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La neoliberalizacion de la enfermedad: precio y desprecio

Por Diamela Eltit
Publicado en El Desconcierto, 2 de abril de 2020



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Desde una realidad móvil, incierta, resultan apresuradas las posiciones respecto al futuro del capitalismo después de la terrible asolada del virus que ha mundializado la enfermedad. No obstante, lo que sí es perceptible son las medidas diversas que han adoptado las distintas naciones. Y son esas diversidades las que politizan la enfermedad.

Personalmente no experimento sensaciones ligadas a teorías conspirativas pero lo que sí quiero decir es que no le creo ni confío en el ministro Mañalich. No pertenece al Colegio Médico porque renunció antes de que el Colegio decretara su expulsión. Mintió cuando dijo que habían terminado las listas de espera en Fonasa. Aseguró que recibía cartas de felicitaciones de usuarios en el Compin. Y, desde luego, lo más grave e imperdonable es que dijo públicamente que Chile tenía la mejor salud del planeta. Asegurar una falacia de esa magnitud por parte del que ostenta la cartera de salud realmente es de terror. Vergonzoso. El ministro miente. Miente cuando dice que los países no aplican considerables cuarentenas, basta pensar en India o en Moscú. Y quedará para los archivos de la cortesanía (sin límite, sin pudor alguno) la foto de su reverencia asombrosa al presidente Piñera, indigna de un Ministro de Estado, cercana a una caricatura del paterismo.

Desde otra perspectiva, la desigualdad social chilena no puede ser desligada de las medidas tomadas por las autoridades. Así es legítimo asegurar que se ha desencadenado la neoliberalización de la enfermedad

El “Espacio Riesco” es un mega error político porque implica una negociación e inversión en un espacio privado innecesario frente a la multiplicidad de lugares públicos que podrían haber sido adecuados al mismo fin.

La declaración de cuarenta en las comunas de Santiago Centro, de Independencia y las del sector Oriente, abrió de inmediato la pregunta sobre la totalidad de la región Metropolitana. ¿Por qué no toda? El conjunto de alcaldes y múltiples especialistas en salud, piden esa medida, pero hasta ahora no se ha concretado.

Sabemos que esta crisis traerá un costo alto o altísimo. Que lo pocos dueños del país saldrán indemnes. Que los costos lo pagarán millones de chilenos que conforman más de la mitad de la población. Que el trabajo se verá muy dañado. Ya Independencia está fuera de Cuarentena. Pero, la pregunta es por qué no se aplica en toda la Región Metropolitana, considerando que el virus todavía no despliega su máxima potencia. Una respuesta posible es que las grandes industrias y empresas están ubicadas precisamente en los sectores sin cuarentena donde se concentran las periferias sociales que cuentan con servicios de salud precarios.  Se podría asegurar que muchos obreros y trabajadores viven en las comunas no retenidas y que mantener esas comunas funcionando protege a los empresarios y no a los trabajadores.

Las muertes, hasta ahora (algunas de ellas “compasivas”) no han ocurrido en el Sector Oriente sino en personas que han fallecido en hospitales públicos. Pero las grandes empresas y fábricas ubicadas, muchas de ellas, en los bordes de la Región Metropolitana tienen que producir.

Sin la menor duda es pertinente asegurar que la actual división territorial de la ciudad es política. Reitera la desigualdad. Muestra el mismo énfasis neoliberal que se despliega ante el consumo, solo que esta vez se manifiesta en la segmentación de los cuerpos frente a la enfermedad y la muerte.

Un sistema socioeconómico que le pone precio a la vida. Que muestra territorialmente la dimensión del desprecio.



 

 

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La neoliberalizacion de la enfermedad: precio y desprecio
Por Diamela Eltit
Publicado en El Desconcierto, 2 de abril de 2020