La melodía suave de la niebla matutina,
La esperanza de los lagos amplios y sinceros,
Pan amasado perfumado con levadura,
La espalda cansada de un eucalipto,
El canto de la perdiz que dispara,
Espíritus de muertos cuidando las casas,
El sabor aguerrido del merkén,
Pilas de troncos talados y taciturnos,
El ganado que señorea los valles,
La ventisca que no alcanza a levantar ánimos,
Botas con barro portando pies cansados,
El aroma y la altivez de los pinos,
El vuelo ligero de las tórtolas de plata,
Le delicada composición del eneldo,
La risa del hijo del dueño del puesto de frutas,
Semblantes tristes como el gris del cielo,
La fragancia hogareña de la canela hervida,
Los volcanes como puños pacíficos,
La dentadura imperfecta de una vecina,
El nido que dentro atesora el universo,
La liebre intrépida que sube una loma,
El cajón de tomates impolutos,
La neblina extendida sobre un lago,
Rayos de sol que conversan con espigos,
El auto que atraviesa un camino de tierra,
Dos inmensos baldes con leche tierna,
La túnica áspera que visten los cipreses,
El sabor subterráneo del enguindado,
El crispar del fuego en los huesos de la leña,
Las piedras de un río de tiempo paleolítico,
La tierra que no germina, angustia del campesino,
Un perro hecho un ovillo que acompaña al otoño,
La hija del panadero que viaja a conocer la capital,
La colorida buganvilia donde creció una muralla,
El liceo donde se canta al alba el himno nacional,
El hombre que espera su turno en una partida de damas,
La guitarra que una joven atesora como su infancia,
La caña con que pesca el cuidador, que perteneció a su padre,
Una cocina a leña al calor de los ancestros,
La pregunta por la familia del quiosquero,
El volantín que vuela seduciendo a los álamos,
Un salmón herido rogando a saltos misericordia,
El plato de sopaipillas como un ramo de girasoles,
La escopeta de voz ronca pendida a la muralla,
Los colores infinitos en el aroma de una carbonada,
El macetero trizado que aún resiste a la planta,
La ventana triste hacia adentro, esperanzadora hacia afuera,
La oscuridad íntima en la garganta del invierno,
El orgullo y arraigo del huaso con chupalla,
El agricultor que a ratos conversa, a ratos canta,
La salsa de vino que al arroz con leche engalana,
La zarzamora cargada de lunares oscuros,
La cara de media sandía, redonda como el verano,
La codorniz y el carpintero, heraldos de la luna,
El pecho sangrante de una loica en el llano…
El sur de Chile está en mi ventana
una nívea mañana lejos de la patria.
Frankfurt am Main
