Diego Ramírez: “La Feria del Libro es como ir a pasear al mall”
Por: Melissa Gutierrez / The Clinic Online
www.theclinic.cl
.. .. .. .
El poeta que el año pasado se manifestara afuera de la Estación Mapocho ahora fue invitado a mostrar las obras de su editorial independiente. Sin embargo, destaca que la calidad de la Feria aún deja mucho que desear y cuenta cómo intenta lograr una mayor difusión desde lo independiente, sin venderse a la industria del libro.
El poeta Diego Ramírez, creador del Centro Cultural Independiente Carnicería Punk -ubicado en una carnicería- y de la editorial Moda y Pueblo, el año pasado organizó una manifestación artística afuera de la Feria Internacional del Libro llamada “Que no se note pobreza”. En esa ocasión vendieron poemas a diez pesos y luego tiraron las monedas a una fuente para pedir deseos. Era una protesta contra un sistema editorial que deja fuera a la poesía. Hoy, sin embargo, ha sido invitado con un stand en la versión número 32 de la Feria. Sus libros se venden entre $1500 y $3500 y en esta entrevista habla de cómo lograr llegar a más público sin perder el norte en una actividad cada vez más llena de libros de Isabel Allende y Paulo Coelho.
Intervención “Si se ha de escribir correctamente poesía”, desde las ventanas de Balmaceda Arte Joven a la Feria del Libro, Taller arte de la resistencia.
- ¿Desde dónde nace Carnicería Punk y Moda y Pueblo?
- Es una carnicería de barrio que la transformamos en taller literario. Desde ese proyecto surge esto que se llama Editorial Moda y Pueblo que lo armé a partir de un primer libro que publiqué, un proyecto muy personal que le puse Moda y Pueblo que es una cita al disco de Fito Paez. Y a partir de eso empecé a armar este sello editorial que partió muy ligado a los talleres literarios. Son dos niveles distintos con los alumnos. En uno terminamos con una antología colectiva entre todos los participantes y en el taller avanzado cada alumno presenta su obra final, despues de dos años de trabajo, los presenta un escritor y terminan con su libro propio. Como propuesta estética es lo que dice el nombre: Moda y Pueblo, juntar la estética y la política y hacer de eso un mismo lugar. Son libros objeto, son distintos todos, ediciones limitadas, que se venden de manera más económica, porque tiene una estética más cercana al fanzine a la fotocopia. Lo decoramos de forma distinta, con una cajita. Entonces al final es como ir a comprar ropa porque puedes elegir qué portada te gusta más, y también vienen con juguetes de regalo. Por ejemplo, hicimos uno que se llamaba Violentista y venía con unos soldaditos de regalo. Entonces nos gusta esa estética media fetichista del libro objeto y el regalo del libro.
- ¿Tiene que ver con una respuesta a las editoriales más grandes?
- Es en respuesta a la poca posibilidad que tiene la gente de publicar poesía. Los libros de poesía ya casi no se publican, la gente prefiere publicar narrativa porque se vende más y se lee más. Y es doblemente difícil ser joven y ser poeta. Yo he publicado a chicos de 19 años, que están en el colegio, que son espacios súper limitados. Y es dignificarlo, porque a pesar de que son libros súper artesanales, los lanzamos en lugares formales, en la Fundación Neruda, la Biblioteca de Santiago. Además cuento con el respaldo de escritores de más trayectoria que han sido muy solidarios con el proyecto y presentan a estos autores jóvenes. En el fondo, es creer en la poesía por la poesía sin importar cuál sea la editorial.
- ¿Cómo es tu rollo con estar ahora exponiendo en la Feria del Libro después de que el año pasado se manifestaran afuera?
- Cuando hicimos la accion de arte que se llamaba “Que no se note pobreza” ni siquiera era tan en contra de la Feria, sino del sistema, de las editoriales, la industria, y también de la gente que salía llena de libros que no leía nunca. En el fondo cómo el libro se transformaba en un artículo más, como si fuera un mall. Las Ferias del Libro tienen un poco eso, las editoriales empiezan a limpiar a limpiar las librerías, como que no hay mucha calidad de por medio. Nosotros hicimos esa ironía de vender poemas a $10 y jugar a ese gesto de que la poesía no se vende, entonces a la gente le daba cierto pudor darnos $10. Y bueno, Rodrigo Hidalgo que es el Coordinador de área de literatura de Balmaceda Arte Joven, que tiene un stand oficial, nos invitó. Y claro, en un momento yo pensé: ¿es más potente estar o no estar? Pero como profesor de talleres sentí también que había un gesto político en decir ‘no puedo tener estos libros de los chicos guardados en mi casa’. Entonces qué mejor que esta enorme tribuna que además es gratuita. Entonces ahí la rebeldía es al revés. Antes era la rebeldía del no estar, de por qué no nos invitan y no pertenecemos a este lugar, pero ahora como nos invitan y de una manera tan romántica absolutamente gratuito, nos permite mostrar este trabajo ahí.
- Pero ¿no sientes que estás metiéndote en el mall, en el sistema?
- Claro, ese tema siempre está ahí dando vueltas y es una discusión que hay en el arte, pienso en la Nelly Richard y ese libro Márgenes e instituciones. En qué momento estoy en el margen y cuándo estoy en la institución. Yo creo que cuando uno es adolescente juega a ser absolutamente rebelde, pero también son proyectos de chicos que han estado dos años haciendo su trabajo conmigo, y eso que igual hay que mostrarlo. De verdad siento que es mucho más político utilizar esa tribuna oficial gratuita para mostrar nuestro trabajo. Y son los libros más baratos de toda la Feria, los más artesanales, llevar toda nuestra estética, de desordenar un poco la Feria. Y aceptar la invitación que es una manera especial de estar, porque en el fondo estamos pero en el margen igual.
- ¿Cómo has visto la Feria este año?
- Como lo mismo de siempre. Lo que ha llamado la atención es que los lunes hay unos días de la diversidad en que pueden entrar 2×1 parejas aunque sean del mismo sexo, que es algo como bien gracioso igual. Me parece divertido que el tema se pone de moda, está de moda ser gay, está de moda apoyar la diversidad, está de moda casarse, se aprovecha todo eso mediáticamente también. Pero están pasando cosas interesantes. Sé que Lemebel lanza un nuevo libro, que eso siempre se espera y es potente y ahi también hay discursos que son más disidentes. Pero también están toda la otra parte de la industria, de ese show editorial, que es como pluralista y bonito, para quedar bien y no hablar de todos los otros temas potentes. Es como ‘ya, abramos los espacios de diversidad’, y van los supuestos par de escritores gay que existen a hablar los temas de siempre. Es como todo bien pactado, bien ordenado.
- ¿Y la calidad de los libros?
- Hay algunas joyitas entre medio que se pueden encontrar, pero hay que buscar bien. Pero el público de la feria es bien especial también, es como un público como familiar que en realidad no lee en todo el año pero va a la Feria del Libro a pasear. No hay un público tan exigente, como puede ser la Feria del Libro Usado, la Feria del Forestal, que son un poco menos supermercado. Acá tiene una logica como Falabella, Almacenes París. Mucho Isabel Allende, mucho Paulo Coelho, mucho Simonetti, así como para la señora bien acomodada.
