La obra de Cesar Millahueique, que comprende los libros «Profecía en Blanco y Negro o las 125 líneas de un Vuelo» [autoedición, 1998] y «Oratorio al Señor de Pucatrihue» [Mosquito Ediciones, 2004], es una propuesta poética singular en la escena literaria indígena y chilena de comienzos del siglo XXI. «Profecía en Blanco y Negro...», por ejemplo, es un texto que por su contenido, se aleja notablemente de la poesía escrita por otros autores de origen mapuche. En este extenso poema una mujer anónima [machi, cautiva, prostituta, loca] relata las visiones que la asaltan en su viaje hacia el origen:
[...] Soy la Santa postmodernista, soy el festín de la vida, la que ama, la que odia, la que entierra a sus amantes al borde del océano, la que busca tus labios y vomita horizontes proféticos, soy la energía que circula en los ojos de una gata negra, soy el evangelio que abre sus piernas [...]
Libro torrencial y catártico, sexuado y trasgresor, «Profecía en Blanco y Negro...» es un texto atípico no sólo por la articulación de una voz femenina en un libro de autor masculino, sino que principalmente por el tono apocalíptico y desprejuiciado con que la sujeto hablante descarga los delirios de su trance.
«Oratorio al Señor de Pucatrihue», por otro lado, es un libro que fusion y denuncia política y la reivindicación religiosa, centrándose en la figura del Abuelo Wenteyao, espíritu protector de la colectividad huilliche. Millahueique asume aquí una voz colectiva que a lo largo de 21 secciones o cantos se interna en el paisaje humano y natural de San Juan de la Costa, territorio degradado por continuas usurpaciones de criollos y extranjeros. Wenteyao es, en este contexto figura mística que conjura el mal, la depredación y la muerte, el ser religioso que permite la reconstrucción de la memoria y la continuidad de las estirpes indígenas amenazadas por la ambición winka y por la aculturación. «Oratorio al señor de Pucatrihue» despliega en sus cincuenta y una páginas un lenguaje solemne, en una especie de rogativa textual que revisa y denuncia parte significativa de la historia huilliche del siglo XX.
—¿Dónde vives? - le pregunté.
—Por sobre los árboles está el mar - me dijo.
—¿Dónde está tu casa? - le pregunté.
—Por esos lares...donde se esconde la luna- respondió
—¿Hacia dónde caminas?
—Donde desembocan todos los ríos- me dijo
—¿Y dónde están tus hijos?
—Bajo todas las lluvias- respondió
—¿Y tu mujer...? ¿Dónde está tu mujer?
—Descalza por Avenida República- me dijo- —lleva una vela prendida a contraviento —por la luz la reconocerás
—[Epu Kiñe, fragmento]
Millahueique ha construido, hasta la fecha, discursos líricos ajustados a la poética y al versículo libre en poemas de larga extensión que funcionan, acá, como monólogos y diálogos dramáticos. Se trata de una poesía que pareciera haber sido escrita no para la lectura silenciosa e individual, sino para la declamación y la teatralización. Los personajes o hablantes de estos poemas interpelan con una voz profética que recorre los pliegues de la historia, de la identidad, los sueños, del dolor y de la muerte, en una especie de trance chamánico convulsionado por la compleja realidad política, histórica y cultural de los indígenas de Chile.
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com La obra de Cesar Millahueique
Por Jaime Huenún
Publicado en PLUMA Y PINCEL, N°185, junio de 2005
