LITERARIAS
Droguett se confesaba infatigable lector y admirador de William Faulkner, de Marcel Proust y de James Joyce, sin embargo sus mayores influencias literarias las recibe del criollo Pablo de Rokha de quien fue amigo y discípulo, sobre esta herencia literaria se ha señalado que pese a que Droguett era narrador y prosista, en su obra existen fuertes impulsos hacia la poesía y al logro metafórico en todas sus obras. Sobre esta arista de la obra de Droguett encontramos el lúcido comentario del escritor, académico y ensayista Naín Nómez quién señala:
"Las experimentaciones que él hizo con el lenguaje marcaron un rumbo, una diferencia con respecto a la narrativa realista anterior. Con él y Manuel Rojas empieza la novela contemporánea. Ese núcleo surrealista del cual surge, ese núcleo onírico que se despliega a través de su voz narrativa, hace que su obra tenga un interés permanente para el trabajo poético".
Sobre la singular prosa de Droguett y su vinculación con la poesía, el escritor y ensayista Enrique Volpe dice:
"Sumaba a un gran sentido poético un sentido histórico no menor, tenía un lenguaje verdaderamente superior. Poseía un gran conocimiento, un sentido del dramatismo. Logró lo que la novela chilena no había alcanzado nunca, alcanzar cierta magia, sin caer en el realismo mágico, incorporar en el tiempo de la narración lo que de magia hay en la realidad".
A modo de conclusión se puede decir que Carlos Droguett fue un gran novelista pero que no volvió incompatible el género de la novela y la poesía, sino que por el contrario realizó una provechosa simbiosis de ambos estilos. Tal vez ese fue uno de los tantos méritos para recibir el Premio Nacional de Literatura en 1970.