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PRESENTACIÓN DE LITORAL CENTRAL DE DIEGO ALFARO
(Audisea, Buenos Aires, 2017)

Por David Bustos


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La primera vez que escuché Litoral Central de Diego Alfaro, fue en una locución que subió a Facebook. No pasó demasiado tiempo hasta hoy, que estamos presentando este texto. En rigor Litoral Central es la segunda parte de este libro, y la que le da título al volumen. El inicio es Vaguada Costera y su final Coda (Los Sueños de los sueños de Kurosawa), ambos episodios nuevos para mí.

El libro completo casi en su totalidad relata la relación que tiene el sujeto con el territorio, en este caso con el litoral, con el mar y esta zona que habitamos. Hay un relato poético relacional geográfico y emocional. Agrego emocional, porque el sujeto en este libro es concreto en sus subjetividades. Subjetividades en cuanto nudos perceptivos e interpretativos que provienen de una historia personal. La memoria domestica que todos llevamos dentro.

En Vaguada Costera el poema Especiero, que abre ese capítulo y el libro entero, remite a un sitio o mueble, que sabemos es destinado a conservar especies. Cito el último verso del poema: “Una bolsa de hierbas que se hunda hasta calmarnos”.

Menciono esto porque a la luz de este poema voy comprendiendo el epígrafe de Roberto Matta que abre el libro: “La poesía para mí es un tipo que está creciendo y que piensa que su objetivo es crecer. Un poeta es un tipo que siempre está arreglando cosas, cualquiera”. Entonces creo que las motivaciones del texto todo, es configurar un relato poético que sepa calmar al sujeto. Darle un sentido –pienso- a un cúmulo de imágenes, que dicho en términos de Matta, arreglen las cosas. Concebir el libro como conjuro, o una historia para contarse y modificarse. Organizar por medio de imágenes la historia sentimental de la memoria.

En el poema Rutas Navieras, se lee de que en Japón un anciano arrienda un grupo de actores para interpretar el papel de sus hijos en el día de su cumpleaños. El poema termina con una imagen de : “Un café en medio de la noche con barcos cargados de semillas”. El texto se inicia con una noticia, con un hecho raro. El hombre que arrienda una familia. El tema de la simulación de los afectos, o la perdida de la familia, una noticia que nos lleva incluso a preguntarnos por la capacidad de compra de esta sociedad y su ética. Sin embargo el poema termina en un sitio distinto. Ingresamos al poema por el hecho noticioso y terminamos en medio de la noche con barcos cargados de semillas. No deja de ser interesante esas líneas de entrada y salida ¿Serán esas semillas que propone Diego la del mismo anciano que arrienda una familia?. Una especie de tráfico comercial que en silencio navega por la aguas del inconsciente colectivo, y que nos arrojan a cuestiones que, nos dejan tal vez haciendo esa misma operación. La operación imaginaria del solitario, que busca el camino para llegar a una compañía que puede ser irreal, pero compañía al fin y al cabo. Difícil sería adelantar respuestas, lo que sí resulta encantador de toda buena poesía es la cantidad de preguntas que puede generar.

En la primera parte del libro hay una serie de poemas navieros, donde el mar parece ser el hilo conductor que nos llevará tarde o temprano a Litoral Central. La idea del viaje solitario y el mar, como la indeterminación de no lugar. Como si Vaguada Costera fuera el rodeo que hace el sujeto para hacer marcas en distintos puntos de su mapa, su propia geografía humana para desembocar en L.T.

Eso se aclara en parte en el poema Aguas Vivas:

Baipasear la idea principal: este libro ya no es el mismo desde que se comenzó/nunca partió con una escena de película/ la carretera americana abierta como un largo pasillo de cine/ nuestras ideas esparcidas siguiendo la forma de una medusa/sobre la arena/los pies de los niños enrojecen las ronchas crecen/ es una alergia o esa sensación de adormecimiento/ el dolor por el dolor tan típico de la niñez/ Por suerte eso se acabó y el objeto de estudio es uno mismo y/en cómo debatimos con nuestros fantasmas (el de todas las navidades sin papá/la idealización de mi abuelo caminando/sobre el parqué)/Si esto de empezar un libro sirve para algo mejor que sea para perderse y encontrase.

Diego nos plantea un libro abierto a sus necesidades, pero con una idea fuerte: un relato poético escrito para modificarse en la búsqueda. Para ello se ejerce una escritura honesta desde el punto de vista que, para encontrar una lectura de sí mismo, se recurre a las imágenes, al montaje, como modos de aproximación reflexivos de lo biográfico.

Estos dispositivos entre la captura y la organización deslumbran o irrumpen por ejemplo en: “Escribir es captar la vida de las cosas cuando las dejamos de mirar”

Verso que al decir de Spinoza nos aproxima a una experiencia que no está determinada por el entendimiento. Si no mas bien por lo que acontece fortuitamente y por eso permanece en nosotros como algo firme. Diego, con estos chispazos verbales, propone una poética que encuentra sentido cuando la escritura es experiencia de registro y registro convertido en experiencia, disrupciones reflexivas que exploran y buscan al poema.

También Alfaro nos ofrece un flujo entre biografemas y capturas territoriales, un doble mecanismo que podemos pesquisar en cierta escritura autobiográfica que se distribuye dentro de una plataforma o paisaje. Ernst Jünger por ejemplo, con sus diarios acumula apuntes, capturas y pensamientos.

En L.C se plantea la tensión entre Buenos Aires y la memoria de la infancia, el mar, la vegetación, que actúan como interruptores que encienden y apagan el vínculo de habitar varios sitios a la vez. Este procedimiento que podemos relacionar con el cronista, confirman de cierto manera aquello, cuando en el poema Memorial de un librero, aparece el escritor Roberto Merino, cronista autobiográfico por excelencia y que su aparición en el libro no es mera casualidad; mas bien constata frecuencias en común. O sea este libro de poesía, puede transitar también bajo los presupuestos de la crónica.

En cuanto a la segunda parte del libro, L.C,  vemos la máxima expresión de Alfaro, su sello, y por lo que hoy es uno de los poetas que más me interesan.

Accedemos en este episodio del libro a la captura cinéticas de los elementos que constituyen la singularidad de un paisaje, de un territorio. No se trata del registro por el registro, sino que hay una imagen que se ofrece a modo de lecturas de hechos,  matizadas por ideas si se quiere, que conforman una poética y una profundidad. Agudeza del que arriesga un punto de vista y sale airoso. Por ejemplo: “Aprender las palabras que indican las profundidades de la arena”. Por un lado está la plasticidad de la captura de los elementos y por otro el pensamiento. Además del hilo que proviene de la primera parte del libro, que son ciertas imágenes de la memoria que se conectan, ya no sólo con algo personal -sino que logran por momentos- llegar hasta la historia de Chile.

L.C es un poema largo lleno de referencias, huellas y relaciones donde se combina una estrella de mar, un recuerdo de infancia o una frase del presidente Balmaceda, un tejido de tiempo que el lector puede paladear y pensar en la tradición de la poesía chilena, como uno de los sitios del lenguaje donde se puede leer la realidad.

Coda, la parte final del libro son Los sueños de los sueños de Kurosawa. Personajes como Zurita, Charles Wright hacen entrada al cierre. Como si al cerrar el libro, se abriera tal vez otro proyecto de libro, que Alfaro nos propone desde el cierre. Entonces el libro no termina sino que deviene en desplazamiento hacia otro lenguaje, que contiene elementos surrealistas y oníricos que se resuelven así mismo. Coda, es la puerta de salida y de entrada, posterga cualquier concepción de lo definitivo o de clausura, más bien se abre a lo que está por venir.

Para finalizar decir  y recalcar que Litoral Central y otros libros como Silvestre, de Felipe Moncada, animan y vitalizan lo que podríamos llamar poesía del territorio. Diego Alfaro es otro excelente ejemplo de lo que sin duda está por venir. Repitiendo las palabras de Roberto Matta, la poesía es de un tipo que está creciendo y que piensa que su objetivo es crecer.


 

 

 

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Presentación de Litoral Central de Diego Alfaro Palma.
(Audisea, Buenos Aires, 2017)
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