Imagino a un lector entrando en la obra de Delia Domínguez por los títulos citados en la contratapa de su último libro: "Simbólico Retorno", "El Sol Mira Para Atrás", "PIDO QUE VUELVA Ml ANGEL".
— Obsesión nostálgica, evasión del presente, sospecha él, no sin razones.
— Pero también "La Tierra Nace al Canto", e incluso "Contracanto", replicamos apelando a otros títulos, y ya estamos caracterizando el azar —¡pero el azar es una forma de poesía!— la obra de esta valiosa poetisa chilena.
Porque en Delia Domínguez se da el desenfado de una generación que destiñó el azul-marino de la tradición con ese azul-jeans que inundó las calles de la "nueva ola", junto al recato de ir a los rodeos del sur montando a un haz y con faldones, como Dios manda.
¿Qué me salgo del tema haciendo la biografía de una escritora?
No. Me meto en el tema haciendo la biografía de una escritura.
LECHE DE MUJER
Avancemos desde la contratapa hacia el primer poema:
"El hijo de Dios
bajó a la tierra para hacerse hombre
y tuvo que buscar
el pecho de una mujer"
No por nada el libro se abre en el límite de lo humano y lo divino del canto, en que el Hijo baja a la madre, siguiendo el mismo camino que la palabra debe seguir desde el verbo a la tierra, para hacerse poética. Poesía que nace de la madre-tierra. Si fuera divina, bajaría a salvarnos: humana como es, baja a salvarse.
¡Por supuesto que todo esto dentro de la concepción poética de Delia Domínguez, o mejor todavía, de la concepción que su propia obra muestra de sí misma! Así entendido, este poema inicial pudo perfectamente llamarse Arte Poética: el poema como resurrección del verbo. Desde nuestra perspectiva de lectura, el bíblico "Hijo de Dios hecho hombre", se humaniza en ese "hacerse hombre", que diciendo lo mismo lo dice de un modo nuevo, terrestre, como si también la palabra descendiera de los cielos. Bajar "a la tierra para hacerse hombre"... ¿Cuántas veces oímos ese consejo, desafío mejor dicho, a los campesinos del norte y del sur?
De esto hablamos cuando pensamos en una poesía de la tierra: de la capacidad de germinar en nuevas significaciones líricas, y no en paisajismos trasnochados ni cosas por el estilo.
AGUA DE HIERBAS
Los ancianos que murieron
tomaban hierba de Artemisa
para aclarar sus aguas
interiores.
¿Y si el mundo tomara hierba de Artemisa?
(Crece silvestre al sur del paralelo 40)
A lo mejor
estaríamos todos frente a
frente
limpios
como recién nacidos.
Poetisa del arraigo, éste no se da —ni en su reciente libro ni en los anteriores— por la contemplación o la añoranza de un lugar ni un tiempo, sino por el uso eficaz de un lenguaje que apela a todas las significaciones heredadas, el cual canta y contracanta los sueños, las nostalgias, los desvelos, las derrotas del hombre.
De otro modo la tierra sería un simple telón de fondo, y no del mundo de estos poemas. Su fuente de sabiduría humana:
"Soy como los animales:
sé pisar en la oscuridad, y
desde el fin del mundo,
podría volver con los ojos vendados
a mi vieja casa en las
colinas".
Es que, vaya donde vaya, esas colinas no la abandonan.
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com PIDO QUE VUELVA MI ÁNGEL
Delia Domínguez, Editorial Universitaria 1982, 47 páginas
Por Floridor Pérez
Publicado en Pluma y Pincel, N°4, abril de 1983
Imagino a un lector entrando en la obra de Delia Domínguez por los títulos citados en la contratapa de su último libro: "Simbólico Retorno", "El Sol Mira Para Atrás", "PIDO QUE VUELVA Ml ANGEL". 
