Proyecto Patrimonio - 2015 | index | Clemente Riedemann     | Autores |
         
         
        
        
        
        
        
         
        
         
        Presentación Karra Maw´n, de Clemente Riedemann
          Editorial Alquimia, 2015
        Por Claudia Arellano Hermosilla
          
          
          
        
        
          
          
        
         .. .. .. .. ..           
          Clemente Riedemann con Karra Maw´n, publicado por primera vez el año 84 por la  Editorial Alborada. Más tarde, Karra Maw´n y otros poemas, fue reeditado el año 1995,  por la editorial El Kultrún y ahora reeditado por Alquimia, el año 2015. Como vemos “La  Ciudad de la lluvia"  cumple 31 años.  
          Karra Maw´n, es el resultado innegable de una intervención crítica de la cultura, invocando  la apertura de lo que se encontraba obturado por el canon literario centralista en aquel  momento. Karra Maw´n se instala como un “reclamo emancipatorio” por el reconocimiento  de la diferencia cultural y los derechos del pueblo mapuche.
          
            “Diferencia económica
  Diferencia política y moral 
              Religiosas diferencias.  
              No mejores ni peores  
              . . . . . . . . . . . Sólo diferentes” (pág. 22) 
          
          Este texto, instala un discurso literario y político, que busca, encuentra y defiende su propio  lugar no en la dependencia respecto a las tendencias  centralistas de nuestro Chile, sino  encontrando su propia voz, en un tiempo y una memoria que no aparece registrada en la  construcción de la supuesta “identidad nacional”.
centralistas de nuestro Chile, sino  encontrando su propia voz, en un tiempo y una memoria que no aparece registrada en la  construcción de la supuesta “identidad nacional”. 
          
            La primera población marginal de Karra Mawn 
              Fue la de los indios  
              Que habían nacido en Karra Mawn.
              ¡Weñefe!
              ¡Ñiñoko! – airaban los indios 
              Pero nadie se dio por aludido.
  
              Y las Torres de sangre bailaban  
              . . . . . . . . . . En torno al árbol del mundo (pág. 25) 
          
          Cual poeta de la Suralidad, proveniente de un contexto multiforme y dinámico, donde el  poeta va transformando del punto de vista convencional, lo que implica observar el mundo  contemporáneo desde la perspectiva del sur, haciendo visible otras realidades y posibles  otras interpretaciones, donde se despliegan heterogeneidad de pensamiento y lenguajes  locales como contrapeso de los grandes relatos hegemónicos provenientes del exterior.
          Desde este lenguaje poliforme, o polifónico según Bajtín se entremezclan: el mapudungun,  el inglés y el alemán, o como diría Huenún, este “champurriar”, que va “tejiendo la trama  de las costumbres, educando la mirada e informando el paisaje”.
           Riedemann en Karra Ma’wn, agudiza su pluma para plasmar la existencia. Cual  « Memorioso ecléctico », va en busca del pasado histórico, para reinterpretarlo y  explicarse el presente con otros paradigmas. Poeta etnógrafo, que, cual explorador, viaja al  pasado en busca de los vestigios y regresa al presente con su mochila cargada de metáforas,  refundando de esta forma una nueva memoria. Esta memoria no es un asunto de registrar,  fichar, clasificar datos, como respaldo histórico para la actuación en el presente, sino que  actúa para intervenir directamente en el presente en virtud de la potencia evocadora de sus  imágenes.  
          Esta es la exteriorización de la memoria tomada en su estadio declarativo y narrativo.  Riedemann se acuerda, lo dice, lo cuenta y da testimonio de ello. Lo primero que dice el  testigo es:
          
            “Yo estaba allí  
                . . . . podía cortarse el aire en rebanadas
  
                . . . . y vi que el sol  
              dibujado en la superficie del estanque
              enrojecía (pág 52) 
          
          Esta declaración es a la vez, una aseveración a una realidad factual que se tiene por  significativa, una certificación de la declaración hecha por su autor, que queda constituida  como estructura hereditaria del testimonio, y donde el testigo se considera una promesa  referente al pasado. Como sostiene Ricoeur, “El testimonio se convierte en institución”.  (Ricoeur, 2000).
          Pero, no sólo de la etnografía vive el poeta…la forma textual y estética de Karra Maw¨n  nos revela una diversidad de prácticas escriturales: como el relato histórico bélico, el poema  épico o el diario de campo, que al estilo de Ercilla, con su “Araucana” o Pedro de Oña con  “Arauco Domado”, van entrecruzando la crónica y la etnografía.  
          Esta poética crónica, -esta ambigüedad intencionada- va asegurando una memoria colectiva  y a la vez, va salvando colectivamente estas imágenes, como lo plantea Umberto Eco —de reconstituir una universalidad del sentir, percibir y comprender. La solidaridad de  Riedemann, con los otros, es el fundamento de un conocimiento que deriva, de una  concientización. 
          
            Entonces vieron los Mapuche  
              Con los huilliches y picunches  
              Que el español era a ellos
  
              casi en todo parecido.  
              Que también tenían pelos 
              Y miedo en los bolsillos (pág. 27)
          
          Karra Maw´n emerge en los patios traseros y los arrabales de la poesía. En este  desplazamiento radica lo estético de Riedemann, su aporte a una doble revisión del canon:  la tradición centro- periferia y la identificación solidaria de Riedemann con la cultura  mapuche, el cual va declarando su periferia identitaria.  
          Riedemann, como sujeto de enunciación, desde la óptica de la concientización incorpora un  giro de episteme. Es decir, la adquisición de conocimiento deja de concebirse en términos  de —acumulación de información sobre el mundo objetivo mediante la puesta en acción  por un sujeto de teoría y método instrumentales— sino como una práctica que responde al  ethos de la comunidad, entendida como interacción dialógica de "sujetos cognoscentes"  como diría Paulo Freire (1974). Ello quiere decir que la representación —eje del discurso  referencial en la modernidad occidental— no ocupa ya el primer plano; de ahí que el  énfasis de la interacción con el texto deje de plantearse en términos de reflejo o  reproducción de la formación social, o en términos de la subversión del discurso  referencial. 
          La concientización practicada en Karra Maw´n proporciona otro modelo que no es  exclusivamente epistemológico o ético, sino ambos simultáneamente.  
          Para Lukács la importancia del texto como concientizador histórico se juzga según la  captación de la “totalidad”. Según Lukács esta “totalidad” se plasma en la forma de la  poesía histórica y la creación artística formaría parte del proceso social por medio del cual  el hombre/poeta se apropia del mundo mediante su conciencia. 
          Esta captación de la "totalidad" en Karra Maw´n, consiste en la representación de los  sectores oprimidos no sólo en términos étnicos, sino también en términos de clase, sexo,  región, religión, etc. No se trata de un todo abstracto e ideal. Karra Maw´n, se enfoca no  solo en la opresión sino también en una estética práctica, es decir, exige que se tenga que  "problematizar la realidad nacional". 
          
            Pero no hay mapuches.
  
                . . . . Lo que hay  
                . . . . . . . . es medio millón de arrinconados.
              La Ley dice: “No hay mapuches. Somos todos 
              chilenos”. 
              (pág. 61)
          
          En este sentido, Riedemann introduce signos de resistencia cultural al “colonialismo  interno” inducidos a través de los “libros oficiales”. De esta forma se explica, el empeño  por releer y re-escribir los documentos fundacionales de la época colonial o la  transfiguración heroica de personajes históricos obliterados por la historiografía,  procedimiento que luego lo plasmarán: Jaime Huenún en “Reducciones” y Bernardo  Colipán, en “Arco de Interrogaciones”, entre otros.
          
            Fueron cuatro siglos
  
              100+100+100+100  
              . . . . . . . . . . Años de matanza;
              Cuatro ríos de amor mapuche
  
              Vertederos de sangre pura, sangre virgen  
              Sangre hecha rimas por Ercilla  
              Rumas de sangre alzadas por Encina
  
              Sangre triste  
              Cántaros de sangre en la greda prostituída
              . . . .“Hay que matarlos a todos 
              . . . .. . . .Para que la guerra se acabe” Nájera. (pág. 30) 
          
          Clemente va poniendo en entredicho los discursos oficiales sobre la historia y el poder. La  descripción de la empresa de la conquista y colonización, no clausuradas hasta los días de  hoy, deviniendo en Colonialidad.  
          Por esta razón Karra Ma’wn es un libro pionero en Chile desde la perspectiva  descolonialista: explicitando la problemática del contacto intercultural mediante el  tratamiento de los temas de la discriminación, el etnocidio, la aculturación forzada,  mediante la educación, la economía y la religión. Esta poesía de Riedemann, cumple un rol  clave en tanto acto de resistencia. 
          Karra Maw´n como propuesta del giro decolonial, con su análisis del racismo como cara  oculta de la modernidad occidental: razón imperial y colonialidad del poder, del saber y del  ser (Mignolo, 2000; Quijano 1992), no trata –solo- de una reivindicación ética con respecto  a la incorporación y reconocimiento de las voces subalternizadas, sino que también se trata  de un imperativo teórico-epistemológico que le da mayor profundidad y complejidad a los  procesos que generó el “Choque Cultural”. 
          
            Llegaron ideas desde el norte.  
              Llegaron de a caballo
              . . . .. . . .Otras técnicas. 
              Posaban, unas sobre otras, las piedras  
              Que ya no se movían 
              . . . .. . . . . Se quedaban fijas (pág. 23) 
          
          Este reordenamiento del espacio- tiempo de los pueblos colonizados, fue apoyado por el  carácter simultáneo en la noción de tiempo lineal de la historia, como señala Oscar  Saavedra en el prólogo de este libro: “la poesía no puede escribirse con calendario”. Los  grandes logros de la dominación colonial, fue la instalación de una cronología y una  ordenación tiempo espacio, que buscó fijar subjetividades y jerarquías de control, es decir,  que los pueblos colonizados entraran en la lógica del tiempo-compás: encasillaron el ritmo  dentro de la métrica. Lo más seguro que Franco de Colonia, no hubiese imaginado que esta  métrica se extendería a una dominación cultural hegemónica, de los posteriores pueblos  colonizados. 
          Es así como la decolonización se debe fundar Des-colonizando ese tiempo lineal, que  oprimió el tiempo circular de los pueblos originarios. Como señala Julieta Paredes, “se  debe recuperar la memoria descolonizándola, denunciando sus lecturas y clasificaciones  arbitrarias” (Paredes y Guzmán, 2014:26). 
          
            La historia sólo recolecta monedas falsas 
              Es la sangre que corre
  
              A nuestras espaldas.
  
              Es el esqueleto colgado  
              En el closet como un traje (pág. 74) 
          
          Ya las reflexiones de Homi Bhabha, acerca del discurso colonial y del sujeto, muestran  cuan importante es la reescritura de los textos fundacionales. Como dice Bhabha “Estamos  obligados a reclamar la historia, nuestra memoria-tiempo” (Bhabha, 2007).
          En este caso Riedemann, en su destreza, va “desmontando” el discurso oficial subvirtiendo  el orden esperado de las cosas.
           El concepto de “Montaje” de Benjamín, nos ayuda a comprender esta nueva ruta que debe  trazar el poeta para rejuntar las imágenes literarias, como un acto de relectura en el cual va  comparando los pasajes de su existencia. Montando y volviendo a remontar, le obliga a  comparar y comprender. El montaje1  para Walter Benjamín y en este caso para Riedemann,  no es sólo un dispositivo estético, sino eminentemente una herramienta histórico-filosófica  de primer orden. Detrás del montaje, está la experiencia de una pérdida donde la disolución  del sentido tiende a expresarse en lo visual -entendido como imagen-, que en su contexto  histórico, va descomponiendo el historicismo vulgar, que libera las energías de la historia  en un montaje de pasado y presente. La “imagen” en la poética de Riedemann, tiene un  doble sentido: por un lado testimonia una petrificación, pero también explora en las  posibilidades de reacción ante ella. Pues esa imagen, “inquietud petrificada”, coagula un  flujo de energías políticas que en un momento propicio explota. La imagen recompone un  nuevo sentido en un montaje que “salva” lo no-sido del pasado. 
          
            Creció como maleza el español sobre la tierra.
  Brotaron, de a caballo, significantes de mal agüero: (pág. 34) 
          
          Así pues, Karra Mawn va rompiendo con el naturalismo histórico, captando la construcción  de la historia en cuanto tal.  
          Para que esta tarea de escritura no aparezca naturalizada es que exhibimos su carácter de  artificio y su dimensión política. La imagen escritural de la poética de Riedemann, posa su  mirada sobre lo no dicho, y con el montaje intenta actualizarlo: porque sabe que el pasado  encriptado en el sueño de la historia debe ser despertado. 
          
            “La tierra nos pertenece.
  Cuando llegamos, sólo estaba el mamut 
  Hundiéndose de a poco en los pantanos. 
              El pejerrey estaba solo  
              Memorizando la luz del ventisquero
              La tierra es nuestra.  
              Para siempre la hemos heredado  
              Y perverso es quien nos las quite,  
              Quitar con papeles falsos
  
              Con barriles de chicha de manzana
              O con patadas, simplemente” (pág. 41)
          
          Y para ir terminando…  
          Si en la primera parte del libro, Riedemann hace referencia a una memoria colectiva,  atravesada por la dominación española y luego por la integración alemana, en el último  apartado del libro denominado “Infancia del cronista”, el poeta hace alusión a su memoria  primigenia, como él mismo enuncia: 
          
            Atascado en la matriz, con tenazas  
              traen al mundo su cabeza, fórceps del que no 
              se ha podido aún recuperar. (pág. 65) 
            se ha roto la rama que nos sostenía
  
              y hemos venido a dar al suelo  
              en una poza de “sangre y arena”. (pág. 73) 
          
          Esto es lo que uno puede leer, en un pasaje que reúne: expulsión, división, parto, feto,  confundido y separado, abandonando el cuerpo de su madre, en la búsqueda de identidades  a través del desarraigo, la pérdida y la desvinculación.
           El poeta experimenta su primer abandono, cuando parte al mundo desde el vientre de su  madre. Pero el poeta para remediar esa angustia comenta:  
          a nada se atina sino a succionar  
            el poderoso pezón de Aurea Elisa (pág. 66)
          Estos cuidados que la madre le provee, son los calmantes para resistir al abandono. Pero,  también son - las primeras incursiones eróticas del vate-, ya que su madre es su primera  seductora.
           Aparece de esta forma la memoria genealógica, que está estrechamente vinculado al linaje  femenino. Esta memoria lo conecta con la madre y con la abuela, y de esa relación inicial,  el poeta construye y crea su diálogo primigenio:  
          
            Y entre las casas, la casa de la abuela.
                ..... Ella canta “medallita de la suerte”
              mientras corta una larga y angosta ñocha.
              ..... Las margaritas han trepado a su delantal
              para quedarse allí, como soles definitivos. (pág. 75)
          
           En una conversación con Clemente, una vez me dijo: Mi abuela era severa y tierna a la vez,  le tenía miedo pero a la vez me sentía protegido. Ella una vez le dijo “que no podía agarrar  los peces en el agua”, cosa que Clemente nunca le hizo caso. Fue ella, quien le enseñó a  apreciar lo profano y lo divino y su propia diferencia cultural.  
          De esta manera Riedemann en Karra Maw´n, se hace cargo: “de la condición de exilio en  la que estamos”, que es el primer paso -según Ralph Metzner- para regresar en el viaje  hacia las raíces (1986:211). Como en los mitos del “eterno retorno”, Riedemann al final del  libro, retorna al origen y en este viaje, vuelve al estado paradisíaco para transformarlo.  
          Es así como, no sólo se debe volver al paraíso, para rememorar el abandono primordial,  sino también para reactualizarlo con nuevos símbolos. Ritual que Riedemann lo reactualiza  en Karra Maw´n. 
           
           
          * * *
          Textos citados
           - Benjamín, Walter. 2005. Libro de los Pasajes, Akal, Madrid
           - Bhabha, Homi. 2007. El lugar de la cultura. Ed. Manantial, Buenos Aires
           - Castro-Gómez, Santiago y Grosfoguel, Ramón. 2007. El giro decolonial: reflexiones para  una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Siglo del Hombre Editores,  Colombia  
          - Freire, Paulo. 1974. Concientización: teoría y práctica de la liberación, Búsqueda, Buenos  Aires.  
          - Metzner, Ralph. 1986. Las grandes metáforas de la tradición sagrada. Kairós, Barcelona  
          - Paredes, Julieta y Guzmán, Adriana. 2014. El tejido de la rebeldía. Ediciones Mujeres  Creando Comunidad, Bolivia  
          - Ricoeur, Paul. 2000. “Historia y memoria. La escritura de la historia y la representación  del pasado” en Anne Pérotin-Dumon (dir.). Historizar el pasado vivo en América. [En  línea]
 
            http://etica.uahurtado.cl/historizarelpasadovivo/es_contenido.php