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UNA METÁFORA ALUCINADA

Comentario al libro de poesía Los surfistas de Víctor López

Por David Bustos.
Aparecido en: www.lanzallamas.com


Víctor López (1982) ha lanzado su tabla de surf sobre el pequeño escenario de la más actual poesía chilena (escritura de poetas menores a los 30 años).

Podría comenzar hablando de la dicotomía que hay entre la madurez del libro versus la edad del autor (25 años) y lanzarme con una hipótesis de comentarista aburrido y reiterativo. Claramente para mí, lo que se está escribiendo ahora mismo en poesía, no dicen mucha relación con las edades, lo temas básicamente son los mismos y eso lo confirmo al leer saltadamente la Muestra de Poesía "Dieciocho Poetas Jóvenes de la Región Metropolitana", compilado por Leonardo Murillo, Edson Pizarro y Camilo Retamales. Quizás la diferencia entre estos poetas, se relacione con el aforismo mallameano que: los poemas no se construyen con ideas sino con palabras. O lo que señala George Steiner en su ensayo de Lingüística y Poética acerca del escritor, "el gran escritor es un técnico, un artesano que desarrolla habilidades profundas que con el tiempo se vuelven comprensibles".

Víctor López es uno de los poetas veinteañeros que conforman la mencionada muestra, y que destaca a todas luces ¿Por qué? Vayamos a su libro recientemente publicado.

Los Surfista (Editorial Vox, Bahía Blanca, Argentina, 2006) utiliza la imagen del surf, para disparar una serie de significantes trazando la poética del libro: "Estar en un país sin más remedio que esperar" o "Un surfista viaja toda su vida en un autobús que de a poco se/ desvanece".

Nombres de ciudades desconocidas, escenas alucinantes donde un mozo que ha trabajado toda su vida en un mismo restaurant, decide escribir en su libreta de apuntes sobre un puñado de aceitunas quietas en una bandeja de plata o cuando el sujeto de este poemario declara sueltamente que cualquier sonido puede ser música y habla de la ducha o como resuena un huevo frito en el sartén de la cocina. Estas imágenes esculpen este poemario.

Pero no vayamos tan rápido, en los poemas a Mariel encontramos otro tipo de relaciones: "Esto ya no es amor Mariel esto es puro rock/ sin embargo entre la casttera del taxi y el florero/ entre los viejos discos y las hortensias/ aun dejas algunos gramos de esto".

Un poética que se construye desde la pérdida, del sin lugar, pero que desde ahí elabora un paisaje doméstico y urbano con cargas semánticas que asocio a ciertos goteos sicodélicos.

Pero sigamos, el poema Mi querida Mariel, tiene estos versos que confirman está forma variopinta de escribir: "Esta semana me cambie de departamento el de/ ahora es más/ espacioso/ tiene en las ventanas enredaderas/ que son/ como grandes lenguas abiertas de serpientes al atardecer". Imágenes que uno podría asociar a los grandes poetas surrealista de Chile, Rosamel de Valle, Humberto Díaz o Enrique Gomez Correa, por ejemplo este espléndido poema de E.Gómez Correa, La mirada mental: "Ahora sus ojos se inclinan hacia la izquierda hacia la derecha/ Los árboles invaden la mitad de su cerebro".

Con todo esto, no quiero decir que López sea un continuador del surrealismo chileno o que sea un pos - mandragoniano, lo que deseo establecer, es que se trata de una poesía que propone por momentos cierto desplazamiento onírico, que por deformación asocio a cierta estética, pero también está Carver con el detalle de escenas claras y simples. O sea sin duda hay un enfrentamiento o choque dentro de su misma poesía, principios de realidad afincados en alguna noción de realismo y por otro lado imágenes alucinantes, a todo esto Freud llamaría "el principio de la realidad".

El poema Limpieza, en su primer verso dice:" Esta noche lo único que hay sobre el velador es un poema". Qué más concreto y simple que eso. Este poema en particular, creo que encierra gran parte de la verdad de este libro, es un poema que propone una mirada situada, un poema de alguien que discurre en ideas y desplaza sus versos a modo de constatación.

"voy al baño y pienso en todo lo que fue necesario
para que este chorro claro de agua se enhebrara

suave difuso en el muelle erosionado de los dedos
y se escribiera finalmente el poema"

Pero López constantemente desplaza el foco, propone y propone; ejemplo, este excelente texto llamado Costumbres donde el sujeto sueña con su amigo gay "Ernesto" (nótese el nombre del amigo) y ambos ojean una revista porno, lo que puede parecer una escena juvenil y reiterativa gira abruptamente con el sujeto saltando de una azotea agarrándose al pene de uno de los tipos aparecidos en el sueño y culmina de esta manera: "Cayendo diez veinte mil metros/ hacia el corazón de una ciudad parecida a Santiago/ Santiago es una pequeña caja de música en la que a veces llueve/ llueve y todo rostro se desvanece al abrir la cortina".

En el poema Golosinas encuentro otros versos que ya a esta a altura del libro son como dije anteriormente, piezas de arquitectura, sellos de una poética: "Entonces miro sus piernas/ y observo que eran la extensión brillante de un pejerrey". Dentro del mismo poema vemos que el sujeto desplaza su línea imaginaria y extrae, recorta, monta estos versos: "Un matemático en la televisión explicó que no./ Que el frágil principio de la luz se sostiene solo con el movimiento".

Movimiento que advertimos dentro de una estructura de oleajes, alucinaciones, escenas cotidianas, voluntad de pensamiento, sigamos con el mismo poema Golosinas : "¿Acaso pueden existir personas/ que en su interior no posean a nadie?".

López, no deja de hilvanar la idea del abandono, del vacío como lugar para llenar con más vacío.

En Los Surfistas de López, siempre hay alguien que dirige sus poemas, que se involucra y relaciona, lo que asocio a una poesía conversacional, en la que podemos casi ver que sucede en el interior del sujeto. No es una poesía que arriesga la desintegración del sujeto y que trabaje necesariamente bajo una maquinaria de palabras, o sea una poesía que indague en el lenguaje, una "terapia de lenguaje" como lo llamó Wittgenstein. O una poesía que se aboque a lo indecible y que utilice la economía verbal como silencio físico y metafísico. No, y sí, porque encontramos poemas que podrían caer dentro de ese tipo de indagaciones, que cuanto menos dice el poeta, más piensa y siente el lector, más dice el silencio. López surfea en esos límites. No sé si llegando a problematizarlos, pero deambula.

Esta poesía, creo, encuentra su fuerza en su capacidad de desplazamiento, de trabajar con objetos y cierta materialidad que derrama en sueños o alucinaciones. Además advierto conciencia de qué y cómo se escribe. Conciencia de estructuras y discursos urbanos. Alguien dijo por ahí, "que todo poema tiene que ser capaz de criticarse así mismo".

Todo esto, más una evidente frescura (vitalidad) hacen de este libro, un referente de efecto notorio, entre las más nuevas poesías que se están escribiendo hoy en Chile.

 

 

Leer Más : Poesía Surfer.
"Los surfistas" de Víctor López - (Ediciones VOX, 2006)
Por Raúl Hernández
http://www.letras.mysite.com/rh211106.htm


 




 

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Una metáfora alucinada.
Comentario al libro de poesía "Los surfistas" de Víctor López.
Por David Bustos.