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El prestigio internacional de Diamela Eltit
Pedro Pablo Guerrero
Revista de Libros de El Mercurio, Domingo 22 de enero de 2012
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Cuando recibió el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso, que otorga la Universidad de Talca, Diamela Eltit declaró que "en la dicotomía entre winner y loser, sin dudar, sin chistar y, especialmente, sin quejarme, yo me considero una perdedora".
Sin duda que Diamela Eltit no es una autora de best sellers ni tiene el glamour que buscan las cámaras de televisión, pero su prestigio hace ya tiempo que cruzó las fronteras. Lo confirman las novedades con las que empieza el año: la editorial española Periférica hizo un acuerdo directo con ella para reeditar su obra narrativa empezando con la novela Jamás el fuego nunca (2007) y siguiendo con su primer libro de testimonios: El Padre Mío (1989).
"Las novelas aparecerán tal como fueron publicadas. Afortunadamente Planeta me cedió muy gentilmente los derechos y algunos los tengo yo, entonces no fue problemático", cuenta Diamela Eltit.
Sus obras se integrarán a la colección Largo recorrido, de Periférica. Su director literario, Julián Rodríguez, dice que están felices con el acuerdo: "Nuestra editorial comenzó a trabajar hace cinco años y trata, poco a poco, con ambición pero también humildad, de construir un catálogo que responda al proyecto que trazamos. Nos parecía que la obra de Diamela Eltit debía estar en él, era uno de nuestros grandes deseos, porque nos fascina y nos parece, además, clave para la literatura en español del cambio de siglo. Las negociaciones han sido muy fáciles, puesto que Diamela ha sido en todo momento muy generosa con nuestra joven editorial. Publicaremos textos nuevos a la vez que presentamos toda su obra anterior a lectores de todo el mundo en español".
Este mes también la prestigiosa editorial francesa L'Harmattan publicó el ensayo Diamela Eltit. Les déplacements du féminin ou la poétique en mouvement au Chili, de Catherine Pélage, profesora de literatura latinoamericana en la Universidad de Orléans. Pélage hizo una tesis doctoral sobre marginación y transgresión en las producciones de novelistas chilenas del siglo XX. Estuvo un año y medio en nuestro país trabajando en el Instituto Chileno-Francés y recopilando materiales. Estudió obras de Isabel Allende, María Luisa Bombal, Marta Brunet, María Elena Gertner, Magdalena Petit, Mercedes Valdivieso y María Flora Yáñez. Después de la tesis, se centró en las autoras más recientes: Pía Barros y Diamela Eltit. Publicó artículos sobre la primera y acaba de traducir varios de sus textos para una editorial especializada en microcuentos. En cuanto a Diamela Eltit, la investigadora francesa recuerda: "Su obra me fascinó desde que la descubrí en un seminario en La Sorbona que dio mi profesor de tesis, Raúl Silva Cáceres. Me llamaron la atención las relaciones, basadas en un malestar constructivo, que la autora establece con el lector".
Pélage aclara que el ensayo que acaba de publicar L'Harmattan no es su tesis, sino una aproximación a la obra de la autora chilena que se basa en reflexiones de los últimos años. "La idea que defiendo es que las obras de Diamela Eltit aspiran a romper encierros, tanto políticos como teóricos, literarios, genéricos... De ahí redefiniciones que constituyen diferentes desplazamientos. Desplazamientos, ya que la autora se opone a la idea de una esencia femenina inmutable; su reflexión evoluciona constantemente, y concibe lo femenino como una fuerza transgresora que se mueve por las diferentes esferas del poder para desconstruirlo", señala Pélage. El ensayo se inicia con reflexiones generales sobre los escritos de Diamela Eltit y termina con el análisis de El cuarto mundo, Mano de obra y El Padre Mío. El marco teórico lo constituyen los pensamientos del crítico Michèle Ramond acerca de lo femenino, así como las teorías de Milagros Ezquerro sobre producción y recepción de textos.
Catherine Pélage destaca en el trabajo de Diamela Eltit la innovación que representó su obra en el panorama de las creaciones "femeninas" en Chile. "Por otro lado -agrega-, me fascina su lucidez en la observación de fenómenos muy actuales. La ciudad vista como un supermercado en Mano de obra, por ejemplo, resulta muy sugestiva también para un lector francés. Además, me interesan mucho las relaciones intertextuales que la autora establece con autores franceses como Michel Foucault: aparece un claro juego de ecos entre Vigilar y castigar y Mano de obra, por ejemplo. La séquestrée de Poitiers, de André Gide, resulta interesante también para reflexionar sobre El Padre Mío".
Consciente de lo inusual que resulta que una editorial europea tan grande como L'Harmattan publique un libro crítico sobre una escritora latinoamericana viva, Diamela Eltit se siente halagada y anticipa respecto de sus proyectos literarios: "Estoy escribiendo de manera intensa y comprometida -es un decir- hasta los huesos una nueva novela todavía sin título".