Después de la guerra con Israel de 1948, Palestina perdió el 77% de su territorio.
¿Cómo vivían en la Franja de Gaza, más de dos millones de personas, en una situación de permanente pobreza?, ¿cómo sería?, me pregunto, ¿para los palestinos en Gaza, la vida constreñida a un espacio de cuarenta y cinco kilómetros de largo por siete kilómetros de ancho, cercados, vigilados y especialmente despreciados? El crítico literario Edward Said, profesor de la Universidad de Columbia, en Nueva York y autor del extraordinario libro; “Orientalismo”(pdf), realizó un penetrante comentario cuando definió a los palestinos como las víctimas de las víctimas. La colonización nunca se detuvo y no se detuvo porque los asentamientos seguían invadiendo el territorio.
Pero ahora se ha desencadenado la destrucción.
Los ataques mortales que destruyen a Gaza y a los habitantes de Gaza hoy mismo no serían posible sin el aval europeo y de Estados Unidos o, para decirlo de otra manera, sin parte crucial de Occidente. Porque hay que tener presente que un conjunto de países importantes de Occidente avaló a Israel y de esa manera le concedieron impunidad total a Netanyahu para la realización de este genocidio del pueblo palestino.
EL propio Presidente Joseph Biden, demócrata, visitó Israel para reafirmar su adhesión. Y así, una parte de los países poderosos estimuló y protegió la catástrofe. El Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado americano, Ben Cardin, demócrata, reconoció el envío de armas a Israel y se atrevió a asegurar de manera impúdica: “Confío en que Israel no esté apuntando a las poblaciones civiles”. Lo aseguró después del bombardeo a hospitales, incursiones de Israel que primero adjudicó a un bombardeo efectuada por Hamas y después proclamó que su bombardeo se debía a que Hamas se refugiaba en túneles debajo de los hospitales. Nunca probaron esa teoría.
Por otra parte, el Primer Ministro británico, Rishi Sunak expresó su respaldo “inequívoco” del Reino Unido a Israel y afirmó que trabajó con sus aliados internacionales para coordinar medidas de apoyo. El comercio entre Israel y Reino Unido es elevado.
Mientras António Guterres, portugués, Secretario General de las Naciones Unidas, afirmó que Gaza se estaba convirtiendo en un cementerio para niños, El Ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, aseguró: “El pueblo palestino no existe, las comunidades deben ser borradas”. Y eso es exactamente lo que está pasando. Después de cuatro días de tregua, en el transcurso de unas horas asesinaron a 800 palestinos. Los especialistas aseguran que, de los más de 15.500 muertos en dos meses, el 70% son mujeres y niños y habrá que ver cuántos cuerpos yacen debajo de los escombros.
Daniella Weiss líder del movimiento de asentamientos en Israel declaró que su movimiento lucha por cerrar la opción de un Estado palestino, asegura que los palestinos de Gaza deben irse a Sinaí, a Egipto o a Turquía. Asegura que la vida de un niño israelí vale mucho más que la vida de un niño palestino. Dice que los asentamientos son una forma de regresar a Sion.
Pero la destrucción es tan indiscutible, que hoy tibiamente se levantan voces occidentales para pedir “mesura” a los israelíes, unas voces oficiales que temen por los castigos que sus países les pudieran ejercer en épocas electorales. Temor porque se desencadenen en sus territorios formas de antisemitismo que los problematice. Pero es tarde. Israel ya destruyó la franja de Gaza.
Netanyahu, eventualmente será juzgado por corrupción en Israel y es muy posible que sea exculpado, pero nunca va a comparecer ante un Tribunal Internacional por sus terribles crímenes genocidas. Pero es un genocida.
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dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Las víctimas de las víctimas
Por Diamela Eltit
Publicado en LA VOZ DE LOS QUE SOBRAN, 6 de diciembre 2023