TECNOLOGIA
El calefactor no funciona. Quince pisos a pies oliendo las huellas de tu menstruación. Un helicóptero Z-36 me hace perder el ritmo con sus ráfagas. Los gigante focos me ciegan, pero no me detengo. Un grito en el octavo piso da fuerza a mis piernas. Hago un espín, mal corpúsculo deleznable en la carretera del sol, en un día lunes, sin ni uno, pero con la mitad de un cigarrillo y una caja de fósforos humedecidos por la transpiración de las manos que sufren con tu partida.
El Universo está lleno de pasajes, con tierras y casas humeando petróleo y muchachas despreciativas dibujando descalzas el rostro de su príncipe. Miles de estómagos rotos bañan de tripas los ductos del agua haciéndola imbebible...facilitan la sequía que hace posible que las doncellas dibujen descalzas.
HIEL JANE O LOS PELIGROS DEL AUTO STOP
¡Fría como pasillo de hospital!
Decapita las insinuaciones pasadas.
La espera la tensa, quita las manos de sus bolsillos y de un roñoso papel azul lacio canta el Cantar de los Cantares.
Con clara sonrisa janeana corta en pedacitos-mentalmente-al médico recético y pomposo carente de toda humanidad.
Baila quebradizamente, instantáneamente soltando y acariciando los cabellos, enmohecidos por el olvido, sedosos de desencanto.
Espigada esclava de los cigarrillos tiras transparentes, ecuatoriales, meridionales y abusadas con frecuencia colectiva e industrial.
Intenta desprenderse de las lluvias sensacionales y de los restos paleontológicos, deformes y vergonzosamente eléctricos y virtuales.
Da un acto máximo a la palabra calculando su fonética insignificante. Lasciva devoradora de formas sintácticas podridas el ataúd diccionárico de los hombres.
¡Hiel Jane! Se desvanece sin lamentos.
MEXICO
Tengo una facilidad enorme para emborracharme. También la tengo para detectar a distancia las llamadas agónicas de quienes necesitan mis pedacitos.
Con cada mañana restriego los ojos por los nudillos escondiendo la verdad de los berrinches intelectuales que nada tienen que ver con el intelecto sino más bien con lo poético metido en los hígados y en el escupitajo primero que da paso-a veces- a la pasta dental y las cepilladas inconstantes frente a un espejo en sulmenach de polvo, colgando tímidamente de un recuerdo llamado casa.
MES
En el mismo minuto, danzas alocadas y sensuales. Robos con violencia. Éxtasis, voy en viaje.
Condena brutal.
Las manos desgarrando la seda interior, dos gotitas de sangre entran por la ventana, acariciando seductoramente la navaja.
Alguien golpea la puerta. Brandy por doquier en las nubes. Gargajos achocolatados simulando tempestades a punto de partir la serena tarde de dos amantes, que antes de ser amantes eran promiscuos, Leviatanes, Zánganos amarillentos y fascistas.
Hoy sólo se sostienen de sus cuellos huyendo labialmente al desierto florido, olvidado, en el mismo minuto, cuando la delgada tela sucumbió al sabor de mi saliva.
Sentado Dios sin rostro, alabando lo creado en el día culaquiera, darwiniano, atolondrado con caminar europeo cabello japonés más mirada latina.
Aunque hablo de minutos, retiro la ausencia. Sentencio el nido de los pájaros, causante de tanta histeria ecológica; ablando el búnker papal, dejándolo suceptible a los láseres satelitales. Vigiladores constantes de este tiempo.
CUALQUIERA EN UNA MAÑANA
Perverto despierta. Desliza suavemente las sábanas para no incomodar a Sara. Mira el reloj colgado en la pared. Suspira.
Se dirige apresurado hacia la puerta de la habitación. La abre y antes de salir vuelve la vista hacia su amada. Sin pensarlo dos veces se abalanza sobre ella. Comienza a golpearla mientras le grita que se levante para fornicarla como la gente. Sara solloza. El sollozo es de quien está acostumbrada a ser golpeada por amor. Perverto, ensimismado, no se detiene. Pero mira de reojo y vislumbra su atraso en la pared. La suelta la acaricia. Deposita un beso sobre su la cabeza temblorosa de Sara. Corre fuera de la habitación. Ella libera un suspiro. Mira en rededor como si buscara encontrar a alguien. Abraza la almohada y se vuelve a dormir.
CHICA FASCISTA
A la espera, en el día sin ser pensado, las orillas vidriosas del cielo, envueltas en susurros borrachos reinaron inconteniblemente, mezclando un juego violáceo en el sabor de nuestras lenguas. Lo marchito y podrido de la habitación usurpada hicieron crecer alas angelicales en los senos dorados de tu cuerpo.
Sin importar lo demencial de las caricias lo cloaca de los alientos lo dudoso de los sentimientos y sin saber nuestros nombres tus blancas alas se unieron a las mías en tinieblas y ufffffffff ¡
LEB NIGHT
Gemelas anticonceptivas.
La noche alberga fatídicos seres. La tonta mentira alcanza a viajar con más rapidez que la mismísima información óptica. Los huesos astillados se renuevan con latidos de corazones salinos, invención esquizofrénica de los celos. La inocencia se confunde y dictamina encontrarse codo a codo con las isla imaginaria rodeada de mil kilos de armamento : estrellas fugaces, soles, asteroides y órbitas.
POETAS EN EL NILO
De vaciar vasos está hecha la vida. La gritona vida semejante al campo de jazmín hindú de las antiguas recetas de queques caseros sobre la mesa de la cocina.
Llenando copas y comiendo charqui sin destino hipnotizado y rellenos de plomo artesanal. Desvestir un santo para ir de compras a la cloaca más cercana con ladrillos ajenjados y ojos carcomidos por venas aniquiladoras y solas de solamente. Es tan vasto y verde y orillado que cansa al mirarlo aunque a simple vista no lo vemos lo inventamos como marca para cuadros cuadrados para cuadernos de aritmética y chaquetas de cuero para no parecer que apestamos y que andamos con estilo por los barrios.