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Entrevista al escritor norteamericano autor de "Todo arrasado, todo quemado" (Seix Barral).

Wells Tower y los hermosos perdedores

Por Diego Zuñiga H.
Revista de Libros de El Mercurio. Domingo 6 de Febrero de 2011



Quién sabe cómo lo hacen, pero ocurre, y ocurre más seguido de lo que uno pudiera imaginar. Un cuentista. Un debutante. Un joven norteamericano que un día decide publicar sus relatos en la tierra donde han nacido gran parte de los mejores cuentistas de la historia: Fitzgerald, Hemingway, Salinger, Carver, Cheever. No es una empresa fácil, pero pasa. Quién sabe cómo, pero casi todos los años algún escritor joven se las arregla para despacharse un libro que sorprende a todo el mundo. Alguna vez fue Lorrie Moore y su Autoayuda, luego Ethan Canin y El emperador del aire, y mucho más cerca Adam Haslett con Aquí no eres un extraño y Miranda July y su celebrado Nadie es más de aquí que tú. Todos, claro, libros notables de relatos que fueron elogiados por la crítica norteamericana y galardonados por distintos premios.

El último nombre de esta lista se llama Wells Tower (1973) y su libro debut: Todo arrasado, todo quemado (Seix Barral, 2010), que acaba de llegar a las librerías chilenas.

Padres e hijos

Michiko Kakutani, crítica de The New York Times, lo calificó así: "Un deslumbrante debut que pone al autor como un escritor de un talento poco común", comparándolo con Sam Shepard, Frederick Barthelme y David Foster Wallace. Y Edmund White, ensayista y escritor, expresó: "Cada una de las historias de Todo... es refinada e inconfundible. Su registro es amplio y su lenguaje, implacable, nunca forzado ni recargado".

La historia de Wells Tower no se aleja de las historias de los cuentistas antes mencionados: Sus relatos fueron publicados en las revistas más importantes (The New Yorker, McSweeney's, The Paris Review) y obtuvo un par de premios que fueron avisando, de alguna forma, que su primer libro de cuentos no sería uno más de los que se publican, sino uno importante. Y es cierto: se parece a Raymond Carver y John Cheever, como han dicho, aunque acá el escenario de sus relatos no son, necesariamente, los suburbios, sino ciudades o pueblos en medio de montañas, lagos y animales, muchos animales: heridos, envenenados, muertos. Y también familias: padres, hijos, amantes, hombres y mujeres que intentan cambiar sus vidas o que vuelven, constantemente al pasado. Historias de dos hermanos que se vuelven a ver en medio de unas montañas. O de un padre solitario que se queda en la casa de su hija y espía a una vecina que, piensa él, se prostituye. O la de un niño que odia a su padrastro. O la historia de un hijo y su padre con Alzheimer.

Cierto: las comparaciones no son gratuitas, aunque Tower se toma todo con tranquilidad: "Admiro mucho a Carver y a Cheever, tanto que en realidad no me atrevería a compararme con alguno de los dos", dice desde Nueva York, donde está becado por la New York Public Library y escribe su nuevo libro: "Es una novela, pero eso es lo único que les puedo decir", explica.

Situaciones dolorosas

- La relación entre padres e hijos se reitera a lo largo de los relatos. ¿Es algo que te interesa retratar por sobre todo?
-No sé si es la familia lo que me preocupa constantemente como tema. Creo que mi ficción, como la mayoría, busca saber las cosas que pasan entre las personas, y una buena proporción de la guerra emocional humana se ha librado entre personas que están relacionadas entre sí.

- Varios de tus protagonistas son perdedores. ¿Es más difícil escribir historias felices o crees que el fracaso y la derrota están más relacionadas con la literatura?
-No pienso a mis personajes como perdedores o particularmente patéticos. Pero sí, como escritor, supongo que me siento atraído por las situaciones dolorosas. Tengo problemas para entusiasmarme con los personajes que no están en problemas.

- La naturaleza también es otro tema que se repite en los cuentos...
-Crecí entre medio de una gran cantidad de aves, serpientes, insectos, y supongo que se refleja en mi trabajo de forma espontánea. Ahora, no me considero un escritor de la naturaleza. En realidad, mis personajes vuelven a la naturaleza para encontrar un poco de alivio.

Bolaño y Carver

Los nueve cuentos que componen Todo arrasado... fueron escritos durante siete años. Son, para Tower, el reflejo de ese período cuando recién comenzaba a acercarse a la ficción, cuando comenzaba a aprender el difícil arte del cuento. Dice que no pensó ninguno de los relatos como parte de un libro, entonces no buscó que fueran coherentes entre sí. "Tuve la intención de que los cuentos fuesen distintos. Algunas historias apuntan a ganar con el humor, otras con el lenguaje. En otros, hice el esfuerzo de alejar todos los trucos comunes y contar una historia sencilla, sincera, como creo que pasa en Leopardo y El ojo tras la puerta ", dice.

Cuentos distintos pero coherentes. Coherentes por ciertos temas que se repiten, como también por la forma cuidada de la prosa. Y por la calidad. Porque es cierto: ninguno de los nueve relatos desentona. Y eso, claro, pasa pocas veces.

- ¿Cómo fue el proceso de elegir estos nueve cuentos para que formaran el libro?
-La mayoría de los cuentos pasaron por una revisión muy estricta. Dejé varios afuera y muchos fueron reescritos casi completamente, en los que hubo cambios completos de personajes o puntos de vista, o cambios en la tensión del relato.

- ¿Pero qué te hizo decidir para que fueran éstos y no otros los elegidos?
-Creo que en cada historia me pareció que había algún elemento, un escenario, un incidente o algo que me hizo querer seguir trabajándolo. Y, al final, los personajes que terminaron quedando en los cuentos fueron, generalmente, los últimos de un lote de piezas de un rompecabezas que yo había tratado de poner en su lugar.

- ¿Esperabas que el libro tuviera un recibimiento así de elogioso?
-No, en realidad me tomó completamente de sorpresa.

- ¿Sientes que has cambiado después del libro?
-No mucho, en realidad. Es maravilloso ser publicado, pero son pocos los escritores serios que están preocupados por los aspectos más públicos del trabajo. Somos muchos más los que estamos preocupados de escribir algo aceptable.

- Se te ha comparado mucho con Raymond Carver. ¿A cuál prefieres: Al que fue editado por Gordon Lish o al que no tuvo su edición?
-Prefiero la versión de Lish. La versión de Carver tiende a caer un poco en el lirismo fácil y el sentimentalismo. Dicho esto, creo que Carver hizo su mejor trabajo - Catedral- después de que Lish lo dejara de editar.

- ¿Tienes alguna relación con la literatura latinoamericana?
-He leído a Bolaño con un gran placer. Y claro, Borges tiene un lugar muy importante en mi biblioteca.


 

 

 

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