Proyecto Patrimonio - 2022 | index |
Nicanor Parra | Cristián Huneeus | Autores |










Nicanor Parra, Enrique Lafourcade y Cristián Huneeus
diciembre de 1983


NICANOR PARRA EN CABILDO

Por Cristián Huneeus
P
ublicado en "La Razón" de Petorca. 3 y 18 de diciembre de 1983


.. .. .. .. ..

El martes recién pasado, nuestro gran poeta Nicanor Parra, Premio Nacional de Literatura, Hijo Ilustre de Chillán, ex-alumno de la Universidad de Oxford en Inglaterra, y tantas otras cosas, presentó su último libro, Poesía política, en la Plaza Mulato Gil de Castro. O para decirlo con más justeza, dejó de asistir a la presentación de ese libro. Típico de Parra. El libro, entonces, fue presentado por sus amigos, Lihn, Edwards, Lafourcade, que fueron subiendo a la tribuna a leer poemas de Nicanor y a decir cada uno lo suyo acerca de su obra y su persona. Lamenté, desde Cabildo, que a veces se convierte en un encierro, no poder participar de ese acto que, más que la presentación de un libro, resultó siendo un archimerecido homenaje a su autor. Vayan estas líneas como una adhesión.

Parra, para empezar, me propuso el año pasado, viniendo un domingo a almorzar en Papudo, que formáramos la Academia Chilena de La Ligua para sustituir a la Academia Chilena de la Lengua. Y cuando prologué la última edición, publicada por Andrés Bello, de su Obra gruesa, me dedicó un ejemplar “A Cristián y Soledad, Académicos Chilenos de La Ligua”. Propongo, entonces, a través de estas columnas, la formación de la Academia Chilena de La Ligua.

Parra tiene, y en ello consiste parte de la magia de su arte, una capacidad asombrosa para producir situaciones por la pura asociación de sonidos. Hace algunos años trabajamos juntos en el Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad de Chile. Mi ejemplar de Poesia política está dedicado así “A Cristián y Soledad, en recuerdo del Departamento de Estudios Humorísticos”. Con todo el cariño que le tengo a mi pueblo de adopción, no me queda más que convenir con Nicanor en su juicio acerca de Cabildo. En su segunda visita, el 82, me dijo mirando al pueblo desde la Cuesta de La Grupa: “Es una gangrena que le apareció al cerro. Nunca he visto nada más feo”. Pero cuando me dijo a continuación, “¿Por qué no te fuiste a otra parte en vez de venirte aquí?”, yo me sentí profundamente incómodo. “Lo que pasa, maestro”, le dije, “es que hay una parte de esta cuestión que tú no la entiendes”. “Al contrario, muchacho”, me dijo, “yo lo entiendo todo, ¿se trata de los arbolitos que crecen?”.

Bueno, si de los arbolitos que crecen se trata, voy a seguir con Nicanor Parra en miartículo de la semana que viene.

 

* * *

 

Si de plantas se trata, como decía al terminar mi artículo anterior, voy a seguir con el tema en éste.

La primera vez que Nicanor Parra vino a Cabildo, en el invierno del 79, mientras recorríamos los paltares, me dijo, de pronto: -Yo que tú no me preocuparía más de escribir novelas. Me limitaría a llevar un cuaderno con lo que está pasando aquí, mira tú estos árboles. Y lo publicaría junto con tus diarios de faenas, los talonarios de guías, las libretas de gastos, así, tal cual, las indicaciones del agrónomo, también. Documentos de la vida real. Eso vale más que cualquier cosa inventada.

Para mostrarle que algo de eso estaba haciendo, le di a leer el manuscrito de El rincón de los niños, la novela que publiqué en 1980. Parra nunca ha tenido mucha paciencia con las novelas, la miró un poco por encima y me hizo un comentario amistoso.

Anduvimos a caballo, fuimos a Petorca a mostrarle la iglesia, nos tomamos un trago en el Valsof. Doña Sofía, encantada con la visita, vino a sentarse con nosotros y le puso el tema de su hermana Violeta. Nicanor puede hablar horas de Violeta Parra, sobre quien ha escrito algunos de sus poemas más conmovedores. De regreso en Cabildo, fuimos por la noche a La Rueda. Se impresionó por lo animado del lugar. Eran más de las doce y la cosa recién empezaba a tomar vuelo. Pero nos retiramos temprano. Parra no es trasnochador ni amigo de la fiesta. No fuma. Apenas bebe, y de preferencia sólo vino tinto.

Al día siguiente lo llevamos a la Casa Baltra. Cuando partimos mi mujer y yo a Santiago, se quedó un día más en nuestra casa. “Aquí hay buenas vibraciones”, dijo. Por suerte no le tocó un temblor como el que recién pasó. Semanas más tarde nos mostró los chalecos y frazadas de lana que había comprado en su segunda visita a la Casa Baltra. De tiempo en tiempo me encarga que le lleve un par de chalecos de alpaca.

El año pasado, con su inclinación por la ecología ya transformada en profesión de fe, se espantó por lo mucho que han aumentado los relaves de Las Cenizas a la entrada de Cabildo. -Esto es horrible -me dijo-, si esto sigue creciendo les va a destruir el valle.





 



 

 

Proyecto Patrimonio Año 2022
A Página Principal
| A Archivo Nicanor Parra | A Archivo Cristián Huneeus | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
NICANOR PARRA EN CABILDO
Por Cristián Huneeus
Publicado en "La Razón" de Petorca. 3 y 18 de diciembre de 1983