no falta nada sino que el esquema mismo se estreche. el deseo
de un agujero más amplio que el mismo reposo escanciado
bajo el sueño de la taberna o el viejo bar o quilombo de la avenida
desapareciendo. la imagen viene de un intermedio. la relación
está lanzada entre la canción y el destino agraciado por la conquista
de un mar no de metros sino de grados de espesor. la cabellera cebada
por donde fluye una onda argentina y un letrero imitando el sentido
de un espejo. un vaso es un gesto repetido a la altura del mismo
que da paso a la imagen siguiente. una imagen repetida desde los años
caídos. sobre el púlpito se remarca el hecho obligado aunque la mayoría
repite solos de guitarra en su cabeza en silencio. otros escuchan
languideciendo. los menos tienen esquirlas aunque todos
las tienen. la lectura vendrá luego. la raíz edificante
de un señuelo pervertido que llama la cantera del intermedio. volverá
a asomar en la imagen de la silla frente al discurso. frente al deber
de la mano ante la silla. frente a una promesa que incluya
la enfermedad y el destino irrenunciable de un desprecio
mal avenido. no es por dar una idea de contención
ni establecerse entre la rumia y el espejismo sin sostener el elogio
ni a ti mismo. otra expedición dirá si el espejismo tuvo sentido.
la imagen del espejismo sin embargo sigue campeando en el asta
hasta cubrir la cima de una cima en una cordillera lejana. parece
una acción de arte. y luego un correo electrónico de saludo
de fin de año. recetas del buen fascismo: no discutir por huevás. salir
a caminar. escuchar. ponerse de ejemplo en pequeñas y grandes batallas
frente a tu angustia de pobre huevón. el deseo no falla. la imagen detallada
del intermedio es la que avanza entre las acequias del vertedero
que viene de dentro. impudicia. ni preguntarse de dónde viene
tanta fe. poner una cucharada de aquello una pizca
revolver. es la misma receta del púlpito y la canción y la silla
y el libelo ante la visión despreciada. algo ha cambiado. reconoces
tu mala calidad de vida. aceptas la imagen la perorata el flanqueo
y el chantaje detrás del vaso del quilombo de la avenida
que va desapareciendo. un comentario un solo comentario elogioso
te revierte toda la escena por unos cuantos minutos. cuántos
te harían falta para completar el cuadro de parte de esa película
de mierda. buscar pero dejar atrás el problema matemático: hallar
el punto pero fallar la proporción. pensar ingenuamente cuándo
se acabará. hacer que te aguijoneen los pies. o cortar el pasto. o
caminar todo un día o tomar hasta que el cuerpo mismo se estreche. no
respetar tu propia imagen ni tu propia conciencia. creerte predestinado
a una imagen un intermedio un púlpito. todo mal.