FRENTE
Sueño un rato que duermo, doy vueltas
y más vueltas en la cama: despierto.
El día comienza o termina a través
de alguna persiana entrevista en el sueño.
Liviano, invariable, del mismo color
que tiñe el revés de los párpados.
El día termina o comienza detrás
de alguna ventana entreabierta en el sueño.
Por ella me asomo y distingo la calle
que llega a mi casa. De lejos, diviso
mi sombra, que viene del este y camina
con rumbo a la noche. Me acerco.
El día comienza o termina por sobre
algún horizonte emergido del sueño.
Un hombre atraviesa los campos de espigas.
LA CASA DE JUAN MARTÍN
Bajo el techo de zinc, la armazón
de una casa de campo habitual.
Las paredes cubiertas del alga
verdosa que habita en el aire
marino. Por dentro, la estufa
es una fogata encendida
en medio del suelo, un montón
de pellejos la cama, y los muebles
apenas dos troncos cortados
en torno a la hoguera. Del cielo
un tarro colgado con agua
que hierve. Es la casa de Juan
Martín, cuyo padre y abuelo
han llevado ese nombre, que habrá
de llevar el mayor de sus hijos
y así en espiral, según cuenta
sonriente. Agradezco su pan
y le entrego cigarros. Devuelvo
mis pasos al mar, cerro abajo.
ARTERIA
El tubo de cobre que viene
del pozo, atraviesa los campos
y llega a la casa. El tubo
de cobre, que impide el avance
pesado de alguna lombriz.
El tubo de cobre que aferran
las raíces de la hortensia
ha teñido sus flores. El tubo
de cobre que pasa después
debajo del baño y resuena.
El tubo de cobre que asoma
su boca asombrada en el centro
de los lavatorios. El tubo
que enhebra su ruta de cobre
por toda la casa dormida
revienta: las aguas anegan
mi cama y disuelven la imagen
del tubo. Se encienden las luces
al rato y la luna amarilla
me acecha en el cielo cobrizo
que anuncia los días. Afuera
va el barco a vapor de las ocho
con remolques repletos de ripio.
CRÁNEO
Si comienzo a caminar por ese espacio cuya forma
es la forma de un espacio que recuerdo y no conozco
o conozco y no recuerdo:
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en esos casos,
el eco -en esos casos, espantoso- de mis pasos me despierta
todavía ante la puerta de esa forma: abierta.
AULA
La visión -a rebanadas- de un encéfalo
en tintura, te bastó para entender
que el cerebro es comestible y las ideas
se digieren.
------------------------ En delgadas
laminillas
separaba la silueta arborescente
de la masa neuronal, el profesor
disertando sobre el alma:
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una esponja
que estrujaba los estómagos del curso
y conserva mi memoria, sumergida
en un frasco de formol.
--------------------------------- La
visión
de un encéfalo en tintura, a rebanadas.
ACTIVIDAD Nº1
Enciende una vela en un cuarto
oscuro y observa su brillo.
El rayo de luz que tus ojos
arrojan -según los antiguos
filósofos griegos- alcanza
las cosas, rebota y devuelve
su imagen veloz por el iris.
Un cono directo al pasado
reciente, membranas adentro
del cráneo. Se enciende al revés
la vela que ves: un fulgor
diminuto en la noche craneal.
Comenta, después, la experiencia
con tus compañeros de curso.
CALLE
Las caras recientes
suceden detrás de
los párpados. Caras
recientes, de gente
que asoma sus rasgos
por entre las vetas
del mármol ligero
que cubre y sostiene
los templos del sueño.
Como una cascada en
suspenso, suceden
las caras detrás de
los párpados: peces
veloces prosperan
y pueblan las aguas
oscuras del ojo.
BERENICE
Un comienzo glorioso: laureles
para Apolo.
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Llevé esa corona
durante semanas, y no me jacté
de otra noche en tu automóvil, secreta
brumosa, como el ánimo que encoge
todavía el corazón.
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Una tarde
de campo recuerdo: en el prado
se habló sobre dioses y drogas
(confesabas -distraída- a tus amigas)
y un fin de semana que fuimos hermosos
en los usos del amor, bajo unos pinos
oxidados por el mar.
--------------------------------- De
esta manera
fundamos nuestro idilio, sobre mitos
que cedieron a su peso:
--------------------------------- era
el año del perro
y nos mordió en los talones. Resaca
feroz en las orillas del deseo
nos dejamos arrastrar hasta el naufragio
constelado, sin arrugas, en la piel.
Cortaste tus cabellos y acordamos
un adiós inteligente, por teléfono.
DOS EPIGRAMAS
I
Libres de polvo, mas no de paja
ya te habrán envenenado los consejos
de Frígida -tu amiga- que no piensa
más que en cubrecamas y cortinas
para uniformar su medianía.
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¡Hasta cuándo
se entromete esa serpiente en los establos
ajenos, y se enrosca en mis asuntos!
II
(Tijeras)
Puedo perdonarte esa traición
que me cuentas, sin vergüenza, de una amiga
mientras me cortas el pelo.
---------------------------------
A tu espalda
también suelo hablar en tercera persona.
Pero doy menos pistas.
BAR
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Dejadme llorar - orillas del bar.
---------------------------------
Ernesto Mejía Sánchez
No sabe lo que gana aquel que pierde una mujer
recita mi comparsa entre unas copas.
--------------------------------- Me
pregunto
qué pierdo yo al saber -mientras relleno
su copa- lo que gano.
--------------------------------- Qué
sabor
me dejan en la boca sus palabras
y el vino que desborda las orillas de la noche.
No sabe lo que pierde me repito, copa en mano
(un sorbo) aquel que gana una mujer.
Y así hasta que amanece: otra botella.
YO ME CONSUELO DICIÉNDOME NADA
Nada de aquello que pueda contar
puede pasarme.
---------------------------------
Recuento las horas
que pasan, me asomo a los ojos
de buey desde mi camarote
y observo que el barco naufraga.
Descuento segundos al tiempo
que el agua demora en cubrir
el casco.
---------------------------------
Respiro profundo
y corro a cubierta:
---------------------------------
los botes
transportan mujeres y niños
primero.
Una vez sumergido
emerge de nuevo el ahogado
tres veces.
Los días se alejan
a nado y alcanzan la orilla.
IGUAL O INVERSAMENTE A LA NOSTALGIA
1.- Ser digno de rocío en las mañanas
y bajo la miseria de los diarios:
---------------------------------
darle cuerda al corazón y esperar
2.- Al acecho de alarmas, o pájaros
que imitan las alarmas. Entre líneas:
--------------------------------- darle
cuerda al corazón y esperar
3.- Devolver por el camino las monedas
invertidas en momentos de pasión:
---------------------------------
darle cuerda al corazón y esperar
4.- Calcular, a cada paso, cómo atrasan
la distancia los relojes. Otra vez:
---------------------------------
darle cuerda al corazón y esperar
INTERPRETACIÓN DEL SUEÑO
Una década
de manos
alzadas,
seguida
de un siglo
de manos
cortadas.
Barajas
la historia,
repartes
las cartas
y apuestas.
MIGRACIONES
Erizados de medidas precautorias
avanzamos por el fondo arenoso
de la historia, bajo el mar.
--------------------------------- Con
paciencia
expropiada a los moluscos que invadieron
casi todo el litoral hace tres décadas.
A pesar de la Corriente del Niño.
Ciertos peces de colores, provenientes
de las aguas que atraviesa el Ecuador
son visibles a la altura de Queule
cada cuatro veranos.
---------------------------------
Las rocas
que limitan el acceso a la playa
acogen pequeños escualos
entre sus pliegues.
--------------------------------- Armadas
hasta los dientes, las costas
de la memoria se entibian.
SI ESCARBAS EN LO ESCRITO ENCUENTRAS HUESOS
pero el suelo de la historia es pavimento
la vereda que transito al elegir cada vez
un oficio que alcance -veloz- el futuro
molicie del insomnio nacional.
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Olvida
el cerebro de Chile en barbecho me dicen
los inmensos vertederos que el encuadre
de los hechos excluye:
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fascinado
por las bodas de un ídolo del teatro
la ubicación para el nuevo zoológico
el turbio negocio de las sanitarias.
REPARACIONES
Los bulldozers que remueven cada tanto
estos suelos para hacer otro camino
hacen temblar mi osamenta.
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Las noticias
la destierran y la vuelven a enterrar.
Ya me aturde nuevamente el traqueteo
de picotas y taladros: remodelan
una vieja carretera hacia el futuro.
Los vehículos que pasan veloces
por la historia desplegada en concesiones
y proyectos urgentes, remecen
mi recuerdo bajo todo el territorio.
Estos suelos que remueven cada tanto
los bulldozers para hacer otro camino.
CORDILLERA
Congelado en las orejas el bramido
de la nieve me parece más azul
ahora que la tarde desciende
por otras laderas y enfrento
un muro de roca que engendra
la noche en sus vetas heladas.
Aquí hallé la muerte: entre pliegues
que el tiempo no alisa, nevados
bajo el peso impasible de enormes
montañas de memoria. Los siglos
conservan mis huesos aún congelados
y el bramido de la nieve en las orejas.
CENIZA
Fantasma de fantasma, fotocopia
que mira, ignora, inquieta, cada vez
más tenue en la solapa de su madre
-motivo ocasional de nuestra lírica-
imagen entre imágenes de archivo
marco para declaraciones públicas
graffiti en facultades de provincias
concepto de una "muestra colectiva"
papeles que levantan de la calle
los pasos apenas, el viento.
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Basura
que alguien barre, amontona, y luego quema.
ROTISERÍA
Si la patria estaba cruda
todavía cuando advino
y devino, como dicen
una sobra más visible
en el mapa y en la mesa
de los grandes mercaderes
se comprende que este postre
indigesto que tragamos
tantos años de consuelo
se repita una vez más.
DOCTOR
Es preciso talar la mitad
del cerebro, quemar los troncos
que queden en pie, remover
las laderas carbonizadas
con maquinaria especial
y arborizar, por lo pronto
todo el terreno, ordenar
especies foráneas de ideas
en filas, nutrirlas, sentarse
a esperar que los cielos encima
sucedan, los suelos se cubran
de agujas y extiendan las ramas
su sombra sobre ellas, dejar
que en años concéntricos fluya
la sangre corriente y renueve
todo el follaje encefálico
para poder integrarse recién
al negocio privado del árbol
y ascender por sus ramas caídas
finalmente en busca del sol.
EXPIRAR
Lo menos que algo puede es pasar
otro enciende un cigarrillo, por lo menos
Parecer mejor que nada en un momento
por lo menos, otro enciende un cigarrillo
más quizás -nada claro- algunas veces
otro enciende un cigarrillo, por lo menos
y esfumarse entre cenizas. Ya pasado
por lo menos, otro enciende un cigarrillo
persistir en ciertos gestos: cada vez
otro enciende un cigarrillo, por lo menos.
CHARLA
Porque ya no queda mucho
que ocultar, somos secretos
cuando hablamos.
--------------------------------- Las
orejas
bien abiertas y los dientes
asomados, en señal
de confianza.
--------------------------------- Allanamos
las cuestiones, los caminos
con cautela.
---------------------------------
Nuestra charla
lleva voces camufladas
que en el humo las narices
no disciernen.
--------------------------------- Encontramos
el fracaso, donde todos
los demás han fracasado.
FILM
También acaba por aclararse
la película del tiempo: esta
piel adherida a las cosas
trasluce las cosas, finalmente
ciertas. Materia arrojada
al mar, masticada en las huecas
mejillas de las olas. También
se agrieta de pronto la cáscara
rugosa del tiempo y asoma
como un fruto provisorio
la memoria. Carne cruda
y sangrante en los duraznos
abiertos. También se disipa
a medio camino la capa
de bruma que envuelve los días
que vienen del mar. La humedad
se estrella en los cerros costeros
y satura los bosques. Así
se evapora la tarde en Valdivia
y asoma el humor de la noche
por entre sus poros. Entonces
se rasga la tela tendida
del cielo y los meses futuros
escurren a cántaros: llueve.
DÁRSENA
Con los años algunas ideas
consiguen migrar:
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de un extremo
al otro del cráneo, por zonas
repletas de escollos avanzan
y pierden el rumbo.
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La sal
de las olas irrita sus ojos.
Pero luego retoman la ruta
y alcanzan la costa.
--------------------------------- Arrecifes
de memoria las enfrentan
y amenazan sus naves.
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Las aguas
más claras del sueño delatan
sus siluetas temibles al borde
del día.
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Del otro hemisferio
conocen apenas los mapas
antiguos que teje el recuerdo
plateado de cada vigilia.
--------------------------------- Así
arriban finalmente: breves
ideas que habrán de esperar
su turno en aduanas.
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En filas
morosas que cruzan a diario
las barreras de la palabra.
ESPECIES INTENCIONALES
Mientras estos ojos envejecen
el mundo permanece como nuevo.
Reluce en las mañanas
y difunde por la tarde su brillo
en todas direcciones. Mientras esta
mirada se curva hacia dentro
y forma una cuenca y recoge
la lluvia constante de escenas
el mundo permanece como un plano
inclinado y las imágenes resbalan
al abismo de la historia. Mientras estos
ojos se licuan a nivel de las pantallas
y se agitan y remansan bajo el cielo
estrellado de los párpados, el mundo
es un mar donde las luces tranquilas
se mecen y migran en círculos
concéntricos sin rumbo. Mientras esta
mirada abandona las órbitas
fijas del globo ocular, el mundo
recorre una elipse a la inversa.
Y retorna a su centro en el sueño.