..... A
fines del año pasado, José Angel Cuevas publicó Proyecto de
país (Santiago, Editorial América del Sur), su octavo libro de
poesía (en década y media), que, a su vez, se inserta en un proyecto
-casi obsesivo- de contemplar (poéticamente) a Santiago, a Chile, e
intentar explicarse (poéticamente) sus cambios y variaciones, no sólo
de sus calles y aspecto urbanístico, sino, muy especialmente, de su
gente: ¿cómo, dónde, se perdió la generosidad, el compañerismo, el
afecto, entre amigos y cercanos?, ¿dónde, por qué, ahora el tiempo se
mide de otra manera y pareciera dominar al hombre?...
..... En sus libros anteriores -todavía,
desgraciadamente, muy poco leídos-, Cuevas recordaba y volvía una y
otra vez su mirada al pasado no para quedarse inmóvil frente a él
-como un hombre de sal-, ni porque pretendiera reeditarlo, lo que los
textos de Cuevas añoraban eran esos valores que parecían tan
inherentes al ser humano y que, sin embargo, se olvidaron -o parecen
haber sido enterrados- con rapidez. Proyecto de país continúa
esta suerte de reflexión poética, al mismo tiempo que representa un
cambio en el poetizar de Cuevas: pareciera que el poeta quiere
probarse que puede tener otra dicción, que se atreve a ensayar, que
lee a otros autores, no necesariamente cercanos a sus preocupaciones y
hacer, que no está detenido en sus búsquedas ni en él mismo pues, a
pesar de la nostalgia -tan de mal gusto en la actualidad-, y a pesar
de sus críticas, quiere expresar aspiraciones, intentos, sueños, y
para hacerlo, opta por probar un modo de decir diferente al que ya
conocía y había practicado. Cuevas prefiere arriesgarse con un
proyecto no sólo íntimo, un proyecto distinto de obra / un proyecto de
obra distinta, sino además, uno global y colectivo, un Proyecto de
país que no es ni más ni menos que la imaginación de una utopía,
en momentos en que se dice que han terminado, que ya no existen, y que
están, supuestamente, venidas a menos. Es, entonces, a través de
varios aspectos que esta poesía de Cuevas significa un quiebre: en su
contenido, que podría parecer refractario a la modernidad y/o
anti-moderno -lo que en su obra no significa una novedad-; y en su
propia tradición expresiva, rota, en este último libro, en su lenguaje
y estructura, mucho más variados y sutiles que en sus publicaciones
anteriores, tan interesantes como ésta, si bien mucho más narrativas.
Cuando los versos quedan interrumpidos, cuando se evade la alusión
directa y se privilegia el silencio y el vacío que llevan a la
sutileza y a una mayor exigencia del lector, me parece que Proyecto
de país se aproxima -en sus estrategias, en sus numeraciones, en
su vocabulario, incluso- a textos de los poetas de la llamada
"neo-vanguardia": Zurita, muy especialmente. Esta actitud paródica,
por establecerse entre escritos, creo que puede entenderse, asimismo,
en su significado literal pues, en más de una ocasión, me parece
percibir cierta ironía: en este sentido, pienso que este libro de
Cuevas podría estar más próximo de Arte Marcial, de Bruno
Vidal, donde considero que se "trabaja" con el eco de un discurso
neovanguardista ya convertido en fórmula. Por lo demás, una cita de
Vidal sirve de epígrafe a la segunda de las tres partes, y no son los
únicos versos ajenos aludidos ni integrados en este volumen donde se
hacen recurrentes las indicaciones a nuestro territorio: varias
referencias poéticas pertenecerían a lo que, simplista e ironicamente,
podría llamarse una explícita "poesía nacional" por sus "marcas"
directas, como ejemplos: el verso "Nunca salí del horroroso
Chile", de E. Lihn, inicio de la tercera parte, mientras las
vueltas a fragmentos de "Epopeya de las comidas y bebidas de
Chile", parecen contrastar un pasado ya ido, ese del país donde
existían esos lugares y alimentos -aludidos por Pablo de Rokha (no
mencionado, tal vez para enfatizar su freceunte omisión literaria)-,
con el momento actual, "la modernidad en llamas de ex-Chile" donde
"uno que fue chileno / ya no es nada". Así, utilizando varias veces
este prefijo que señala algo que dejó de existir -33 poemas del
ex-poeta José Angel Cuevas, se llamaba su libro anterior, de
1992-, califica esta "nueva época" este poemario que se propone como
"un llamado", una advertencia que, quizá, se hace algo obvia en
"Colofón" que, a pesar de ser una clausura, finaliza con un
"(continuará)" pues este Proyecto de país no es tanto un diseño
propositivo como un plan de revisión y de construcción del terruño que
toma hasta la apariencia de un boceto por sus numeraciones.
se pierde
la historia del Hosp./Chile un diario de vida lleno de
chismes de chile un diario de crímenes un encuentro de
ancianos nadie reescribió ese historial / esa
inmundicia los lugares vacíos de los posmos se piede la
historia de Chile chico unos paros nacionales / vapores
madres A) la insurrección de la Carne / 1905 B) el
Coronel Barboza mató a Lentú C) nadie fue a defender nada
de nada murió sólo / el hombre / al fin. (se escucharon
las incidencias por cadena de radio y t.v. ....................................................
de la fuerza armada)
hijos de
nadie hijos don Reca y el cabro carrera / los muertos de la
Legua, se pierde la historia del ex-chile/ en el
desierto
un par de
cachuchazos varios robos la historia de unas putas que
hicieron plata, muertos de poca monta, lo único que
quieren es olvidar olvidarse de sí mismos, de los
movimientos de la población, la historia del ex-chile es
una larga letanía / para ser cantada en una puerta, es
una fiesta de disfraces una montaña unos gorros
plásticos
de
Proyecto de país. Editorial América del Sur.
1994
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en Licantropía Nº 5 -
julio de 1996