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Dalmacia Ruiz-Rosas Samohod:
entre el compromiso social y el erotismo

Giancarla Di Laura
Emporia State University


El erotismo es un tema que, siendo controversial, ha despertado gran interés entre los intelectuales, escritores y críticos en la actualidad, originando diversas discusiones tanto en la sociedad como en el arte.  Muchos autores recurren al erotismo para criticar ciertas posturas tradicionales aceptadas e impuestas por la sociedad patriarcal, y utilizan el tema para denunciar ciertos vicios de la sociedad en la que viven.  Así a lo largo del siglo XX  encontramos autoras latinoamericanas que recurren a ciertas imágenes eróticas para definirse como mujeres, al plasmar en sus textos poéticos lo que sienten y lo que interiorizan como seres humanos ya que la mujer tradicionalmente ha ocupado un sitio sumiso, pasivo  y hasta anónimo en nuestra sociedad. 

Algunas características específicas del erotismo son: La seducción, la belleza, remembranzas del pasado, la libertad de la palabra, la búsqueda de una identidad social, la rebeldía del artista, sensaciones y estímulos personales, cultura individual, desnudez del cuerpo, el Eros mismo, personalidad sexual, entre otros.  Si bien el tema erótico comprende una gran gama de alternativas y características siempre está expuesto o manifestado en un texto poético mediante la voz lírica de corte rebelde, traviesa y juguetona.

En la década de los ochenta, el Perú tiene una alta producción de mujeres poetas que recurren a imágenes eróticas para autodefinirse, para cuestionar presupuestos establecidos sociales y para denunciar la violencia y la explotación del hombre y de la sociedad patriarcal contra la mujer.  Por ese motivo, el trabajo en curso analiza la presencia del tema erótico en la obra literaria de Dalmacia Ruiz Rosas.  Además, se analizará cuál es el propósito de incluir referencias eróticas o sexuales en sus tres poemarios y se destacará el compromiso social que la inserción de este tema produce en la obra literaria de esta poeta.

Dalmacia Ruiz Rosas nació en el Perú en 1957.  Ha publicado tres libros hasta la fecha: Secuestro en el jardín de las rosas (1998), Baile (2000) y Conjunto de objetos encontrados –detestables sentimientos de jóvenes ingeniosos- (2006).  Ruiz Rosas comienza su vida intelectual en los pabellones de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en la segunda mitad de la década de los setenta.   En esa misma institución conoce al poeta Roger Santivañez, quien va a ser el gran amigo y colega de la poeta.   A través de esa gran amistad,  Ruiz Rosas es invitada a formar parte de La Sagrada familia grupo compuesto por jóvenes poetas y narradores de aquella hora.  Es ahí donde Ruiz Rosas comienza su tiempo de militancia poético-política y lee a diferentes figuras revolucionarias, como  Marx, Lenin, Mao, el Che Guevara y Mariátegui, así como a los innovadores de la tradición poética moderna Ezra Pound y T.S. Eliot.   Luego de ciertas discrepancias y de problemas internos en La Sagrada familia, Ruiz Rosas se integra al Movimiento Hora Zero.  Róger Santiváñez nos afirma que, “Con los poetas horazerianos descubrimos la calle –ya que la ignorábamos procediendo de clasemedieros hogares y formación universitaria- y un nuevo mundo se abrió para nosotros –derivando después- en el Movimiento Kloaka”.  Este movimiento fue iniciado por Santiváñez y Mariela Dreyfus, luego José Antonio Mazzotti y Dalmacia Ruiz Rosas se añadieron en calidad de  “aliados principales”.  Según el crítico y poeta Paolo de Lima en su artículo “Violencia y ´otredad´ en el Perú de los 80: de la globalización a la ´Kloaka´”,   nos dice sobre este grupo que fue una: Agrupación que vivió en la vorágine misma de la violencia con una actitud anarco-lumpen (pero comprometida con la crítica social) y cuyo lenguaje se radicalizó en la utilización de diversos y contradictorios registros (1)

Efectivamente, estos jóvenes poetas experimentaron vivencialmente la calle y trataron de plasmar en sus textos el lenguaje de ésta, con sus características positivas y negativas.  Es decir, el movimiento Kloaka interioriza en términos referenciales lo que sucedía en aquel momento, desde actitudes vitalistas personales hasta situaciones de extrema violencia que surgían en los ochenta en la capital y en el país en general. Recordemos que dicha década ha sido denominada como la de la violencia política en alusión al enfrentamiento entre Sendero Luminoso y las fuerzas del orden.

Éste es el referente histórico que muchas veces encontramos en la obra poética de Dalmacia Ruiz Rosas.  Esta década marca a la poeta vitalmente ya que incluye en su obra temas sobre la condición humana, en su caso específicamente asociada al tipo de sociedad fragmentada en la que se desarrolló.  Es decir la soledad, el amor, la fragilidad del tiempo, lo efímero de la existencia y la violencia en sus distintas variantes están presentes a través de sus tres poemarios. A la misma vez, en todos sus textos encontramos un compromiso con la realidad social y política del Perú.  Además, esta poeta explora muchas veces el cuerpo humano y crea imágenes eróticas o menciona términos sexuales y sensuales que forman un nuevo lenguaje.  Constantemente, su poesía dialoga con versos canónicos de diferentes autores como César Vallejo, Pablo Neruda o Luis Hernández, y crea una apertura inter-textual con ellos.  

Su primer poemario, Secuestro en el jardín de las rosas,  está conformado por 13 poemas que la mayoría plasma una búsqueda de identidad o define un sentimiento afín.  En todos estos poemas, el temple de ánimo de la voz lírica es lúdica y juguetona marcada por una desilusión vital. Sin embargo hay dos poemas en los cuales se destaca el tema amoroso y erótico.  El primer poema reza de la siguiente manera:

                        Tuve un amor oscuro
                        En noches como ésta pienso en él
                        Si él volviera
                        Mi corazón habría vencido
                        A mis errores  
                        Bajo la luna lo recuerdo (15)

La voz lírica menciona la presencia de un pasado amoroso con la característica “oscuro”, que podría entenderse como si fuera un amor secreto o un amor escondido.  Asimismo el temple de ánimo mediante los verbos “pienso” y “recuerdo”, muestra una añoranza por ese amor interiorizado y distanciado. La nostalgia que evoca el tiempo y el espacio en la poeta, produce cierta esperanza en un reencuentro aunque las prioridades de que el corazón gane a la razón son pocas.  Asimismo, no podemos dejar de mencionar el diálogo que se encuentra entre este texto poético y el poema 20 de Pablo Neruda, mediante los versos “En noches como ésta pienso en él” de Ruiz Rosas  y “En las noches como ésta la tuve entre mis brazos” de Neruda.  En ambos versos hallamos un sentimiento anhelado que  evoca un pasado añorado, un recuerdo eternizado y una nostalgia por ese amor del pasado.  El erotismo se puede ver a través de la noche y la luna, elementos nocturnos capaces de sitiarnos en un estado erótico.

En el poema liminar de Secuestro en el jardín de las rosas encontramos un tono confesional donde el yo poético se dirige al “Señor”.   El poema reza de esta manera:

                        Señor
                        Soy tan pobre
                        Que la única
                        Ofrenda
                        Que pude traer
                        Soy yo (29)

Vemos como el hablante poético se autodenomina “pobre” y menciona que la única ofrenda  es la misma voz poética.  Por medio de estos versos, vemos la objetivización de la voz lírica: una ofrenda que se ofrece al Señor.  Es interesante mencionar la ambigüedad en este poema, mediante el verso “Soy tan pobre” ya que vemos cómo la hablante poética cuestiona el discurso religioso. Más interesante aún, a nivel referencial deja de lado el oficio literario, la palabra escrita, que es en el fondo la verdadera ofrenda ofrecida. Las palabras escritas que representan el ruego no dejan de emparejarse con el testimonio de la poeta en su relación con el Dios. Con relación al tema del erotismo, la voz lírica se ofrece en el espacio del Señor: soy la única ofrenda que pude traer ante Ti aquí.

En el segundo poemario, Baile encontramos imágenes eróticas producidas bajo un tono lúdico.  De todos los poemas, el siguiente es el que presenta terminos eróticos que se refieren al cuerpo de la mujer:

                        Estoy segura que si me paro a coger un libro
                        Se me caerán los ovarios al suelo
                                                           Saldrán rodando
                        De mi cuarto hacia el jardín
                        No pararán hasta recostarse contra el pino
                        Donde los encontrarán mis perros
                        Y se pondrán a jugar con ellos

                        Estoy segura que cuando baje de tu carro
                        voy a patear mi cabeza lejos
                                                           mis pies
                        preferirán quedarse fuera de la casa
                        pues es muy largo el camino hasta mi cuarto
                        y el brazo derecho
                        quedará colgando del llavero

Esa fragmentación y desprendimiento del cuerpo de la mujer se nota mediante los versos, “se me caerán los ovarios al suelo”.  Esta imagen del aparato reproductor femenino que se cae para que los perros jueguen con ellos, nos hace pensar en una imagen violenta donde la mujer se cosifica y no halla una armonía con el universo sino más bien una violencia y rechazo.  Por otro lado, el yo poético afirma que  “voy a patear mi cabeza lejos”.  Otra imagen hipérbolica de la degradación del ser humano.  Asimismo, la voz poética menciona “mis pies/ preferirán quedarse fuera de la casa”, lo ilógico en este verso es que los pies no son zapatos ni una prenda de vestir que se puedan sacar.  Finalmente “y el brazo derecho/ quedará colgando del llavero” hace que pensemos en una descomposición y ruptura del cuerpo.  Es decir, el hablante poético se encuentra despedazado, y muestra un erotismo fragmentado que expresa el momento histórico que atravesaba el Perú en los ochenta.  Asimismo,  la voz poética lúdicamente crea un diálogo con los versos del poema de César Vallejo, “Piedra negra sobre Piedra blanca”, cuando la voz hablante en el poema vallejiano menciona: “hoy los húmeros me he puesto”.  La gran diferencia es que en el poema de Ruiz Rosas, el movimiento de los ovarios es hacia fuera, mientras que en Vallejo, el hablante poético se pone los huesos para emprender el camino.  Además,  con un tono lúdico, crea la imagen de los ovarios como si fueran pelotas que serán encontrados por los perros.   Esta imagen puede ser un recurso metonímico, -la parte por el todo-, ya que los ovarios podrían representar a los hijos que jugarán con los perros.  Toda esa ubicuidad de rehacer mediante el lenguaje y recrear un sentido nuevo del orden establecido es lo que muchas veces esta poeta produce dentro de sus textos.  Finalmente, en los últimos versos la voz lírica afirma, “y el brazo derecho/ quedará colgando del llavero” encontramos una imagen distorsionada de la realidad.  El llavero es el elemento que debe de colgar del brazo y no al revés como lo propone la poeta.  En este poemario, encotramos una voz lírica juguetona, traviesa que constantemente está cuestionando la realidad mediante términos corporales o referencias a órganos femeninos. 

En su tercer poemario, Conjunto de objetos encontrados –detestables sentimientos de jóvenes ingeniosos- encontramos nuevamente referencias al género femenino y a imágenes eróticas pero esta vez para reivindicar a las minorías.  

El quinto texto de este poemario está dedicado a Piero Bustos, compositor, cantante y fundador del grupo Delpueblo Y delbarrio.   El poema tiene como título, “Piero Agustín Florentino Bustos Chauca” y es un texto ocasional para este gran músico.

Hijo de la radio y la televisión
Procreado en los Ándes del Perú
En Lima con el olor de las lindas mujeres de mi patria
En el útero de la provocación y el sueño
En esto es en lo que hay que soñar Vladimir Ilich
No ha muerto está en el alma paradisíaca
De mi padre en la Rosa que es una chispa
Un cariño desolado en las calles
Donde aprendimos a respirar a nuestro país
A odiar la miseria y a todos los falsos civilistas
Profetas de lo despreciable: amantes de
La explotación del hombre por el hombre/
Yo me rebelo/ Yo me revelo/ Yo no acepto

Rosa de Lima Nueva Sarita hazme el gereda
Hazme el amor si quieres pero sácame al inocente
No permitas que se duela el tierno designio
De los innombrables cuya palabra aún no se conoce
Serán tal vez las voces del río hablador
O los heraldos rojos que nos manda la revolución
(cuando vagas noctívago en la night  te sientes protegido
por la extraña lucidez de la belleza sin nadie)
si no no hables no cantes no te esfuerces
por amar lo que ya has tenido y sin embargo
el deseo vuelve como rumba entristecida (13)

En la primera parte, la voz hablante describe a este músico, como producto de los medios de comunicación.   La etapa moderna y tecnológica es lo que caracteriza a este artista.  Asimismo, esta entidad ha sido engendrada en la Sierra del Perú.  Es  a través de estos versos que encontramos el sentimiento de la voz poética por reivindicar a la gente que por mucho tiempo ha permanecido en el anonimato.  Obviamente, la voz lírica muestra su sensibilidad y su aprecio a las “lindas mujeres de mi patria”, ya que  la gente de la capital ha ignorado y  discriminado a la gente de la provincia, especialmente  a los indígenas y a los negros en el Perú.  Además, la voz lírica expresa la violencia mediante el verso que reza, “En el útero de la provocación y el sueño” como si fuera una imagen de instinto sexual.  Luego inserta el nombre de Lenin para compartir el sueño de este lider comunista en cuanto a la igualdad de las clases sociales.  Pero nuevamente la violencia se deja ver a través de los versos “un cariño desolado en las calles” y “A odiar la miseria y a todos los falsos civilistas”.  Por eso, la voz lírica cierra la estrofa con los siguientes versos: “Amantes de/La explotación del hombre por el hombre/Yo me rebelo/ Yo me revelo/ Yo no acepto (13).  Es decir, la voz poética fatigada y desilusionada con el entorno social, trata de reivindicar a las minorías y lo hace de una manera transgresora.   Al desnudarse mental y figurativamente esta poeta, trata de denunciar actitudes urbanas y situaciones sociales que por mucho tiempo explotaron a las mujeres y a las minorías en el Perú. 

En la segunda estrofa de este poema, se encuentra una referencia a Vallejo nuevamente en los versos que rezan, “serán tal vez las voces del río hablador o los heraldos rojos que nos manda la revolución” ya que nos hace pensar en “serán tal vez los potros de bárbaros atilas o los heraldos negros que nos manda la muerte”. 

Todas estas innovaciones lingüísticas, la apertura dialógica con otros vates famosos, la inserción del tema erótico sirven a esta poeta para criticar y denunciar la injusticia social y la violencia política que se vivió en el Perú en la década de los ochenta.  Es a través de su poesía que Dalmacia Ruiz Rosas pone en tela de juicio presupuestos sociales para cuestionarlos bajo una nueva luz e intenta reivindicar a la mujer y librarla de escrúpulos tradicionales para que ocupe un lugar paralelo al hombre en el mundo actual.

 


 


Bibliografía

- De Lima, Paolo.  “Violencia y ´otredad´ en el Perú de los 80: de la globalización a la “Kloaka”.
- Ruiz Rosas-Samohod, Dalmacia.  Secuestro en el jardín de las rosas. (1998)
---. Baile. (2000)
---. Conjunto de objetos encontrados –detestables sentimientos de jóvenes ingeniosos-
(2006) .
Santiváñez, Róger.  “La poesía de Dalmacia Ruiz Rosas Samohod: Dar forma al infinito”.



 

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Por Giancarla Di Laura.
Emporia State University.