Cosas de Chile
Por C. G. P. Fuentes
Correspondencia a: palabrasonpretexto@gmail.com
En el sur los niños mapuches son alcanzados, por tanto dañados, con perdigones disparados desde Carabineros de Chile, y un Ministro de Estado llama a no magnificar la situación (06 de noviembre, radio Cooperativa). Pesquisando la bipolaridad del Estado, de monocromática a bi(o)cromática violenta, sólo el cargo de Ministro del Interior, con todo su alrededor, es de pesada y arrogante magnificencia y si le llegara un perdigón a él o si hubiese muerto, como el poeta León Ocqueteaux, tras su operación reciente, sería con el Ministro magnificiente funeral, como con el Ex de Carabineros, Sr. Bernales.
Valore la vida señor Ministro, con la suya empatice las demás, pero sobre todo como hombre “maduro, grande, viejo” y por tanto más respetable aún que otras calidades, tipificaciones, clasificaciones humanas, valore la vida de estos niños no para justificar o bajarle el perfil, sino como derecho de usted y de ellos a la supuesta paz de una patria democrática, con malas administraciones en gran porcentaje pero república al fin, nombrable y reconocible por su cada vez mejor fútbol. Y vea usted que lo verdaderamente bananero es tener a Insulza y Lagos metidos en la crisis de Honduras, mientras le llegan perdigones a unos niños en el sur. Despertad en el sur la ira a costa del insano control, en democracia supuesta no se atacan niños, ni se dispara por la espalda, un Carabinero no es un soldado, no es guerra la Araucanía, no se le puede atropellar para extirpar, no se extirpa el pueblo mapuche de Chile, gran parte de él es Chile, y si ese Chile quiere sus tierras y su libertad de vuelta, la encontrará. No hay balas contra eso, así que no se le ocurra, por la santísima patria de la magnificencia católica del alto estrado de Ministro, matar niños. Porque están a un paso y quiero creer que la Presidenta no se va a ir sin un magnificente gesto nacional al Pueblo Mapuche que quiere y no quiere ser parte de esta nación. El Pueblo Mapuche está ensimismado mucho tiempo ya, es cansancio y de pronto se fortalece la rabia, la venganza, el dolor, y se ataca ferozmente. La resistencia que no encontraron los militares dando el Golpe de Estado en la nación chilena, salvo unos focos explosivos que atemorizaban la niñez porque sabías que atacaban las antenas de la pobla’ demasiado cerca de la gente, sí la ha encontrado el Estado en el Pueblo Mapuche, la Corona Española y el Estado Chileno. Sólo se ha desmoronado como territorio y como lengua, incluso quizá como cultura, pero los que están allá no son una causa, son una fuerza étnica viva.
Y en este tono lo siguiente: más allá de la desidia contra Bachelet, ahora más irónica y solapada, en vista de los tapabocas que se han llevado varios ricachones y farsantes que ven deslumbrados y con baba en los dientes como Chile se ha apoderado del mundo con su historia, sobre todo, y apoderado me refiero a agenciado su nombre en un planeta con cientos de naciones y miles de culturas, rincones verdes, amarillos y blancos, mares y océanos. Esa innumerable desidia a Bachelet hace añicos la justicia, cuando se la ha tratado tan mal periodísticamente, a veces como a Pinochet, con el mismo odio pareciera, y ha servido su figura para varias caricaturas tipo Topaze bien ordinarias e incluso para una catarsis sexual con la madre que parió a los que la fotografiaron en traje de baño junto a su amiga para joder un kilo con las fotos y titulares desde todos los ángulos aquellos edipos de prensa y mujeres clown bitter. Esa innumerable desidia, que en el mejor de los casos ha atenuado hoy su falta de respeto, de la que yo creo que es imposible salir ilesa porque en último caso debe pesar tomarle atención a mediocres sin ideas con un tubo en la cabeza entre oído y oído , esa cosa, llámese como se llame y a pesar de todo ello, y con esto termino mi soliloquio porteño de la mala onda con el género de la Presidenta, de la rabia, la envidia, la patología coital de los chilenos, la urbe de hombres buey, ha sido ésta una Gran Administración. Técnica y ordenada, inteligente y oportuna entre los conflictos de la nación chilena, de antigua data y hebra de desigualdad.
No es casual que estalle durante todo su gobierno la Educación y el Pueblo Mapuche y ambas luchas llevadas por los estudiantes de cada sector: secundarios y estudiantes Mapuche asesinados, encarcelados, usados para encerrar a más de 30 dirigentes directos, para quitar material audiovisual, allanar, conceder tierras de vuelta, disparar y casi casi parece, torturar. Sucede en este momento y no en otro porque su estadismo conservador en la norma y jugado en la firma de leyes nada de conservadoras y proteccionistas de lo más vulnerable de la nación chilena, lo permite, y lo permite con esa paz con que parece dirigir un país complicadito como éste. Una experiencia ordenada, prístina, responsable. La historia está llena de buenos y malos populistas, casi todos políticos, ya sea laborando en sus partidos como rancho propio, en el Congreso como rancho de negociación o en el Ejecutivo como rancho público asistencial, traen ideas demasiado de memoria, párrafos de fabuloso bien común, pero muy poco en forma, en aplicación y trecho hecho. La Presidenta se hizo parte de la historia global y habla y se mueve en ella, igual como se escuchaba a Salvador Allende, que de salto en salto fue a dar con un muro tras una venda marxista inaplicable en Chile y en sus ojos, un Presidente ingenuo lo suficiente como para provocar la ira y el desmolde institucional, tsunamis aéreos y lava militar, cosa que esta Presidenta no provocó ni un ápice, ordenando la instrucción de una leyes robustas lo mismo que vinieran de una silenciosa revolución que llegó al poder lo justo como para que se abran las heridas más grandes buscando cura.
Si el pueblo Mapuche no quiere reconocerse como chileno, como formador y parte de la nación chilena que no lo reconoce como tal, allá él, devuelva el Estado las tierras a sus dueños legítimos, cepa y sangre de una nación muy particular. Que se autogobiernen como propone Aucán Huilcamán, Werken del Consejo de todas las Tierras (emplazando una Decretación hacia los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas del 13 de spt. De 2007)
Creo que la exageración y la histeria que provoca la desmesura de confundir democracia y libre expresión con desinformación histórica y ligereza en los juicios políticos en un momento en que toda información es casi infinitamente reproducible, hace que mucha gente que es y se siente de izquierda, lo que ya es bastante anacrónico en el lenguaje, no vea la calidad de la Presidencia de esta Presidenta y eso es lamentable en Chile. Pero es y es su pago de siempre, muy bicentenario, muy típico. No podemos pasar por mejor momento en ese sentido tan patrio y propio.