El nombre
Sin tronco
ni monte
ni cielo
El árbol
Crátilo
Largos años
hemos dedicado
a discutir
sobre el nombre
de las cosas.
A veces,
acompañados
por Sócrates,
afirmamos
la exactitud
de los nombres.
Mas ahora,
Hermógenes,
he vuelto
a desconfiar
de las palabras.
Sin saber
oír ni decir,
dichoso el niño
cuando escucha
la canción de cuna
y la voz del aire
frente a la ventana.
Pero aquí,
sentados sobre rocas,
no hacemos
más que pensar
en el nombre del mar,
mientras la espuma
pincela los pies
de pescadores
y bañistas.
¿Desde cuándo
cautivos en palabras?
¿Desde cuándo
ciegos hacia el mar?