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        Fuerzas especiales de Diamela Eltit  
        Por Paula Rosés
            https://revistabuensalvaje.files.wordpress.com/
            
          
        
          
        
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        Fuerzas especiales, de la chilena  Diamela Eltit, vuelve a poner al  lector frente a una opción estética  transgresora alejada del discurso  dominante. Una “escritora de bordes”,  así es como se ha definido a  sí misma Eltit, que lejos de buscar  la complacencia, y de hacer de la  miseria un escenario conmovedor,  como tradicionalmente ha hecho gran parte de la cultura  de izquierda, perturba mostrando la realidad del  dominado frente al opresor sin esconder lo “feo” y la  violencia que genera un sistema tiránico que cosifica  y animaliza a los individuos que se encuentran en los  márgenes.
         La protagonista de Fuerzas especiales es una mujer  joven que vive en un bloque de vivienda social de  un barrio marginal sitiado por la policía. El confinamiento  es el eje vertebrador de su existencia. Su vida  transcurre del pequeño apartamento donde habita con  sus padres y hermana, al cubículo 8 de un cibercafé,  donde se prostituye y visita páginas web de moda. Una  reducción espacial donde la violencia tiene lugar en  todas sus variantes. En su experiencia cotidiana, ésta  articula toda relación entre los individuos y genera  vínculos de amor-rechazo. La protagonista cuenta  una y otra vez (un, dos, tres) a los miembros de su  familia que todavía permanecen a su lado, mientras  se resigna a reconocer como espacio de “salvación”  el pequeño apartamento donde conviven. El cíber se  erige como un espacio transversal, donde confluyen  mundos oscuros, e Internet es la puerta para ir más  allá de la línea fronteriza de las fuerzas policiales, así  como una forma siniestra desde donde el mercado  ejerce la violencia hacia las clases desfavorecidas por  todo aquello que les niega.  
        Un realismo perturbador, donde la obscenidad de la  pobreza, el miedo y el sometimiento se muestran con  crudeza. El discurso narrativo se convierte en conciencia  individual y colectiva. La voluntad estética y ética;  el lenguaje barroco que integra las hablas populares;  la intensidad lírica; la fuerza de unas imágenes que se  alejan de los lugares comunes; el discurso fluido, ágil,  oportunamente interrumpido por la enumeración del  arsenal de la industria armamentística (“Había siete  mil misiles antiaéreos RIM-8 Talos”, “Había cinco  mil rifles CZ452”), conforman una novela excepcional  sobre la lucha por la vida en el infierno de una barriada  asediada día tras día por la brutalidad de las fuerzas  represoras del Estado.