«28 de marzo. Vida, tragedia y memoria» de Cristóbal Gaete y Gonzalo Olivares Díaz
Editorial Corazón de hueso.
Valparaíso,
126 páginas Por Pablo Molina Guerrero Publicado en ELIPSIS, 9 de marzo 2023
Escribir desde/con el desastre. Reunir las esquirlas, las migajas y buscar recomponer una historia con la tozudez del que mira hacia el pasado para traerlo al presente. Investigar en el territorio. Investigar en los archivos. Desempolvar la memoria. Nicanor Parra escribió: “Creemos ser país / y la verdad es que somos apenas paisaje”. Cuando se piensa en Chile, se piensa en su diversidad de territorios, principalmente. Lo que se suele olvidar son las catástrofes. Estar situados sobre un cordón montañoso que es parte del cinturón de fuego del Pacífico, donde además la placa de Nazca fricciona con la Sudamericana, no es muy auspicioso.
¿Cuántos terremotos en promedio ha vivido cada ciudadano en Chile? Es una experiencia única sentir en carne propia el remezón que impide, en ocasiones, siquiera mantener el equilibrio. No solo está el hecho de que el movimiento afecta a las estructuras urbanas y sus contenidos, personas y objetos, a eso, le sumamos el deterioro de la geografía erosionada por la urbanización. Gracias a la fotografía, han quedado amplios registros del siglo XX respecto a lo que queda en pie tras un terremoto y sus réplicas, incendios e inundaciones.
El presente libro, 28 de marzo firmado por Cristóbal Gaete y Gonzalo Olivares, toma un hecho particular del terremoto de La Ligua de 1965: la completa destrucción del campamento minero El Cobre en la comuna de Nogales, producto del colapso del tranque de relave que sepulta a un número indeterminado de personas bajo millones de metros cúbicos.
Gaete y Olivares, incorporan el tiempo de la investigación en la narración del libro, van y vienen entre pasado y presente. Visitan a los sobrevivientes posterior al “estallido social” del 2019, señalando de paso, las problemáticas actuales que los aquejan. A la vez, recuperan la historia del campamento minero desaparecido, a través de las voces de los que vivieron allí, así como a través de documentos. El campamento minero como un microcosmos, con sus alegrías y penurias: los amores, la educación, el fútbol, las fiestas, el oficio.
Ni siquiera podían recordar sus nombres completos. Uno de ellos dijo a los reporteros que su esposa y sus cinco hijos habían desaparecido bajo el lodo. Con la vista fija adelante, el hombre hablaba lentamente, como forzándose por no creer lo que había visto. “Yo los vi… desaparecieron todos… no pude hacer nada… yo los vi… yo los vi”. ¿Cómo se llama Ud.?, se le preguntó. El hombre, sin responder, seguía con la vista fija en el vacío, repitiendo: “Yo los vi, yo los vi”, señalaba el 29 de marzo de 1965 el diario Clarín. Uno de los testigos entrevistados por los autores, afirma: Yo vi, sin mentir, más de trescientos muertos, y todos los muertos estaban con la impresión de los ojos abiertos y la cara de terror…
El libro contiene una serie de relatos que son terribles, no cabe duda. No solo por el desamparo de estar ante tamaña situación, sino que hay historias sobre la recuperación de los cadáveres, efecutadas por los voluntarios, quienes vieron a la muerte directamente a los ojos. ¿Quién podría decir que no estaría petrificado ante semejante catástrofe? Allí donde había toda una vida, un sistema de vivir, de un momento a otro no era más que un erial.
Etireo Muñoz, carabinero y padre de la poeta Rosabetty Muñoz, recuerda: El campamento quedó en puros escombros, todo hecho pedazos, flotaban las puertas, roperos, muchas casas, todo roto. No podía haber máquinas, excavadoras, bulldozer, no había forma. No había dónde buscar, no había nada, se derrumbó hacia abajo la población, en los bordes quedó puro pantano. Dos o tres kilómetros bajó el relave. Vimos dos días un burro encima del relave, se le veía el lomo y las orejas, pero quién podía meterse a sacarlo; se murió. Si bien, los voluntarios hicieron lo humanamente posible, fue imposible rescatar a todos los cadáveres sepultados bajo el material, debido a esto, el número de fallecidos es indeterminado.
Es importante destacar el prolijo trabajo gráfico y visual del libro. La utilización de la tipografía en distintos tamaños va aportando intensidad al desarrollo de la narración. A la vez, la recuperación del archivo fotográfico, no solo de los medios, sino que también familiares, nos permite adentrarnos desde lo que se dice a lo que se ve y viceversa. Es significativo apuntar que se incluyen pies de foto, que en algunos casos, señalan a quienes aparecen en las mismas, mientras que las que pertenecen a la prensa, utilizan extractos de su fuente periodística. También, la forma del libro, apaisado, nos remite a un álbum de fotografías y lo que ello implica, es como si el lector se internara en una historia ajena y a la vez, familiar.
Como es común en Chile, la reparación e indemnización a las víctimas fue paupérrima. Cada año se realiza una conmemoración a las vidas perdidas por el desastre. Hasta allí asisten los sobrevivientes y sus sucesores a recordar a sus deudos. En el descampado que quedó sobre el campamento minero se oficia una misa y se ofrece la palabra a los presentes. Es así que decenas de personas viven su luto con la persistencia de Sísifo: método que es la única forma de vivir en este país.
28 de marzo es un libro que materializa una memoria que solo persistía en su territorio. La investigación como un álbum de fotografía. La investigación como la puerta de entrada a la conmiseración humana. Décadas han pasado desde aquel suceso que cambió tantas vidas. Quizás es ahora el momento de releer la historia o como lo plantea el verso de Jorge Teillier: “Para hablar con los muertos / hay que saber esperar”.
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Pablo Molina Guerrero (1989, Viña del Mar, Chile). Cineasta, escritor, esposo, padre. Ha publicado el libro de poemas Asfalto (Bathory, 2021, Quilpué). El 2019 fue becario del Fondo del Libro y la Lectura. Ha colaborado con artículos, reseñas, entrevistas, poemas y ensayos visuales en diferentes revistas en México, España y Chile.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com «28 de marzo. Vida, tragedia y memoria» de Cristóbal Gaete y Gonzalo Olivares Díaz
Editorial Corazón de hueso. Valparaíso, 126 páginas
Por Pablo Molina Guerrero
Publicado en ELIPSIS, 9 de marzo 2023