Conocí a Cristian Vila Riquelme en su faceta de narrador y ahora, después de recorrer las más de doscientas páginas de su libro (Des) Exilios, no puedo más que expresar mi más entusiasta adhesión a su trabajo de poeta, y también a su faceta de ciudadano de este mundo, consciente y con una rebeldía atenta a los problemas de nuestro tiempo. Leer este libro ha sido de alguna manera hacer un recorrido por asuntos esenciales de nuestra historia junto a un agudo cronista que nos enseña las características del paisaje humano y físico que recorremos, y más importante aún, un cronista que nos habla de las raíces subterráneas de un paisaje las más de las veces diseñado al antojo del poder.
Este libro reúne poemarios publicados y justamente galardonados, con otros inéditos hasta la fecha. Poemas unidos por una voz que en todo momento se nos presenta rebelde, vital, rabiosa a ratos, profundamente comprometida con su tiempo, que nos permite conocer las ideas y sentimientos del poeta, y al mismo tiempo, como cautivados lectores nos obliga a reflexionar sobre el acontecer histórico y vivencial que nos propone como marco de referencia para sus poemas.
Analizar los múltiples temas que aborda Vila es algo que excede a los alcances de esta presentación, pero hay algunas ideas recurrentes que aparecen en los distintos poemarios que dan forma al libro. La Historia es uno de ellos; y tal vez el más predominante. La historia personal del poeta y la de todos: La historia que obliga a reflexionar sobre el paso del tiempo y de la vida. En este aspecto, la voz del autor es la de un observador alerta que deja testimonio de sus afectos y toma partido a partir de sus convicciones. Un testigo que no se presenta como un pequeño dios, sino que como el protagonista de una historia que atraviesa su memoria. Golpeado, lúcido, angustiado a ratos, esperanzado a pesar de todo, y que no vacila en concluir en uno de sus poemas que “es posible vivir con sus tristezas, abrazarse a la rabia, a la cólera del día a día”.
Después de ausencias y regresos, de partidas obligadas y regresos desencantados, la vida, nos dice el poeta o su hablante, termina siendo la sombra de un sueño o “la sombra de lo que solo se pudo ser alguna vez”. El desexilio que nos plantea Vila no es sólo el que lo llevó a vivir una temporada fuera del país, sino que otro tal vez más profundo y prolongado que tiene que ver con el exilio de la vida, con sentirse ajeno al mundo que le ha tocado en suerte vivir. Un sentimiento del que el poeta sobrevive con su poesía, que no es otra cosa que una permanente búsqueda de sentidos frente a las pérdidas, el desamor, las injusticias. Dice Vila: “ya nada vuelve, pero al menos la poesía queda y permanece con esa fuerza evocadora tan necesaria al oficio de vivir”. Esta cita proveniente del primero de los libros del volumen es la raíz que alimenta todo el libro. Y si al comienzo pudiera pensarse que la voz del poeta tiende al desaliento que provocan las pérdidas y derrotas, a poco andar descubrimos su poderoso deseo de gozar de la vida. El gozo del amor, de las comidas, de los paisajes, de las horas que se dejan pasar sin inquietud; el gozo del arte, de la música, de los poetas y filósofos con los que constantemente dialoga. Este interés por la vida en sus múltiples manifestaciones parece tener respuesta en una pregunta que se formula y nos formula el poeta: “que si la escritura no se acerca a la vida/ de qué sirve la escritura?”
Estamos frente a un poeta que cuestiona su tiempo y a sí mismo. Nada parece quedar fuera de sus preocupaciones: ni los maltrechos ecos del pasado ni el corrupto devenir del presente. Y lo más importante, hay lucidez en su mirada y arte mayor en la elaboración de sus poemas. Dos elementos que permite que aun los temas más conocidos se aborden y nos interpelen con nuevos bríos. La palabra de Vila no se queda en la superficie. Va al fondo de las cosas, y por eso, en un tiempo de dudas, su poesía nos aporta algunas certezas para tener en cuenta. Y una de ellas puede ser la necesaria rebeldía contra el sin sentido de los días que corren. La rebeldía contra las tres “c” que a ratos nos tienen contra las cuerdas: el pastizal del conformismo, la ceguera inducida del consumismo y el consenso que hace creer que la historia ya ha sido escrita con todas sus letras. Todo esto está muy bien expresado en poemas como “Alguna vez fui feliz” y “Paisaje de vacas con cachimba”. En este último texto, aparte de otras verdades irrebatibles, nos dice: “ellas (las vacas) cancelaron el circo de la historia, aunque el show debe continuar en multimedia”. Y luego agrega con indisimulada ira: “estamos frente a frente de una absoluta falta de respeto a la razón”.
En el libro “La vera historia” el poeta expone sus fundamentos, sus rabias y sus sentimientos. El amor, la naturaleza, sus paseos por la ciudad, el vino que recuerda el aroma del mar y la madera, su desconfianza hacia la historia que nos han enseñado. Dice: “somos lo que somos, perdidos en medio de la historia, perseguidos, martirizados/ por bribones y cuchufletas, fisgonas y generales, las posaderas de los héroes sobre nuestras cabezas:/ somos lo que somos, amigos de nuestros amigos, admiradores libérrimos del paisaje natal…” Y si de amistad se trata, en el libro “Intermezzo” Vila hace un homenaje a la amistad y a la admiración hacia algunas personas y personajes que dan sentido a su existencia de poeta y ciudadano. Homenajes que hablan de la creación en el mundo, de la tenacidad de algunos, del humor tan necesario como el pan de cada día, y de las enseñanzas que nos van dejando las vidas ajenas. Y entre estos homenajes uno a Salvador Allende donde encontramos unos versos que nos hablan también del sentido que envuelve a la poesía de Vila: “deseo que persiste,/ a pesar de todo y de nada, a pesar de los continuos desmentidos, a pesar del vendaval/ que arrastra lo mejor y lo peor de nuestras terquedades de hoy y de mañana”.
“(Des) exilios. Poesía incompleta” es un volumen de gran contundencia, por la variedad de asuntos que trata y por su riqueza poética. Un libro sin duda indispensable que nos habla de derrotas y esperanzas. Un libro que invito a conocer con el mayor entusiasmo, entre otras cosas porque es un buen ejemplo de poesía militante con los valores básicos de una vida que muchos no dejaran jamás de invocar. Poesía, música para rebeldes, consignas en los muros, el vino grueso de la solidaridad y la amistad, desvelos intensos de poetas que no comulgan con ruedas de carretas. De todo eso y algo más nos habla la aun, afortunadamente, poesía incompleta de Cristián Vila Riquelme.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Vila: (Des) Exilios, la poesía que dialoga con la historia
“(Des) exilios. Poesía incompleta” de Cristian Vila Riquelme
Por Ramón Díaz Eterovic