Navíos (Sol Negro, 2024), segundo poemario, de Rosina Valcárcel fue publicado por primera vez hace cincuenta años. Es un libro cuyo lenguaje destaca por su sencillez y frescura. En él, la enunciante es una joven navegante que recorre y habita caminos, territorios corporales, descubriendo su sensualidad, el deseo, la soledad y el amor. Pero, no es el amor que lo puede todo, si no el amor que se escabulle, “el amor fugitivo" que avasalla, que integra y desintegra, el amor que subyuga. El amor es y no es. "Nada prevalece/ ni el amor/ ni las ausencias/ Solo la muerte.”
Dividido en tres partes, en última la sección titulada Crónicas, la navegante da cuenta de varios lugares, entre ellos París, cuyos avisos luminosos la abruman. En esta ciudad visita la tumba de Vallejo, en Londres la tumba de Marx, lo que expresa la relación entre poesía y militancia política que la invitan y nos invitan a plantear varias interrogantes. También está presente Ayacucho y su defensa de la gratuidad de la enseñanza, los sucesos del 11 de septiembre en Chile, todo ello entre homenajes a queridos amigos suyos que murieron en la lucha política. Vale resaltar que la visión política que la atmósfera del libro y del yo poético nos deja entrever es planteada como un acto heroico, semejante al de Espartaco. Entregar la vida era el acto superior que subordinaba y hería a la pareja, a la formación de los hijos, a las familias. Hay momentos intensos en que el yo poético cuestiona esta visión que corresponde a una época y que merece su lectura, por eso me sumo a la celebración de la publicación de Navíos en su segunda edición. Mis felicitaciones a nuestra querida poeta y a su editor Paul Guillén.
Rosina Valcárcel (Lima, 1947)
No hay un lugar
para nosotros
sólo un árbol
y un banquito de cemento
callado como tú
y yo
en la tierra
siempre solos
con palabras por decir
y un kilómetro de distancia
los cafés
las esperas
nunca llegas puntual
caminante
El destino es un muro
grande
como la muerte
Nada Prevalece
Nada prevalece
ni el amor
ni las ausencias
Sólo la muerte
con su casco gris
que nuestro corazón
señala
Mañana termina setiembre
Mañana termina setiembre
y con él Espartaco
Ojos de águila
rostro de bronce
manos de pescador
simples
sabias
amantes de los cuentos
Ángel, demonio,
brujo,
esclavo, libertador,
renuncio a ti
como gaviota
renuncio
al mar
antes de enloquecer
Oh sombra.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com
A 50 años de la publicación de "Navíos" de Rosina Valcárcel
Por Carolina O. Fernández