Aprender algo de la poesía puede partir por un deseo de saber más sobre el lenguaje, usarlo de una manera distinta. Más allá de su gramática y su morfología, el significado de las palabras en un verso permiten jugar, algo que siempre me ha interesado como aprendiz de este arte. Recuerdo leer los clásicos, recuerdo leer a los modernos, recuerdo con cariño y admiración a las poetas con las que me he seguido formando sobre todo que son parte del territorio, entre otros que me hicieron reconocer que Temuco y la región tienen poesía. En actividades como esta presentación escuchaba sobre Dafne Meezs, la escuchaba declamar y al buscar su trabajo… no había libro ¿Por qué empezar así esta presentación? porque creo que para aquellos que somos devoradores de poemas o para quienes buscamos un algo en los versos, la escritura de la poeta Dafne puede ser sin duda un aporte a este territorio de escrituras.
En este mundo tan ansioso tomarse el tiempo para hacer algo parece aumentar ese malestar de tiempos acelerados, lo haya querido o no la poeta que hoy nos convoca, después de mucho tiempo, nos ha bendecido con la publicación de este Paréntesis temporal, este es su primer libro de poesía. Podríamos saber luego cuántas veces le preguntaron ¿para cuándo el libro? o ¿por qué no has publicado aún? tal vez todos manejamos un mal concepto de lo que significa publicar. El “hacer algo público”, “poner algo a disposición del público” o “mostrar, manifestar algo”. Entonces, después de encontrarme con su poesía en antologías y revistas y presenciar tantas lecturas poéticas o coincidir en actividades relacionadas al libro, me atrevería a decir que esta autora ha publicado bastante y en estos lugares es donde muchos conocimos a Dafne, su extenso trabajo genera expectación e invita a leer con más atención la reunión de sus textos en este libro.
Volver a pensar en la primera publicación es reencontrarse con este hacer artesano, textos que se van probando y reafirman su autoría y concretan su presencia en este libro, era común ver a la poeta con una buena cantidad de hojas con sus poemas escritos (hoy la vemos con un objeto material). De alguna manera, en el ejercicio escritural, concretar un libro requiere de mucho deambular por espacios, tiempos y motivos posibles (sin profundizar mucho en el elemento editorial que en una ciudad como Temuco es un tema importante que hay que empezar a abordar) siendo el lenguaje, la palabra, herramienta natural de esta artesanía. Esos poemas que parecen no tener una estructura o conexión concreta se fusionan en este libro que reúne voz y motivos complejos de abordar, así como un lenguaje cuidado y propio de quien escribe, en sus propias palabras, textos que ya tienen un buen tiempo de existencia y otros más recientes, podría ser acaso, una especie de breve antología incluso.
En mi lectura lo primero que llama mi atención es la complejidad del lenguaje, palabras, tecnicismos propios de lugares o estados sensoriales que a ratos puede complejizar un poco la lectura. Sin embargo, creo que este libro estaría incompleto sin esa insistencia a la que nos invita la poeta durante la lectura: seguir leyendo o tomar una pausa para buscar algún significado. Por otro lado, la presencia hablante busca que la atención se vaya hacia objetos ya conocidos: la casa, el amor, la infancia; el paisaje, la ciudad, la noche; el adentro, el afuera, la libertad; los ríos, las piedras, las aves. Hay en los poemas bastante movimiento en torno a estas triadas que parecen comunes pero se renuevan generando un cuerpo a través del cual habla el poema, cito del poema “Quería que me soñarán”:
le dije padre
y la palabra
sopló el polvo de sus huesos
Le dije mis huesos tienen sed también
y empecé a nombrarlos
a componer mi esqueleto
a irrigar los tejidos blandos
a ensayar el gesto de obedecer algo
El yo poético se embarca en un viaje por los sentidos transitando también entre el cielo y la tierra, es importante este deambular que plantea en sus versos ya que me pude identificar con sus aves, el espacio y el territorio, incluso por los estados submarinos de su voz poética como en el texto que se titula Fascinación donde entre sus versos expresa “Desciendo por mi voz / a raíz de agua” y luego dice “La llamo con las voces de las cosas / que del mundo de arriba le fascinan / queltehues pardos e iridiscentes / el cielo helado que se triza” para finalmente volver a aterrizar: “Desciendo por mi voz y vuelvo por el eco”. Hay bastantes reiteraciones en los poemas, la repetición de versos quiere dejar claro su mensaje. De algún modo nos muestra una vista panorámica, desde el cielo con el motivo de las aves o entre los árboles y desde abajo, recordándome a la amortajada de Maria Luisa Bombal que recostada observa entreabriendo los ojos para mayor agudeza yendo desde el interior al exterior y viceversa.
No puedo dejar de mencionar la poética del cuerpo arraigada en sus versos, hablando de un otro que perfectamente podría ser uno mismo, un efecto del lenguaje que al refugiarse en sí mismo, en el adentro, confiere un lugar de mayor apropiación entre lo que se dice y lo que se siente. El cuerpo, la mente, el sentir, como espacio de reflexión se mantienen presentes en este libro. Quien escribe nos permite acceder a sus reflexiones saliendo del espacio de la privacidad, creando un puente entre territorio y corporalidades, dando igualmente un lugar a los deseos, cito del poema “Paréntesis temporal de trópico”:
Si lamieras el agua que escurre las piedras
y con un chasquido de tu lengua
paladearas en el aire la sal
y las algas el sabor de todas las bestias
que aquí son una
intentando
distintas formas de respirar
Sabemos que el cuerpo y su identidad también se construye a partir del territorio, en el dónde estamos y dónde estaremos, esto me lleva a la pregunta ¿se puede abandonar el cuerpo en el ejercicio poético? el propio o el cuerpo-otro, el cuerpo personal y colectivo. Así, por ejemplo, tenemos poemas como Jardines abisales donde inicia diciendo “Las manchas de la pared no son impresiones / son cuerpos / que arrancan de otros cuerpos más oscuros” o en el poema Vehementemente finaliza expresando “Otro cuerpo / asume la paternidad de nuestra carne / y nos la toma y jala hacia la puerta / por vergüenza ajena o reflejo o pena / A veces arrastra a nuestro cuerpo otro cuerpo nuestro”. También en uno de mis poemas favoritos titulado Duermes dice “No hay huellas ni escrituras / solo un cuerpo fluido en el que te disuelves”, y así podemos encontrar su poesía atravesada por el cuerpo, su historia y su escritura. Así, podría seguir citando fragmentos poéticos de los poemas Ver en la madera, Ser es arder o el poema titulado Cotidiano los cuales invito a leer en su poemario.
Sin duda, un libro que interroga mucho, las preguntas se desplazan a lo largo de la mayoría de los poemas y es que parece que la poeta o su hablante se mantiene viva en la incertidumbre. Así se puede vislumbrar en la escritura de Dafne, como en el poema Padre en tus manos encomiendo mi espíritu (otro de mis favoritos) donde su hablante se desviste en sus dudas y busca respuestas universales. Creo que ese poema es uno de los que resume un poco lo que hay en la mente intranquila de la poeta con versos como “¿Recuerdas que soy un animal desertor / que soy comida hambrienta / que casi muero a diario / y que todo es sobre mí?” me gusta mucho como de algún modo la pregunta se mantiene abierta en el resto del poema, o volviendo atrás, en el poema Ventanas que finaliza diciendo
Para quién es el sol afuera
alumbra calienta las paredes me pregunto
o se pregunta ella
qué sol dirá
cuáles cuántos cuándo
en cuál ventana
en cuál vaso en cuál filo en cuál espejo
Finalizando mi lectura, vuelvo al inicio, al título del libro, y me encuentro con ese momento de pausa, ese paréntesis y luego avanzó con el «temporal» palabra que también puede hacer caso a sus dos acepciones al transitar del tiempo y el clima. Sus poemas perfectamente podrían ser un espacio donde se concretan sus ideas en el objeto libro al que seguro sucederán otros más, pero también es el desborde torrentoso o tormentoso que a ratos deja entrever en sus poemas a través de sus vivencias en la ciudad como se puede ver en el último poema Perro de abajo, un especie de registro o recuerdo de tanto acontecer en este Temuco que para todos es distinto.
Para finalizar este comentario simplemente agradecer la instancia de poder leer Paréntesis Temporal, hace tiempo no disfrutaba tanto un libro, quizá sigo con ese encanto que dejan las primeras lecturas. Creo que podemos insistir con la idea de que tenemos poesía, que es bueno que sigan dándose estos encuentros, que habemos lectores interesados (aunque seamos los mismos poetas) y que tenemos una riqueza escritural que no hay que perder ni subestimar.
*Presentación realizada por Carla Navarro Torres el 30 de noviembre de 2023 en el contexto del proyecto «Sureñas Escritoras» de la Universidad Católica de Temuco.
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Carla Navarro Torres (1997). Proveniente de la comuna de Curacautín. Profesora de Lengua Castellana y Comunicación por la Universidad Católica de Temuco, actualmente realiza estudios de magíster en Literatura Hispanoamericana Contemporánea en la Uach. Directora y editora en Revista Observatorio [19]. Ha participado en diversos talleres literarios e instancias de presentación y lectura poética en Temuco presenciales y virtuales. Publicó su primer libro «Breve estudio sobre las aves» en 2021 con el nombre de Charlotte von T.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Presentación del libro "Paréntesis temporal" de Dafne Meezs.
Editorial Aparte (2023) 58 páginas.
Por Carla Navarro Torres