En temas cinematográficos siempre quedan en la retina los héroes de los filmes, ha sido últimamente, y cuestionando en parte el binomio paladín-bellaco, que los guionistas han puesto su atención en los malos de las películas. El fútbol en la actualidad, siendo un deporte espectáculo de tan alta complejidad, en donde se desarrollan historias paralelas al juego mismo, también el devenir de un partido va generando que ciertos jugadores tomen la camiseta de villano o héroe.
El primero que se me viene a la cabeza es el defensa de la selección italiana de 2006 Marco Materazzi, ya el sólo nombre no puede estar más en directa relación con el papel que le toco jugar, en ese partido decisivo contra Francia el 2006, por la copa del mundo. Materazzi —apellido que suena muy cercano a «matadero» o «matador»—, que hacía las delicias defensivas del Calcio en el Inter de Milán, jugó a ser el malo. Decidió ayudar a su equipo haciendo el camino más corto, la chicana extra futbolística para Zinedine Zidane. Como si hubiera sido un jugador de Estudiantes de la Plata de los 70, Materazzi dispuso desconcentrar al jugador galo hablándole mal de la hermana, algo que descontroló a Zidane tanto como para mandarle un cabezazo en el pecho, que le costó la expulsión al francés, pero que fue de gran ayuda para el equipo italiano.
Arjen Robben es otro de los que vistió la camiseta de villano, en su amplia capacidad de anotación y también en ciertas conductas que conforme fue pasando el campeonato mundial de 2014 en Brasil fuimos descubriendo; su exageración a la hora de caer en los fauls, más aún si estos ocurrían cerca del área chica contraria. Actitudes que son coronadas con la fabricación de un penal contra México, que el combinado azteca lloró como la peor afrenta que habían sufrido hasta ese momento en una cancha de fútbol.
Los malos sin embargo tienen su yin yang, pensemos en Jara y el mentado dedo a Edinson Cavani. Para nosotros el momento de pésimo fair play de Gonzalo Jara nos quedó en la retina como una travesura futbolística, Gonzalo paso a ser “Jarita” el de la avivada “a la uruguaya” dijeron varios comentaristas en televisión y radio. Y el milagroso dedo de Jara descolocó brutalmente a Cavani, de tal manera, que le pego una pequeña cachetada al defensa y el chileno aprovechó el momento de gloria teatral al caer, cuan largo era, en un desmayo instantáneo, en perfecta sincronía con el leve movimiento del uruguayo.
La alegría de pasar a semifinales de la Copa América opacó por completo todo el problema referil de Gonzalo. Hace un par de años atrás una compañera uruguaya me comentó que parte de sus amigos estaban molestos porque iba continuar sus estudios de postgrado en Chile. La afrenta a Cavani seguía muy fresca en los corazones charrúas. Yo le dije que acá no paso de ser una humorada del jugador chileno, ella me explicó el dolor de parte de los orientales: “Edinson es un muchacho del interior, un tipo que se sabe que es buena persona, tranquilo, creo que es hasta cristiano, era el que menos se merecía esa avivada.”
Otro villano que ha pasado desapercibido con el paso del tiempo fue Luis Chavarría contra Enzo Francescoli en un partido por las clasificatorias a Francia 98 también contra Uruguay. Esa falta sacó de circulación a Francescoli lo que quedaba de partido y Chavarría sólo recibió una pequeña amarilla como castigo. Notable es la explicación que da el jugador chileno de ese momento: “Me acuerdo de esa jugada, bueno fue una pequeña caricia, hubiera sido una patada lo dejo no sé adónde, pero estaba consiente que tenía que entrar a una jugada fuerte al príncipe, ya que usted sabe lo que es como jugador, y gracias a Dios, salió lesionado en esa jugada importante para nosotros”. Letal y agradecido por su oportunidad.
Como contra cara los malos saben que en algún momento la vendetta caerá sobre ellos, en el instante más inesperado y de la forma más inmisericorde posible, siempre corren ese riesgo. Así le paso a Materazzi frente a Zlatan Ibrahimovic en el 2006, en un partido entre el Inter y la Juventus. Ibrahimovic padeció una falta – con visos de acto criminal-, de Materazzi que lo dejó fuera de las canchas por varios meses. Zlatan incluso fue compañero del italiano en el Inter por algunas temporadas, teniendo ambos una relación muy cordial, luego vinieron idas y venidas hasta que finalmente el sueco firma por el Milán. Y ocurrió un partido Milán- Inter, primero Marco le comete una falta a Ibrahimovic lo que se convierte en un penal a favor del Milán, pero luego vino el cruce fatal para el italiano, Zlatan hizo un movimiento de taekwondo —el otro deporte que él practica— y sin miramientos mando a Materazzi al hospital. Una venganza que fraguó en cuatro pacientes años.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Los malos de la película.
Por Carolina Reyes Torres