The Murmuration de Labbé:
una mirada crítica más allá de la memoria colectiva del fútbol Por Samantha Siefert publicado en Asymptote Journal y traducido automáticamente
Desde Chile, Carlos Labbé construye un complejo enfrentamiento de lucha de clases y acción colectiva
con el telón de fondo del fútbol profesional.
The Murmuration de Carlos Labbé comienza como un monólogo de The Twilight Zone: una voz robusta te lleva a bordo del tren nocturno de Temuco a Santiago, y una conspiración de incertidumbre e intriga sigue rápidamente. Los cigarrillos se consumen, el esmalte de uñas brilla y la taza humeante de té de matico de un comentarista deportivo retirado se evapora en la noche de una película de cine noir. De repente te encuentras viajando por la oscuridad de un tren de Schrödinger, donde una dirigenta del equipo nacional de fútbol de Chile puede o no estar dormida en su coche de primera clase, o tal vez esté en el coche comedor, tomando una copa con el comentarista deportivo. Ojos furtivos miran a todas partes, notando cada detalle, pero el estilo experimental de Labbé cuestiona la realidad misma, dejando que su arte lingüístico conduzca una pesquisa sobre la identidad chilena, la representación y la memoria colectiva.
The Murmuration, escrita en estilística excelente por Labbé y ahora disponible en inglés en una impresionante traducción de Will Vanderhyden, es un thriller conciso y crítico que utiliza el marco del fútbol profesional para explorar políticas más amplias. Ya conocido por la abstracción en otras obras suyas como Locuela y Coreografías espirituales, Labbé evita una trama tradicional en The Murmuration; en lugar de eso, confía en que un aire de misterio y paradoja mantienen en movimiento la novela. Tres breves capítulos moldean, con licencia artística, una trama conspirativa y relativamente histórica.
Es la víspera de la Copa Mundial de la FIFA 1962 en Chile y se está sellando un trato. Los detalles son vagos y algo surrealistas, pero descubrimos que el comentarista deportivo retirado del tren posee un poder único para influir en los eventos con su voz. La evidencia se presenta en las luciérnagas que sobrevuelan junto al tren en una formación espectacular bajo sus órdenes, y la dirigenta quiere que salga de su retiro para que utilice ese talento especial para guiar a Chile a la derrota, tras seis partidos triunfantes,en semifinales. ¿Por qué debe perder Chile? La dirigenta insiste:
Con su relato el seleccionado llevará esa idea de que existe algo como Chile a la inminencia que alcanzaron los hermanos trasandinos hace una década casi, a ese estado donde supieron llegar los prusianos con su idea de Alemania. Y cuando esos aficionados hayan visto por fin ese borde, esa orilla, en vez de indicarles el camino que sigue subiendo usted los empujará para que caigan. Necesitamos perder justo cuando vamos a lograrlo, que quede como impronta de nuestro pueblo.
Chile perdió los juegos de 1962 y The Murmuration traza paralelismos entre tal evidencia y las corrientes más amplias de la época. Con la Copa Mundial, «están tratando de eliminar al equipo, así como lo están haciendo con los sindicatos, las cooperativas pesqueras, las cooperativas agrícolas, las organizaciones mineras a pequeña escala, los grupos de trabajadores, los movimientos literarios, los sindicatos estudiantiles». Quieren «eliminar la posibilidad de organización horizontal, la importancia de la comunidad, cuya mera idea puede a veces ser una amenaza para ellos». La dirigenta expresa su frustración ante las estructuras de poder existentes y el comentarista asiente.
Dejando atrás los motivos en la oscuridad del tren, el grueso de la novela es un capítulo intermedio en el que el equipo nacional chileno se enfrenta a Brasil en un partido de semifinales. El juego se presenta como una transmisión de radio, en la que el comentarista ejerce sus poderes sobre los oyentes en una emocionante narración:
Gol de Brasil. Se abrazarán ellos, azotaremos nosotros los papeles de diario, los pañuelos y los cojines contra el tablón. No seremos capaces todavía de lamentarnos, de girar hacia ustedes y gritarles amenazas, porque la jugada nos habrá mostrado que en un urdido plural el lanzamiento de Garrincha, aunque virtuoso, será consecuencia y jamás individualidad. El seleccionado de Brasil se habrá puesto un gol a cero en ventaja sobre todos nosotros, pero con eso nos habrá expuesto una manera de llegar a ellos, de encontrarla a usted: cada movimiento, incluso si son puñetazos ajenos desde la derecha, tendremos que sumarlo al nuestro, al anterior y al siguiente en estos campos.
Labbé construye esta sección en el tiempo futuro simple, subrayando la manipulación en curso y creando una sensación de urgencia. Las oraciones largas, a veces más largas que una página, zigzaguean como jugadores en el campo, en formaciones reminiscentes de la tradición literaria latinoamericana clásica con su abrazo a la oración subordinada, pero también con el toque posmodernista del maximalismo. Las lectorías que hayan disfrutado de las descripciones tenísticas de David Foster Wallace pueden encontrar un placer similar aquí, pero aquellos que encontraron aquellas notas al pie tediosas pueden encontrar agotador el compromiso de Labbé con los detalles reales del partido. Es mérito del traductor Will Vanderhyden que la prosa misma nunca sea aburrida y la experimentación de Labbé encuentre un ritmo persuasivo en inglés, manteniendo las páginas en movimiento.
En paralelo, en el palco ejecutivo del estadio emerge una batalla de lucha de clases. Los detalles descriptivos pintan una división social, donde los aficionados ruidosos que gritan obscenidades en las vigas contrastan con los VIP que se acomodan en los asientos de cuero mullido en el palco. Las elecciones estilísticas reflejan esta dicotomía; el "nosotros" borroso del comentarista unifica a jugadores y aficionados, incluso a los miembros del equipo brasileño que son "compañeros", pero los personajes en el palco siempre son un "usted" separado y singular. Se puede inferir que "usted" se refiere específicamente a la dirigenta de la primera sección, pero esto nunca se hace explícito.
La dirigenta es tanto una líder como una forastera del palco ejecutivo. Es la única mujer dirigenta, aunque admite que su posición es solo ilusioria para apaciguar a las personas en el poder real. Así, afirma que se ha convertido en dirigenta
para adueñarme de la pelota. Pero esa fue una idea infantil mía, una idea peregrina que me hizo meterme en la logia, en el club, en la mesa del salón. Lo cierto es que la pelota tiene un dueño y el estadio tiene otro dueño. Esos dueños se ponen de acuerdo para traer desde la cancha de tierra a algunos players que hagan producir excedentes a la pelota y al estadio. La radio, en pocos años la televisión, tienen otros dueños más que ofrecen a estos otros una sociedad para aumentar el espacio del negocio a cualquier territorio, hasta ocupar incluso los ojos y las orejas de la gente que corrió de chica detrás de esa pelota de trapo en la polvareda. Los ojos y las orejas de toda esa gente son propiedad de los mismos que nunca dejarán a una mujer entrar ahí, a menos que esté medio pilucha y entre sus brazos levantados haya un cartel.
La dirigenta también es la única mujer notable en el estadio, así como era la única mujer notable en el tren y su presencia allí es igualmente ambigua. A medida que el capítulo llega a su fin, se ejecuta su golpe: un vial misterioso se guarda en el bolsillo, los cuerpos caen al suelo y ella se desvanece en el ambiente, desapareciendo de la historia.
Un breve capítulo final regresa al comentarista. Se encuentra nuevamente a bordo del tren en viaje de regreso a Temuco, esta vez sorbiendo un té de boldo. Temuco está ubicado en la Araucanía, tierra tradicional del pueblo mapuche, y, después del torbellino del juego en la capital, el viaje se siente como un regreso a un espacio personal. Mientras mira por la ventana, la atención del comentarista se vuelca al paisaje:
por primera vez notó que la parvá de xjuxjú y el rescoldo del viento eran dos asuntos muy distintos, que las hojas de ñjre, pegjn y lawal se arremolinaban, se iban hacia el río o por la grieta indiferentes a su visión, al vozarrón de su Fjcha […]
La elección de palabras y un tono sombrío refocalizan los temas de la novela. Cuando se publicó originalmente hace casi una década, The Murmuration se titulaba La parvá, es decir “la bandada de aves”. La idea de la bandada se repite dentro de la novela, particularmente en los movimientos del equipo nacional que se doblan y retuercen en formaciones geométricas, pero también en las acciones colectivas de los aficionados, directores, conspiradores y quizás del pueblo en general. El capítulo considera la vida del comentarista como individuo por primera vez, así como su papel dentro de la bandada y en la conformación de la narrativa. Su monólogo interior sugiere que de muchas formaciones posibles, solo un camino puede ser elegido.
Los esfuerzos del equipo chileno en 1962 generalmente se recuerdan como una de sus mejores actuaciones y The Murmuration revisita esta memoria colectiva con un ojo crítico, enmarcando la pregunta de quién toma las decisiones y por qué, a la manera de una reevaluación de las estructuras de poder que dan forma a la historia, quizás también como una consideración de la realidad como un resultado de muchas formaciones posibles. Al oscurecer los detalles, el lenguaje cauteloso y paradójico de Labbé se abre a la interpretación y a la contemplación, lo que mantendrá a los lectores comprometidos mucho más allá de las breves páginas de la novela.
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dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com "The Murmuration" de Labbé: una mirada crítica más allá de la memoria colectiva del fútbol.
Por Samantha Siefert.
Publicado en Asymptote Journal, 15 de julio 2024