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Diego Maquieira:
No quiero que me lean. Quiero que me aprendan de memoria.
Por Rodrigo Arriagada
12 de Octubre 2005
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A fines de 2004 el autor de los Sea Harrier y La Tirana ingresó a una clínica de rehabilitación para tratar su enfermedad de alcoholismo crónico en estado crítico. Fue como si los harrier, defensores del vitalismo y del amor creativo en su renombrada obra, volvieran a perder la batalla, pero esta vez en la persona del poeta, o como si el destino le resguardara tan temprano fin cual el de Poe, escritor con quien le han ofrecido compartir tumba en Baltimore. Pero el lugar al que están destinados los buenos poetas- según el mismo Maquieira- tendrá que esperar por tan peculiar personaje.
Lejos de inmiscuirse en la oscuridad total- correlato de una ceguera en avanzado desarrollo- el poeta parece no haberse encandilado del todo con los relámpagos de los cuales los poetas son receptores, como él piensa. Por el contrario, Maquieira parece haber canalizado de la mejor forma los centelleos recibidos en el tiempo en que estuvo en condición crítica, y retorna dispuesto a convertirse en una voz épica, representativa de un despertar social y lejana a las imposibilidades y el escepticismo ofrecidos por la antipoesía. Quiere que lo aprendan de memoria, y para ello sigue a Stravinsky en la búsqueda de un nuevo sistema poético. El poeta de la NASA, aquel que quiere fotografiar lo desconocido, asciende definitivamente al Olimpo, anticipando un despertar poético, y es la contraparte de Altazor que cae lentamente en paracaídas anunciando la imposibilidad de la palabra poética. Maquieira, por el contrario, despega en un sea harrier y se sumerge en el misterio, del cual seguramente surgirá la nueva palabra de la cual esperamos señales.
Relaciones con la antipoesía y separación de ella
-Tu poesía congrega elementos futuristas e imaginarios, en ese sentido se podría decir que es una poesía “aérea”. ¿En qué medida fueron determinantes para tu obra las conversaciones con Parra, que, por el contrario, acercó la poesía a la tierra?
- Lo que pasa es que cuando me encontré con Parra, que ha sido un verdadero maestro, lo encontré en “las laderas del olimpo”. Al conversar con él me nutrió y en ese instante decidí subir al olimpo. Él venía bajando, pero yo quería descubrir que había allí.
-¿Y has descubierto algo respecto de este olimpo?
- Estoy en proceso de descubrimiento.
-¿Algunos atisbos?
- Probablemente los hallazgos que yo pueda encontrar cuando llegue al olimpo- faltándome muchos años- los enviaré a la tierra en ese instante.
-¿A eso te refieres cuando has dicho que quieres ser un “poeta de la NASA”?
- Exacto. Es curioso. No me había dado cuenta de eso.
-¿Qué posibilidades consideras que tiene la poesía respecto de crear conciencia social, hoy en día?
- Me parece fundamental. Ahora lo que pasa es que es muy difícil crear conciencia, porque para ello- me he dado cuenta-, en este momento hay que crear un nuevo sistema de composición poética que no se ha hecho aún y yo estoy avocado en esa tarea.
-¿En qué consistiría?
- Estoy en pleno proceso de exploración, pero tendría relación con muchos espacios. Integraría la cultura, la condición humana, la historia, la religión, la música… quizás se me escapa algo.
-¿Y cuánto tiempo llevas en esta exploración?
- En esta exploración llevo exactamente… (Piensa) … 5 días
-¿Y anterior a eso?
- Anterior a eso, yo choqué contra un muro. Y venía con tanta violencia que atravesé al otro lado. Entonces todo lo hecho anteriormente no sirve de nada. O sea en este minuto estoy partiendo literalmente de cero. Lo que sí puedo prever es que con esto, la anti-poesía llega a su fin, porque ya agotó su momento y sus respuestas, por cuanto es necesario algo completamente nuevo.
En busca de una nueva belleza y verdad
-¿Crees en la posibilidad del arte como elemento dador de respuestas y sanador de la sociedad?
- Sin duda, pero ese poder está anulado porque el arte está enfermo.
-Respecto a esa enfermedad, en el arte contemporáneo hay casos como el de la poesía de Rodrigo Lira, quien escribe desde el caos y termina escribiendo un texto igualmente caótico. ¿El arte desordena u ordena?
- El arte es la única posibilidad que nos queda de ordenamiento. En el caso de Lira, si parte con el caos y acaba con el caos, eso explica su fracaso. Lira fracasó en ese sentido. Ahora, como su intento fue muy noble Rodrigo Lira se salvará, a pesar de que haya muerto.
-Es decir, los buenos poetas tienen un lugar en el más allá…
- Sí, hay un lugar de todas maneras.
-¿Qué función cumple en este panorama de enfermedad del arte la violencia y la procacidad del lenguaje en tu obra?
- Eso implica que hay un impulso importante por encontrar la verdad. Pero como no se ha encontrado el medio para poder alcanzarla se desatan todo este tipo de manifestaciones que son trágicamente estériles. Por eso es fundamental hallar una manera, porque Rodrigo Lira no la halló, pero lo intentó y la vio. Eso es muy importante y eso me guía a mí.
-Tú serías un continuista de Lira en ese sentido…
- Sí, porque todos estamos trabajando para este gran edificio. Como decía Lautremaunt: “la poesía debe ser hecha por todos”. Pero eso todavía no lo han sabido usar porque se quedaron en la pendejada del poeta maldito, entonces ahí se emborracharon.
- En el sentido de un autoaniquilamiento…
- Exacto. Eso produjo el encantamiento de la autodestrucción, que es muy encantadora.
- Entonces, habría más poetas en esa actitud que aquellos que estarían trabajando por aquel edificio que mencionaste.
- Exacto. Los que están trabajando por la luz son contados con los dedos de las manos.
- ¿Y en Chile?
- Bueno. Hay muy pocos en esa frecuencia. Estoy buscándolos y me gustaría encontrar más.
- ¿Hay cierto arte en la violencia?
- Sí, claro. Hay un cierto exhibicionismo histriónico en la violencia. Hay un elemento estético pero que no tiene ninguna capacidad de fecundación. Ese es el problema. Se consume a sí mismo.
- ¿Sientes que estamos llegando a un fin?
- Sí, por supuesto. Los signos de descomposición están ya casi claros. De esa desintegración se va a descubrir la penicilina que es lo necesario para no seguir muriendo.
- ¿Entonces ves una posibilidad de replanteamiento?
- Sí, y yo en estos momentos tengo algunos atisbos, que de acuerdo a mi percepción he comprobado existen. Y esos atisbos me mueven a emprender esta aventura.
- ¿Qué posibilidades plantea el tener una actitud vitalista frente al mundo?
- Es importante porque si no se alcanza esa vitalidad, no hay fuerza para emprender la odisea.
- ¿Qué verdad podemos obtener de tu obra, donde hay un espacio carnavalesco, aparentemente desordenado?
- Lo que puedo decir es que lo único que no tiene ningún misterio es la verdad. Curiosamente hay un ansia de verdad y no se le debe tener miedo a ella. La verdad es una pieza fundamental del edificio que estamos hablando, de manera que ese pilar de la verdad está muy debilitado porque ha acogido una gran cantidad de elementos turbios que la han contaminado. Entonces no tiene fuerza la verdad, porque ha trabajado al servicio de la mentira.
Los poetas y la autodestrucción : el peso de la iluminación
-En relación a la muerte. ¿La poesía es una forma de constituir una instancia del ser en el lenguaje; una forma de luchar contra esa muerte?
- No hay que luchar contra esa muerte. Hay que incorporarla como un agitador social de los impulsos internos que se resisten a la idea de lo in- permanente, de lo que se muere. Entonces el problema de la incapacidad de enfrentar la muerte es porque no se quiere pasar por ella. El que no pasa por la muerte no va a ser nunca inmortal.
-¿Por qué los poetas están más expuestos a la autodestrucción y a la muerte?
- Porque son los receptores de estas especies de relámpagos. Son los primeros en recibir esta energía inconmensurable y muchos no saben como distribuirla porque es mucho más grande que uno mismo.
-¿Canalizarla?
- Exacto. Porque no hay una sabiduría, no hay una cultura, ni una tradición, porque no hay referentes. Porque todo sentido de orientación hoy día está totalmente desorientado. Entonces eso hace que la persona se vaya encerrando cada vez en sí misma. Y así, de ello no puede crearse ninguna nueva belleza.
-¿Baudelaire o Poe?
- Baudelaire absolutamente y Poe también. Los dos en la misma medida de su máxima intensidad para contribuir. No importa que Baudelaire sea más grande que Poe. Lo que importa es que los dos estuvieron en el mismo campo de batalla. Uno fue más mariscal ( en el caso del primero) y Poe fue una especie de guía , porque es tan noble que se sacrifica incluso en reconocer que hay otro más grande que él. Y ese es Baudelaire. Y no hay que olvidar que así también Baudelaire ha contribuido enormemente a que el mundo ponga atención sobre Poe.
Al rescate del hombre
-Parafraseando uno de tus versos. ¿Tiene una dimensión moral el hombre o es un “salvaje innoble”?
- Muy buena pregunta, porque en este momento yo creo que a ese salvaje innoble hay que rescatarlo, desenterrarlo. Lo que pasa es que tenemos que distinguir qué es lo que hay que hacer. En ese sentido yo sigo en el sistema de composición a Stravinsky. Él dice que hay que eliminar para elegir y distinguir para unir. Esa es la piedra angular de cómo funciona- al menos en mí- la orientación en la composición poética.
-¿Se puede ser humanista hoy, con tanta estupidez circundante?
Sí, absolutamente. Yo siempre me he considerado un humanista… ¿Qué quieres decir tú?
-En el sentido de luchar por una condición común, que compete a todo ser por el solo hecho de ser humano.
- Exacto. Ese es el punto. Lo que pasa es que hay una enorme incapacidad de ponerse de acuerdo. Entonces en vez de juntarse todas las autonomías y realizar una gran junta final para ver qué han encontrado, andan todos disputándose el vellocino de oro. Estamos partiendo mal, no se puede partir por el vellocino de oro, hay que partir por el barro del paraíso
-Lo mismo sucede en la política…
- Exacto. Por eso te digo que no hay definición. Entonces hay que hacer una creación a partir de la más alta definición, porque así se puede ordenar. Por eso me interesa esto de qué hay que rescatar de lo que queda, porque yo siempre he dicho que lo que bota la ola es lo único que se salva para formar este edificio. Para esto deben haber muchos buscando lo mismo, no imponiendo. Porque una cosa que se sostiene por sí misma, no puede ser impuesta de ningún modo.
- ¿Y qué va quedando de lo que bota la ola?
- Es que ahí están justamente los gérmenes sagrados, las directrices de la composición áurea del porvenir. Lo que pasa es que hay que estar increíblemente lúcido y sensible como un sismógrafo para poder detectar eso. Lo que pasa ahora es que las brújulas están todas temblando.
-¿Y la poesía estaría en esa tarea de captación?
- Absolutamente. Esa debe ser su función
Chile: país cagón
-¿Consideras a Chile una puta religiosa, en el sentido de mantener una apariencia moral, habiendo por debajo una actitud mucho más liberal?
- Ciertamente hay actitudes más liberales. Lo que pasa es que como todo está empantanado, oscuro y confuso ya no se sabe como jugar. Entonces imagina dos jugadores de poker que juegan con algo ya conocido. Entonces para salvar la situación no hay que jugar con los naipes que están sobre la mesa, porque esos los conocen todos. Hay que jugar con los naipes que están bajo la manga. Y esos no se muestran.
-¿Qué impresión tienes de la ciudad chilena, es ese espacio represivo inscrito en La Tirana?
- Lo que pasa es que yo ya no estoy pensando en ciudad. Estoy pensando en otra cosa. Imagina lo siguiente: Chile entero, desde Arica a Magallanes está lleno de miles de miles de cerros. Esos cerros- pienso yo- emanan mojones. Este es un país lleno de mojones, la mierda que viene del cóndor. Los cóndores han dejado esos mojones sobre la cordillera, mientras sobrevuela la carroña. Entonces eso a mí me interesa porque si yo veo estos cerros por todas partes, estamos rodeados de mierda. Entonces por eso, en el fondo somos un país cagón, y nos influye estar rodeados de mierda y arrancamos al mar o a la nieve para purificarnos, porque ¡es una mierda de Arica a Magallanes entera!.
-¿De dónde viene esta falta de originalidad del chileno, esto de incluso ser malo para la cama?
- Porque no tiene el valor, ni la conciencia, ni la voluntad de explorar sus propias raíces.
-¿Y qué podríamos extraer de esos orígenes?
- Por ejemplo, preguntarse qué significa que debajo del escudo chileno diga por la razón o la fuerza. Cuando en el fondo si tiene un autoritarismo, es cagón, es muy rasca el lema, porque debiera decir por la razón Y la fuerza. Es cagón porque no se atreve, llega un punto en que se jode.
-¿Alguna idea nueva?
“Inteligencia y alma”