Analfabeto al amanecer, con cariño para el negro de Alabama, de Forrest Gump y para los grandes y muchos escritores norteamericanos.
Carmen Parés
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10.00 am. Hizo el primero de una serie de homenajes, a Obama, y -de acuerdo con ella y queriéndola como a una mujer buena, que las hay y no es ironía- a la Historia, la desentrañable, popular, irascible, humilde y tierna historia. Tímida a la hora de pautear. Se puso otros zapatos y caminó cuesta arriba creyendo que hacía esfuerzo, sudaba, y quería sudar, quería sacrificarse por el minuto, por el momento cualquiera y único, aquel en que en medio del calor arrasante zumba una mosca, en la nada y en la inutilidad del todo en esa nada, nada. Por esos miles de negros y negras que hoy celebran y otras que no estarán ni ahí, caminó, como el algodón hacia arriba, liviano, triste, emocionado por el encuentro de su amada historia, de su amada historia. La negra raza negra, la más fuerte raza cuerpo, la más fuerte, la raza fuerte y musical, la mejor raza música, la indecible raza negra, la África. Cómo va estrujando la rueda al corazón, como un golpe eléctrico a las 10 de la mañana, y 3 horas antes medio mundo dando vuelta, medio mundo esperando. Felices los que esperan también en el dolor propio y el de los demás, felices los que creen porque el día llega, cantan, los que resisten para ver días como hoy, días especiales y de múltiples solo porque ya es increíble el ser inéditos, porque se es maravilloso un día como hoy, el arte y toda su música toman sentido en estos escasos días de la vida, maravillosos días de místicas dimensiones, de suma justicia en el círculo que se cierra. Los zapatos le quedaron teñidos de azules, la sien se arrugó un poco más por la presencia del antes, del ayer. Bajó y quería abrazar a toda la gente, bajó. Conoció a un escritor que iba a ver a otro escritor que tampoco le diría nada de Obama, como malos escritores, como malos pensadores, como insuficientes, bombardeados por estímulos que no tienen palabras propias, se harían, seguirían haciendo los tontos, ¿por timidez? con lo extraordinario del día, con este verso en las manos de Baudelaire. Un solo día, como alguna de las mejores alucinaciones En el Camino. Labios hinchados, habló de celebrar al nuevo Presidente de los Estados Unidos y el escritor le devolvió una repetida ironía de cualquier laburo ¿eres norteamericano? Ah!!!!!!!! la Nacionalidad me queda chica HOY, no se lo dijo, pero lo pensó enseguida, violentamente y de ahí se abrieron más imágenes de las que había, y habló de nuevo el escritor y esta vez dijo algo de un tren que puede ocultar a otro tren. Un verso a un verso. Un amigo a otro amigo, dijo que eso era brillante, y brillaba entero el otro y brillaba y llevaba muchas horas encima y sería un día largo, un día con todo su amanecer.