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Javier Marías: Así empieza lo malo
Editorial Alfaguara, Santiago, 2014.
534 pp.
Por Carolina Reyes Torres
Publicado en http://www.revistalecturas.cl/ 28 de Enero de 2015
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El último libro del prolífico Javier Marías nos sitúa en una España postfranquista, pero que al mismo tiempo tiene aún muy presente el periodo de la guerra civil y del largo gobierno dictatorial. El relato nos instala en el centro de la vida familiar del cineasta Eduardo Muriel y Beatriz Noguera –su mujer- junto a sus hijos. Vida familiar vista por los ojos de un joven Juan de Vere el secretario personal de Muriel.
Aunque el primer pantallazo de esa vida se vea inocente, poco a poco Marías a través del narrador personaje comienza hacer un crudo primer plano de esta familia, desenmarañando -para sorpresa del mismo hablante- una serie de traiciones, dudas y sospechas, que arrastran en particular los cónyuges lo que hace claramente perceptible la grave fisura del matrimonio entre Muriel y su esposa. Relación que solo se acciona para eventos sociales de carácter laboral que vive el marido en su calidad de cineasta activo.
Marías presenta esta trágica situación en claros brochazos descriptivos, pero matizados por la bruma de la incompletitud, siendo de Vere un inocente testigo ocular de algunos hechos, pero al mismo tiempo sin saber todas las historias en su integridad. De esta manera transitamos a través del relato por este puzle con piezas faltantes, en donde no queda tan claro el nivel de inocencia y de culpabilidad de todos los involucrados, generando un extraño suspense que esperamos se aplaque en el transcurso de la lectura.
Dentro de la novela sobresalen algunas escenas de violencia sicológica descarnada, como cuando Juan de casualidad una noche ve como Beatriz le ruega a Morel que le abra la puerta de su cuarto para que le dé un abrazo y solo recibe por respuesta árida y ácidas palabras. Somos testigos privilegiados junto con de Vere de la tragedia íntima de esta pareja, donde suponemos hubo una infidelidad y un brutal corte de la vida marital por parte del marido.
Los personajes abundan en complejidad. Beatriz sigue amando a Morel, pero eso no le impide tener aventuras sexuales con otros hombres, incluidos algunos de los amigos de la familia. Y por el contrario Morel al parecer ya no ama a Beatriz, pero ante la sola posibilidad de que su esposa quiera autoeliminarse hará todo lo que está en su mano para que aquello no suceda. Y como el tenor de la novela lo indica, nunca tendremos tan diáfanas las causas de esos matices en los personajes.
A la pareja Muriel Noguera la circundan algunos amigos de confianza destacando entre estos el doctor Van Vechten, un personaje ambiguo en su calidad moral. Con muchas buenas obras de amistad para Muriel, pero que al mismo tiempo le circundan fuertes rumores de malas prácticas, como algunos abusos deshonestos con algunas mujeres. Con este personaje la trama se complica aún más ya que Muriel recibe estas noticias y Juan deberá compartir fiestas –por órdenes de su jefe- con el doctor haber si logra algún tipo de confesión que compruebe las graves acusaciones en su contra.
Así empieza lo malo título tomado de una paráfrasis que hace el autor de Shakespeare, nos sumerge magistralmente en las grandes microtragedias familiares, que de ser tan comunes, no parecen revestir de un interés que las haga dignas de a ser contadas, pero que en el caso de Javier Marías con un gran oficio en el arte de narrar, nos expone a un relato cargado de las más diversas emociones y situaciones, que se alejan de lo clásico que uno debiera entender por un universo familiar, lo que las convierte en narrables y dignas de ser impresas en las páginas de un libro.
