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Navidad y Matanza
Carlos Labbé. Editorial Periférica, Cáceres, 2007.
171 páginas.
Por Rodrigo Pinto
Revista El Sábado de El Mercurio, 26 de mayo de 2007
La novela como un puzzle para armar es una estrategia
narrativa ya probada, que tuvo en Cortázar a uno de sus principales
cultores. La idea es interesante porque siempre va aparejada a la
ruptura del modelo clásico, del orden convencional, del érase una
vez hasta vivieron felices, y es más provocadora todavía si, además
de lo formal, la propuesta rompe con otras convenciones.
En la segunda novela que publica Carlos Labbé (1977)
se lee, por ejemplo, que el narrador siente escalofríos" cuando lee
que la familia chilena es el sustento moral de la clase dirigente
de nuestro país". Ahí está lo más revulsivo de esta novela. Ciertamente,
Navidad y Matanza plantea desafíos formales y exige una buena
cuota de esfuerzo al lector, aunque, como suele ocurrir con obras
bien hechas, lo mejor es dejarse llevar y suspender las interrogantes.
El puzzle terminará por armarse y con seguridad hay más
de una manera de completarlo. En realidad, eso no es muy relevante.
Con historias que se plantean tal grado de libertad y de juego, que
citan -y por lo tanto, inscriben en la trama- autores como Lewis Carroll
y Georges Perec, que sobreponen planos e historias, que juegan con
la identidad de los personajes como en una galería de espejos, lo
interesante ya es abordar la tarea de armar el puzzle.
Dejarse llevar por el delirio. Que la historia lo es:
siete científicos que usan como clave el nombre de los días de la
semana escriben una novela según un estricto pie forzado mientras
comparten el encierro y la experimentación en un laboratorio, pero
no son los únicos que hablan. Y, más aún, la realidad se cuela por
las rendijas de la ficción, las tramas de afuera y de adentro tienden
a constituirse en una sola, o en las diversas caras de la misma, y
en ese retorcimiento de la trama, en esos relatos dentro del gran
relato, el Chile de los noventa surge extrañamente trastocado –o quizá
sería mejor decir revelado, mostrado, expuesto, al desnudo, reflejado–
en una historia que toma prestados elementos de la ciencia ficción,
del género policial, de la crónica periodística, entre otras fuentes,
para proponer un ejercicio narrativo vigoroso y complejo, que no le
teme a la meta literatura, pero que tampoco renuncia –y esto es lo
más importante– a la vocación de contar buenas historias.