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Reseña al libro DIOS, de Donsatula
Por Álvaro Ruiz
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“Dios” es un breve libro de narraciones cortas donde su autor, Don Satula (descendiente directo del anticristo) describe la realidad de una sociedad sobrepasada por la injusticia y la impavidez del sistema. En el primero de sus cuentos, titulado Parábola del buen charlatán una sensual y bien escotada promotora de la Coca Cola en un supermercado citadino lo acompaña en la búsqueda de Dios entre una turba de consumistas que ya no creen en nada ni en nadie.
En esta continua y experimental escritura literaria las herramientas fundamentales de expresión son la imprecación y el yo acuso que hacen de estructura y argumento central en casi todos sus textos a manera de denuncia social expresada con una reiterada frialdad de los hechos, insidia y cruel ironía.
Dios final aterriza al más abstracto hombre, le hace abrir los ojos ante estos injustos tiempos neoliberales, donde “en viernes santo todos mueren” “pidiendo guadaña a sus sentimientos”.
Continuamente a través de estos escritos el lector podrá observar los recursos con que su autor se despliega, como lo es el manejo ideológico y la prolongación sintáctica del lenguaje a favor de ideas que representan un permanente caos de principios y valores; y una verdad tácita a todas luces tambaleante, como se puede apreciar en todas las “Marías Magdalenas” obreras de este país, que al salir de las fábricas advierten la ausencia de libertad por culpa de las esclavizantes tarjetas plásticas de consumo.
En varios de sus cuentos la televisión está encendida y el ruido apagado, sin señal, fiel expresión del abandono y el terror a la soledad, para finalmente recurrir en su penúltimo escrito a la señorita Help (perfecto símbolo de la penetración idiomática inglesa) solicitándole ayuda sexual y sicológica, “pidiendo que abandone su tedio follando su alma inconclusa”.
Padre muerto que estás en los cielos, salva a Don Satula y vuélvelo iluso y prometeico, más allá de estos tiempos de mierda.
La Serena, 7 de enero de 2015.
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La Célula del Capitalismo
El gordo Paperas se pesca a la puta de Escarlatina, mientras Esquizofrenia se masturba hasta sangrar. La Gripe y El Tifus filman lo que para ellos será su ópera prima.
Meningitis , aislada y en sí misma, manda pequeñas vibraciones, como si quisiera asistir a la Avant Premiere.
A La Ciática, todos la vigilan, ya que ésta, algunas veces se pone cuatica.
Conjuntivitis, de tanta hierba ve borroso. Camina en medio de la célula, haciéndose el payaso, pero no le resulta, nadie le compra.
¡ Cáncer no vino¡ grita El Colera, que con los pantalones casi en las rodillas roza las paredes en busca del baño.
Está enganchado agrega hacia sus adentros la peladora de Depresión, pero Otitis, el muy agudo, la increpa diciendo : los mismos prejuicios de siempre, no recuerdas
que la ultimas vez Leucemia, de paleteá, te atendió con uno de sus masajes.
¡ Cáncer no vino ¡ murmura Epilepsia, acomodádose lentamente para ponerse una línea.
Llegaron los pesaos. Listoriosis, Lupus y Malaria con trajes comprados en alguan tienda de los 80, preguntan ¿Cáncer no vino?
Todos gravitantemente al unísono : Cáncer no vino.
Malaría les da una mirada y se va a la orgía. Atrás quedan Listeriosis y Lupus en busca del bar.
Se va armar la grande anuncia Menopausia, con una mirada tan perdida como la tira de Anfetas que le compró al vago de Dislexia.
Las luces no delatan. Asma, Artrosis y Hemorroides la raspan tranquilamente inmutados por al angar de la base que lo sustenta todo.
Sentidos en calma. Un golpe en la puerta. No, primero una fuerte frenada en las afueras. Ahora un golpe en la puerta. Nadie pesca.
Todos en lo suyo : la música el humo y el crinar de los vasos. Nadie pesca. De la cocina Hipertensión Arterial, que no quiere problemas, abre la puerta.
Pálido y misterioso entra Enfermedad de Kawasaki, que deja su moto andando y las luces encendidas.
¡ Cáncer ha muerto¡ Les grita a todos.
Pero nadie responde. Pero nadie responde. Pero nadie responde.
Da media vuelta con los ojos picosos de lágrimas. Cierra vengativamente la puerta. Se escucha un quemar de llantas y un motor que se pierde
en la Av. Arterial.
Y adentro todos al son, Cáncer. Cáncer ha muerto.