Proyecto
Patrimonio - 2007 | index | Víctor López | David
Bustos| Autores |
UNA
METÁFORA ALUCINADA
Comentario
al libro de poesía Los surfistas de Víctor López
Por
David Bustos.
Aparecido en: www.lanzallamas.com
Víctor
López (1982) ha lanzado su tabla de surf sobre el pequeño escenario
de la más actual poesía chilena (escritura de poetas menores a los
30 años).
Podría comenzar hablando de la dicotomía
que hay entre la madurez del libro versus la edad del autor (25 años) y
lanzarme con una hipótesis de comentarista aburrido y reiterativo. Claramente
para mí, lo que se está escribiendo ahora mismo en poesía,
no dicen mucha relación con las edades, lo
temas básicamente son los mismos y eso lo confirmo al leer saltadamente
la Muestra de Poesía "Dieciocho Poetas Jóvenes de la Región
Metropolitana", compilado por Leonardo Murillo, Edson Pizarro y Camilo
Retamales. Quizás la diferencia entre estos poetas, se relacione con el
aforismo mallameano que: los poemas no se construyen con ideas sino con palabras.
O lo que señala George Steiner en su ensayo de Lingüística
y Poética acerca del escritor, "el gran escritor es un técnico,
un artesano que desarrolla habilidades profundas que con el tiempo se vuelven
comprensibles".
Víctor López es uno de los poetas
veinteañeros que conforman la mencionada muestra, y que destaca a todas
luces ¿Por qué? Vayamos a su libro recientemente publicado.
Los
Surfista (Editorial Vox, Bahía Blanca, Argentina, 2006) utiliza la
imagen del surf, para disparar una serie de significantes trazando la poética
del libro: "Estar en un país sin más remedio que esperar"
o "Un surfista viaja toda su vida en un autobús que de a poco se/
desvanece".
Nombres de ciudades desconocidas, escenas alucinantes
donde un mozo que ha trabajado toda su vida en un mismo restaurant, decide escribir
en su libreta de apuntes sobre un puñado de aceitunas quietas en una bandeja
de plata o cuando el sujeto de este poemario declara sueltamente que cualquier
sonido puede ser música y habla de la ducha o como resuena un huevo frito
en el sartén de la cocina. Estas imágenes esculpen este poemario.
Pero no vayamos tan rápido, en los poemas a Mariel encontramos
otro tipo de relaciones: "Esto ya no es amor Mariel esto es puro rock/ sin
embargo entre la casttera del taxi y el florero/ entre los viejos discos y las
hortensias/ aun dejas algunos gramos de esto".
Un poética que
se construye desde la pérdida, del sin lugar, pero que desde ahí
elabora un paisaje doméstico y urbano con cargas semánticas que
asocio a ciertos goteos sicodélicos.
Pero sigamos, el poema Mi
querida Mariel, tiene estos versos que confirman está forma variopinta
de escribir: "Esta semana me cambie de departamento el de/ ahora es más/
espacioso/ tiene en las ventanas enredaderas/ que son/ como grandes lenguas abiertas
de serpientes al atardecer". Imágenes que uno podría asociar
a los grandes poetas surrealista de Chile, Rosamel de Valle, Humberto Díaz
o Enrique Gomez Correa, por ejemplo este espléndido poema de E.Gómez
Correa, La mirada mental: "Ahora sus ojos se inclinan hacia la izquierda
hacia la derecha/ Los árboles invaden la mitad de su cerebro".
Con
todo esto, no quiero decir que López sea un continuador del surrealismo
chileno o que sea un pos - mandragoniano, lo que deseo establecer, es que se trata
de una poesía que propone por momentos cierto desplazamiento onírico,
que por deformación asocio a cierta estética, pero también
está Carver con el detalle de escenas claras y simples. O sea sin duda
hay un enfrentamiento o choque dentro de su misma poesía, principios de
realidad afincados en alguna noción de realismo y por otro lado imágenes
alucinantes, a todo esto Freud llamaría "el principio de la realidad".
El poema Limpieza, en su primer verso dice:" Esta noche lo
único que hay sobre el velador es un poema". Qué más
concreto y simple que eso. Este poema en particular, creo que encierra gran parte
de la verdad de este libro, es un poema que propone una mirada situada, un poema
de alguien que discurre en ideas y desplaza sus versos a modo de constatación.
"voy al
baño y pienso en todo lo que fue necesario
para que este chorro claro
de agua se enhebrara
suave difuso en el muelle
erosionado de los dedos
y se escribiera finalmente el poema"
Pero
López constantemente desplaza el foco, propone y propone; ejemplo, este
excelente texto llamado Costumbres donde el sujeto sueña con su
amigo gay "Ernesto" (nótese el nombre del amigo) y ambos ojean
una revista porno, lo que puede parecer una escena juvenil y reiterativa gira
abruptamente con el sujeto saltando de una azotea agarrándose al pene de
uno de los tipos aparecidos en el sueño y culmina de esta manera: "Cayendo
diez veinte mil metros/ hacia el corazón de una ciudad parecida a Santiago/
Santiago es una pequeña caja de música en la que a veces llueve/
llueve y todo rostro se desvanece al abrir la cortina".
En el poema
Golosinas encuentro otros versos que ya a esta a altura del libro son como
dije anteriormente, piezas de arquitectura, sellos de una poética: "Entonces
miro sus piernas/ y observo que eran la extensión brillante de un pejerrey".
Dentro del mismo poema vemos que el sujeto desplaza su línea imaginaria
y extrae, recorta, monta estos versos: "Un matemático en la televisión
explicó que no./ Que el frágil principio de la luz se sostiene solo
con el movimiento".
Movimiento que advertimos dentro de una estructura
de oleajes, alucinaciones, escenas cotidianas, voluntad de pensamiento, sigamos
con el mismo poema Golosinas : "¿Acaso pueden existir personas/
que en su interior no posean a nadie?".
López, no deja de hilvanar
la idea del abandono, del vacío como lugar para llenar con más vacío.
En
Los Surfistas de López, siempre hay alguien que dirige sus poemas,
que se involucra y relaciona, lo que asocio a una poesía conversacional,
en la que podemos casi ver que sucede en el interior del sujeto. No es una poesía
que arriesga la desintegración del sujeto y que trabaje necesariamente
bajo una maquinaria de palabras, o sea una poesía que indague en el lenguaje,
una "terapia de lenguaje" como lo llamó Wittgenstein. O una poesía
que se aboque a lo indecible y que utilice la economía verbal como silencio
físico y metafísico. No, y sí, porque encontramos poemas
que podrían caer dentro de ese tipo de indagaciones, que cuanto menos dice
el poeta, más piensa y siente el lector, más dice el silencio. López
surfea en esos límites. No sé si llegando a problematizarlos, pero
deambula.
Esta poesía, creo, encuentra su fuerza en su capacidad
de desplazamiento, de trabajar con objetos y cierta materialidad que derrama en
sueños o alucinaciones. Además advierto conciencia de qué
y cómo se escribe. Conciencia de estructuras y discursos urbanos. Alguien
dijo por ahí, "que todo poema tiene que ser capaz de criticarse así
mismo".
Todo esto, más una evidente frescura (vitalidad) hacen
de este libro, un referente de efecto notorio, entre las más nuevas poesías
que se están escribiendo hoy en Chile.
Leer
Más : Poesía Surfer.
"Los surfistas" de Víctor
López - (Ediciones VOX, 2006)
Por Raúl Hernández
http://www.letras.mysite.com/rh211106.htm