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La patria, un testimonio de muerte

El cementerio más hermoso de Chile. Christian Formoso.
Cuarto Propio, 2008, 357 pp.

Por Felipe Moncada
Revista GRIFO, Escuela de Literatura Creativa Universidad Diego Portales.
Diciembre. 2008: 14. 



La piratería, la sedición, los fusilamientos preceden a una pacificación social que no es más que un extenso lapidario. Cito una Expropiación de Sepultura: “Yo no sabía leer y había que leer/ el diario para ir a firmar la escritura/ así me dijeron, que no fui/ cuando debía haber ido, que no fui/ y por eso perdí la tumba/ y los huesos que me quedaron/ allá enterrados.”

El cementerio más hermoso de Chile es, en una pequeña patria marcada por la inclemencia, la naturaleza despiadada, el hambre y la soledad.

El libro comienza con un extracto apócrifo de La Araucana, como si Ercilla hubiese olvidado fundar con su poesía la última región del territorio, dando comienzo, desde su no-fundación, a una historia de marginalidad: “Sobre sus islas o en tierras bañadas/ por cielos más hondos, o en su silencio/ o en las planicies que lloran calladas/ el luto sin pausa hermano del viento/ se llega a la tierra no cortejada/ por ningún vivo, guardada a los muertos”. Y la presencia de la muerte en el territorio es, precisamente, el norte que sigue este poemario. Un norte señalado por la brújula de los naufragios que pueblan el Estrecho de Magallanes.

Destacable es el continuo cambio de registros desarrollado en los capítulos: el autor hace uno de la prosa poética, de breves poemas con formas de epitafio, otros que parecen ser unas “tumbas parlantes”, pasa por la descripción, el relato alucinado, la crónica al estilo de los navegantes renacentistas o el registro antropológico y los relatos de pobladores de las tomas.

“El cementerio” se edifica, a medida que la historia avanza, por inmigrantes muertos, literalmente de hambre, que esperan barcos de la última esperanza, o por restos óseos de indígenas canoeros que se confunden con los detenidos desaparecidos, cerrando una centenaria tradición de violencia y cobardía. La piratería, la sedición, los fusilamientos preceden a una pacificación social que no es más que un extenso lapidario. Cito una Expropiación de Sepultura: “Yo no sabía leer y había que leer/ el diario para ir a firmar la escritura/ así me dijeron, que no fui/ cuando debía haber ido, que no fui/ y por eso perdí la tumba/ y los huesos que me quedaron/ allá enterrados.”

Los momentos culmines de la obra se logran al coincidir el desarrollo temático con un hallazgo en el lenguaje. Por ejemplo, en el capítulo “Panteón Sucursales”, donde la filosofía del Reality Show se incorpora a la trama, o en “Canción Para los Niños Muertos en los Basurales”, donde se puede leer la voz de Carlos Nahuelpán: “Al tiro cuando entramos/ me mandó una patada, y después otras para/ que no sea maricón, dijo, para que no llore/ como maricón. Al final me dijo comemierda/ mejor no hubieras sido mi hijo, pero/ ya vas a ver”.   

Y si provoca desazón leer el texto, más la debiera provocar el hecho que la violencia, la marginalidad y el hambre siguen siendo una tradición familiar chilena, más allá de la literatura. El cementerio más hermoso de Chile de Christian Formoso –sin caer en un realismo socialista-, resulta un acabado testimonio de aquellas tradiciones patrias, invitándonos a repensarlas.

 
  


Muertos en la Patagonia

Por Artemio Echegoyen
Diario La Nación
LOS PLACERES Y LOS LIBROS
2 de abril de 2009

 

Este libro es un panteón, y eso significa que todo muerto pasa a ser deidad. Aun así, queremos imaginar que estos cadáveres son de carne y hueso, o lo fueron.

"Te digo que te amo aunque sólo te vea en el inventario / de los muertos, aunque tu mano no vaya más allá de tu amor / hecho pedazos ( )": dos versos y medio de un poema cuya cadencia evoca una prosa de letanía, y cuyo título alude a la cosmogonía tehuelche: "La lágrima de Kooch que dio origen al cementerio más hermoso de Chile". Su autor es Christian Formoso (1971), nacido en Punta Arenas, e ignoramos qué relación haya entre ese nombre y el de un homónimo mencionado por Cristián Vila en la contratapa. El volumen, El cementerio más hermoso de Chile, podría entenderse como la poetización de una zona existencial o geográfica donde la vida se define por su cesación, y ocurre en el mar, nacido de la lágrima primordial. Puede ser. Los poemas, en verso o en prosa, suelen ser extensos, alusiones y desarrollos diversos que no dejan de anclarse en tumbas que son reales (o que lo parecen): "Quien destruye lo que ama / como caída de horizonte rojo / marcada, llena de tristeza", dice la primera estrofa de "Gerarda Hernández" (crux mortis 6-XII-1982). ¿Destruyó acaso esa mujer lo que amaba, o fue destruida por el amor, o era una niña o una anciana? Si el dios o lo que sea llamado Kooch crea lo que va a morir, es más clara su lágrima germinal.

Este libro es un panteón, y eso significa que todo muerto pasa a ser deidad. Aun así, queremos imaginar que estos cadáveres son de carne y hueso, o lo fueron. Sobre la "Expropiación de sepultura" habla una "Juana Caicheo": "Yo no sabía leer y había que leer / el diario para ir a firmar la escritura / así me dijeron, que no fui / y que por eso perdí la tumba / y los huesos, que me quedaron / allá enterrados". La sección donde este poema se abre dice "Testimonios de pacificación", y se trata acaso, quién sabe, de la violencia sobre gentes indígenas. Los perdidos huesos ¿eran de Juana o de un suyo fallecido ser querido? A "Panteón sucursales" pertenece "Oro colorado en conferencia de prensa anunciando el gran reality en el cementerio de la Patagonia", que dice: "El reality será estilo pionero / al estilo de las grandes radionovelas / de obreros y pioneros / en los años 20 / en la Patagonia. // La idea es encontrar la pareja / ganadora, la merecedora / de ser enterrada a orillas / de este Estrecho. // El asunto es portarse como cadáveres / que todas las parejas se porten / como cadáveres, compartiendo / sepulcro, sin salir durante toda / su vida. // El premio final será ( )". En la notable tercera estrofa el poema toma vuelo subterráneo, pues el submundo es el cielo: la muerte. Lectura de apoyo en extremaunción consentida.

EL CEMENTERIO MÁS HERMOSO DE CHILE
Poesía
Christian Formoso
Cuarto Propio, 2008
357 páginas

 

 



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"El cementerio más hermoso de Chile".
Poesía de Christian Formoso.
Por Felipe Moncada y Artemio Echegoyen.