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Piezas secretas contra el mundo
[fragmento]

Carlos Labbé
En Eñe, Revista Para Leer, N°34 verano 2013, Madrid, España




.. . .. .. .. .

De manera que el guión del videojuego es un poema, antes o simultáneamente. Y también un cuento. Dada la transformación de los textos en esta carpeta se hace necesario otra táctica para disecar ante la Comisión al innominado protagonista de estos papeles, como la que propone Raymond Queneau en «Un cuento a la manera suya» no para preguntarse cuántos modos hay de hallar la evidencia, sino para posibilitar un asomo de contestación. He aquí una primera prueba: 

1. ¿Quiere usted seguir la historia de la cucaracha que sube por la pierna del lector? 
    Si quiere, debe dirigirse a la pieza 4. 
    Si no, a la 2.

2. ¿Prefiere la historia de una barata que se esconde en la madera de un escritorio, esperando el momento adecuado para salir a poner sus huevos? 
    Si lo prefiere, tiene que pasar a la 16. 
    Si no, a la 3.

3. ¿O la de la garrapata que vive tres días en estado natural, pero que en la temperatura ideal de un laboratorio pasa dieciocho años en suspensión, ni viva ni muerta? 
    Si es así, puede ir a la 17. 
    Si no, a la 20.

4. Alguien lee una carpeta con papeles sobre miriápodos, insectos y arácnidos. Absorto en los párrafos de fragmentos secos, largos, incomprensibles, no se da cuenta de que las patas de una cucaracha tan brillante como polvorienta van posándose en los poros de su pierna mientras suben bajo la tela de su pantalón.
    Si es mejor para usted otra descripción, puede dirigirse a la 9.  
    Si esta le viene bien, tiene que ir a la 5.

5. Esta persona siente por fin que está entendiendo la naturaleza de los invertebrados que tanto le inquietan, y empieza a tomar notas al margen de los papeles. 
    Si no cree que está entendiendo a los invertebrados, debe saltar a la 6. 
    De otro modo, a la 7.

6. Mientras escribe la sexta nota, duda seriamente de cualquier comunicación entre un mamífero y un insecto, aun cuando recuerda con genuina emoción una película sobre el comportamiento cotidiano de los insectos y está muy interesada en aquello que los tratados científicos llaman el movimiento particular de los invertebrados. 
    Si quiere saber más sobre esa duda, tiene que ir a la 11. 
    Si no está particularmente interesada, puede seguir a la 7.

7. Entonces un sutil enganchamiento en el interior de su pantalón gris la distrae de sus reflexiones. 
    Si prefiere pantalones de otro color, debe continuar a la 8. 
    Si este color le queda bien, a la 10.

8. Entonces un sutil enganchamiento en el interior de su pantalón negro la distrae de sus reflexiones. 
    Si prefiere pantalones de otro color, puede ir a la 7. 
    Si este color le queda bien, tiene que avanzar a la 10.

9. Alguien lee una carpeta con papeles sobre todo tipo de invertebrados. A medida que va leyendo en los párrafos que esos cuerpos son tan diferentes al suyo, una creciente sensación de que se le eriza la piel le impide darse cuenta de que una cucaracha va subiendo entre los dobleces del pantalón y su propia piel. 
    Si quiere conocer el resto de la historia, tiene que ir a la 5. 
    Si no, a la 20.

10. La persona piensa que de tanto leer sobre anillos, corazas y articulaciones viscosas la aversión la debe estar sugestionando, y que por eso siente el contacto de esas patas torcidas sobre su propia piel. Piensa en otros personajes para los cuales una situación de lectura aparentemente banal como la suya redunda en un final doloroso. 
     Si quiere saber de esos otros personajes, es posible seguir a la 11. 
     Si no, a la 12.

11. Se refiere precisamente a Gregor Samsa ante los catálogos de productos que debe vender, a Alonso Quijano ante el heroísmo de los libros de caballería y a Emma Bovary ante la sensualidad de las novelas de amor. 
    Si quiere saber cuál es el paralelo entre su situación y la de los personajes citados, busque La metamorfosis, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha y Madame Bovary en una biblioteca, y luego olvidémoslos. 
    Si no cree necesario ahondar en el asunto, puede seguir a la 12. 

12. Pero más que un personaje específico, se dice, soy como el adolescente que de tanto jugar un videojuego siente de pronto que alguien más lo maneja por medio de un control a distancia.  
    Si le interesa saber al tiro de ese videojuego, puede pasar a la 14. 
    En caso contrario, a la 13.

13. La persona que lee se pregunta por qué asocia las sensaciones que la imaginación de un invertebrado provoca en su epidermis con las implicancias ideológicas de la masiva práctica de videojuegos por parte de niños y adolescentes en todo el mundo. ¿Por qué? 
    Si le intriga esto, debe continuar a la 14. 
    Si no, es necesario seguir a la 14 igualmente, porque de todas formas usted no lo sabe.

14. Tanto los videojuegos como los insectos se mueven –se da cuenta– mediante estímulos simples de atracción y repulsión. En cambio yo leo sobre las secreciones y las branquias que permiten a un artrópodo seguir avanzando aun con su cabeza cortada, siento que mi piel se eriza de repugnancia y sin embargo quiero saber más sobre eso. Ya veo. 
    Si quiere ver también, tiene que saltar a la 15. 
    Si no, a la 15 de todas maneras. Porque no va a ver nada.

15. La persona decide dejar de leer la carpeta con papeles sobre miriápodos, insectos y arácnidos. Se levanta, camina por los pasillos y se dirige a la cocina. Entonces se felicita porque ya no puede siquiera recordar la sensación de unas diminutas patas ganchudas entrando en la piel de su pierna. Privado de la repulsión que le produce leer sobre la conducta de los insectos pierde la posibilidad de saber cuánto una barata necesita evitar el erizamiento de su piel.  
    Si quiere saber cuánto una barata necesita evitar el erizamiento de su piel, puede continuar a la 16. 
    Si prefiere no saberlo, a la 20.

16. A pesar de que en el caso de las baratas de mayor tamaño basta un pedazo de madera o incluso un hoyo en la tierra seca para establecer un nido, aquellas más pequeñas prefieren los organismos cálidos de los animales superiores. Existe una rara especie, casi imperceptible al ojo y al tacto humano, que busca el poro del mamífero lampiño para dejar sus huevos. 
    Si la barata le desagrada, tiene que ir a la 20. 
    Si le interesa, le recomiendo saltar a la 18.

17. Cuenta Giorgio Agamben en Lo abierto que en un «laboratorio de Rostock una garrapata [es] mantenida con vida por dieciocho años sin alimento, es decir, en condiciones de absoluto aislamiento de su entorno». 
    Si esta garrapata le desagrada, puede ir a la 21. 
    Si le interesa, debe continuar a la 18.

18. Quien lee esto no sabe que el hecho de enterarse que determinado insecto lo puede parasitar es necesario para provocar el erizamiento que instintivamente contrae los poros de su piel, de manera que los huevos de la pequeña barata son expulsados por efecto de la presión. Aun así, ¿cómo este tipo de barata se perpetúa? Agamben se lo pregunta también: «¿cómo es posible que un ser vivo que consiste enteramente en su relación con el medio pueda sobrevivir cuando se le priva absolutamente de él?». 
    Si quiere saber la respuesta, quiere seguir a la 19. 
    Si no, tiene que avanzar a la 20.  

19. Simplemente se esconde, esperando el momento adecuado para salir a poner sus huevos, en un tipo de madera especialmente abundante, oculta y cercana que se llama papel.  
    Si necesita saber lo que sigue, debe seguir a la 20. 
    Si no quiere saber más, a la 20 de todos modos.

20. Sólo queda dar vuelta la página. 



 

 


 

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