EL VACÍø DE MI NOMBRE*
[La Historia Prohibida de la Poesía]
II PARTE
Ernesto Carriøn
El alma que no encontré en ninguna parte
hizo de todas las partes un alma.
ANTONIO PORCHIA
4. De Fundación de la niebla a la demolición de Uno
La muerte de Caín (CCE, 2007) es fragilidad y exposición del enfado. Más allá de las reescrituras bíblicas y de las historias neo-narradas ahí a través de personajes tan disímiles como Hölderlin, Absalón, el Autor Extraviado, entre todos los hombres que pudo ser Caín y no fue nunca. Llanto, desgano, coraje inconsecuente que no viaja hacia la posibilidad de reconciliación alguna. Hijo que no comprende que hace ahí donde no pidió nacer, o fue hecho sin ganas, y donde se ha ido acelerando su paranoia. Así cumple este libro con su rebeldía (En el nombre del hijo), aunque bien se trate de una rebeldía desorientadora y nada más.
En Los Duelos de Una Cabeza sin Mundo aparecerá la consolidación de Uno, la gestación del individuo (Fundación de la niebla, Cascahuesos, Arequipa, 2010) -desde el espacio de la vida diferente a ésta, donde acaso no existen reglas específicas, ni concordancias necesarias, ni verdades a medias. Un reducido Big-Bang que pone en cuestionamiento la realidad física, espiritual o conceptual del escritor y del hombre. Donde cabría preguntarse si es la acumulación de inquietudes no resueltas, el propio planteamiento del sujeto ante su mundo lo que le otorga la cualidad de la existencia; o si el puro planteamiento termina por abrir un tajo brillante entre el pensamiento y la palabra, que es probablemente el único sitio donde habitamos todos. Aparece, asimismo, un espacio creado por la reflexión del proceso creativo, en enfrentamiento constante con la elevación de una personalidad posible, y de un poema posible:
Un poema es mi negativa a entender el Lenguaje en el sitio indicado Espermatozoide trepando al vestido que escarba casi cansado sobre los muebles Cada Poema debe olvidar el terror a perder el estilo en la panza del vaso Cada Palabra —entre tanto— parecida a los muebles irá ganando con el tiempo la ordenada forma de la sumisión _________Monsieur Monstruo: llenos de nudos y ruido: hacia un fondo sin huesos nos despeñamos Mis manos seguirán abriéndose por ti cada mañana
Demonia Factory (Zignos, Lima, 2007/ Eskeletra, Quito, 2008/ Limón Partido, México D.F., 2009 y El Conejo, Quito, 2011) sigue esta búsqueda de nombre-cuerpo-territorio, en la reflexión de una voz poética fragmentada que hace uso de recortes de su pasado a manera de slides, o de un zapping arriesgado que se estira en un monólogo interior hasta sus últimas consecuencias: desaparecer. Cuatro mujeres con cuatro historias en cuatro tiempos distintos enredándose en una franqueza desalentadora, truecan este libro en una novela poetizada. Brota aquí la Memoria de Uno, gracias a la humana experiencia del amor. Ese Uno que hacemos bien en darle existencia a través del otro, aquí se sueña liberado de sí mismo, pero no lo consigue. Todo lo contrario; ocurre una mutilación o un desmembramiento que arrojará a la voz a revelarse a sí misma (su posibilidad de pasado será su posibilidad de presente) para co-fabricarse. Esto es Monsieur Monstruo o Frankenstein Posmoderno. Una reparación de un hombre cercenado por su propia historia.
Monsieur Monstruo (Ed. de Autor, Guayaquil, 2009) emerge de la necesidad real de asumir las heridas del pasado individual para abismarse hacia las heridas colectivas. Es la reparación de un cuerpo, pero a la vez, se trata de la posibilidad de la construcción de un futuro colectivo, humano y solidario. Quizás sea un libro terrible por lo que aquí se cuenta, ya que se trata de un acto de violencia autobiográfica:
seguiste las instrucciones para leer a los árboles -eso hiciste bien- aunque nunca olvidaste la primera de tus erecciones: maría de 5 años muerta de miedo encerrada contigo en un gran ropero como en las películas gringas donde todo se puede Tu debes haber tenido 6 porque recuerdas sin confusión el inicio del juego Luego los golpes que ponías con violencia sobre su cuerpo
La poesía, que no sirve para maldita sea la cosa, será después de todo la herramienta mortal con la que cuenta la voz para defenderse. ¿De quién o quiénes? Pues de la obra misma que va transformando al hombre que la construye. Toca entonces a la voz, luego de haber restaurado su propio cuerpo y memoria históricos, restaurar el cuerpo y memoria históricos de los otros, ya que sin los demás no hay existencia propia. La memoria colectiva se hincha aquí y tapona los cordones de las venas llenos de miedo. Crea un enramado. Quiero decir: la herida es siempre una incógnita irresuelta. Tanto como “interprete de sí mismo, o teórico de su mismidad” [4], la voz claramente expone el malestar al que se dirige:
estos son mis 650 músculos de acción involuntaria mis 250.000 plaquetas que taponan las heridas que evitan que sangre este es mi fanatismo equivocado con el que se descomponen los peces debajo de los muelles como perra materia mi monstruo helado arrastrándose en medio de la gente ovulando una ternura primitiva una señal de nacimiento en algún lado olvidado por los hombres este es mi señor mestizo: mi negro mi indio mi judío mi perfil como sable azotando el barro: su prótesis de maldad esto yo soy ahora: un escritor mediocre que ha debido suicidarse si le queda decenciacayo reventado por cadáveres que van adelgazando trago inevitable sembrado de cuchillos a las dos de la tarde ascensos y descensos de una bragueta para no observar cómo se me va escurriendo la vida bajo el pantalón miles de violentos chillidos de un violín multiplicándose en mis oídos cuando humeo en el cemento como un fantasma pierna artificial cautiva el agua sucia arrumbada o nacida de un hombre y una mujer latinoamericanos
Monsieur Monstruo (o Calibán o Cosa Obtusa como nombra Shakespeare al hombre nativo de este continente, en su obra la Tempestad) le ha denunciado a su propia voz que ella no forma parte únicamente de un estado mental de crisis, sino que toda su condición latinoamericana es la que se halla en un profundo estado de crisis. Entonces comprende la voz que lo que ha abierto, en su propio clamor, son los precipicios colectivos que deberá primero exponer, reescribir o reparar, para poder darle calma a ese nido de dudas y enfrentamientos, de idiosincrasias y saberes, que es América en su acuario de raíces.
Los diarios sumergidos de Calibán (plaquette, Conaculta, México D.F., 2009 [fragmentos]/Doble Rostro, Quito, 2011 [Libro I]) representará, dentro de la obra, la recuperación de nuestro pasado, la fabricación de nuestro presente, la mitificación de nuestro futuro, así como la unificación temblorosa de nuestro continente. Este libro empieza un mes antes de la llegada de los españoles a nuestras tierras, con un texto titulado Septiembre de 1492 y concluye en el siglo XXI. Se trata de un nudo hecho de micro historias narradas por Calibán que viajan en tiempos distintos. Donde por momentos quise fundir los tiempos, a pesar de su división por siglos. Quiero decir, dentro del siglo XV, aparece de pronto una discusión en una clase de historia del siglo XX, interrumpiendo espectralmente el diario de Calibán. Algo de rapidez en constante fragmentación tiene este libro. Además debí planear la construcción de la voz de Calibán, un personaje de ficción que englobe una conciencia nativo-americana llena de desparpajo, a veces de ironía y otras de una profunda tristeza. Sexualmente ambiguo, Calibán es todo lo monstruo, travesti, azul, negro, protoplasma y galáctico que nos conforma. Armado con intensas vibraciones: un poema-película en tono salvaje y fantasmagórico [5]. Libro donde no aparecerá la voz del autor sino hasta el siglo XIX:
DE COMO LEERSE A UNO MISMO SIGNIFICA LA VIDA. DIARIO DE CALIBÁN.- Ojos donde había cuervos tenemos ahora; y hubo en Nanú Burukú mucha modestia. Estos empedrados del diablo estos murallones eternos fueron reales aldabas para la identidad posmoderna. Éramos miles y miles de fragmentos de pensamiento detrás del Porvenir volándonos en llamas hacia otra página en blanco. Éramos la fiesta rosa de un penacho en Marilyn, entre las manos desilusionadas pero llenas de metralla del Che Guevara. Donde sueñan los embajadores, y soñarán los obreros dentro de las cañerías del mundo, contar cómo se pudren los ríos metidos en la boca. Aquí, donde raya la perfección de este anonimato, un pájaro que no vale nada zumba de nuevo. Evoca algún teatro entre los vientos del árbol para que lo que se aproxime no esté todo lleno de frutas como cadáveres pintados en las tejas de las Casas de Gobierno. Vale retrocedernos para decir que lo que aquí odié fue conocer arañas y crepúsculos restregándose sobre el codo de los cielos, mañanas enteras. Deudas familiares y larguísimas borracheras e infinitas tristezas, atado entre mis sábanas, como un Runa todo pelado en ascenso perdido, hecho un saco de alcohol, cascado por los muelles. Valga retorcimientos para jurar que aquí odié conocer las artes barroquísimas de la neo-política, el Psicoanálisis que tiene un Pescado en la Mano, y millones de cuerpos crujiendo en carruajes sicodélicos como en las costillas de otro Diablo sin calabazas. Sueña entonces con un ballet de colibríes entre las crestas más sucias de este caballo siniestro que es mi poema; porque lo que nunca me hicieron conocer fue de conquistas reales, de tener mi casa pagada y sin pagar, de saber guardar mi hombre y mi mujer sin ver el miedo temblando –un patito agitado sobre esa piel de la piedra de los fondeaderos- o esa tortura hipócrita y catolicista de mojarnos las axilas con el limón humano; porque esto es sicológico, oh buitre de la sensatez oh sirena perdida de la ganancia en carroña oh Colón orinando sobre el Congo ensangrentado por tu canto pequeño, quiero decir: mi condición es enteramente sicológica: este sentirme tan mal conmigo mismo, este no poder avanzar sin querer destruir lo que me ama, este no querer avanzar sin querer esconderme de lo que me alegra, este vivir con la confusión de no saber amarme. Toda una escuela de brújulas y sentimientos ubicados como fichas de cartón sobre un tablero de guerra.
(Luego empezaríamos entre nosotros,
hijos de Nanú Burukú,
hermanos de esta leyenda súper hechizada,
a matarnos por definir esas fronteras.)
DE COMO ESCRIBIR UN POEMA SIGNIFICA LA MUERTE. DIARIO DE CARRIøN.-Los poetas discuten sobre si debe ser la palabra mirlo o la palabra alondra la que termine decorando este poema. Y es verdad que todos utilizan las palabras mirlo y alondra y jamás han visto un mirlo o una alondra. Otros poetas han decidido incorporar entre sus versos anuncios de repetición portátil, los encabezados del New York Times, publicidad cancerosa y lo que sucede con la ciencia, a través de la materia de programas adelgazados en Discovery Channel. La ciencia no ayuda al poema si ha perdido su razón al ser escrito. Alguien motiva a alguien a elaborar un libro que hable de la manera en la que debe elaborarse un libro. Todo es mentira. Hay una máquina de vapor detrás de sus miradas donde ya no hay esa búsqueda de la verdad sobre el instinto. He visto a mis amigos perder el corazón en sus poemas. Yo soy estos poemas. Y esta es su mentira.
5. El Psicoanálisis tiene un Pescado en la Mano
Sé que imponerse un proyecto solamente puede significar el fracaso del mismo, tomando en consideración las transformaciones vitales, tanto del individuo como del texto, con el paso del tiempo. “Definir es cenizar” dijo Lezama Lima. Sin embargo, pudiendo pecar de testarudo, de abrazar mis contradicciones o de simplemente caer en incoherencias, considero que Yo (si existo en tal pronombre) camino en un sentido invertido hacia la vida.
Viajo hacia la vida de la mano de mi obra que viaja hacia su muerte. Viajo hacia la unión de mi nombre con mi obra. Voy hacia el vacío. Hacia la totalidad insostenible [6].
Los duelos de Una Cabeza sin Mundo concluye con el libro Proyecto de Demolición: Promesa de territorio*, libro inédito donde lo único que me animo a decir es que la voz se halla en un espacio de diálogo entre otras identidades de la misma, formando esa posibilidad de uno en todos y todos en uno. Se derriba finalmente la propuesta de Fundación de la niebla (que iniciara este quinteto): 1+1=1 y se abre el camino hacia la vida llena de todos: 1+1=∞. Final de un viaje que implica indudablemente el inicio de otro. Sanación y Rebeldía por venir. Lo cierto es que el Psicoanálisis tiene un Pescado en la Mano y ese es el hombre; y que quizás todo este trabajo deba verse mejor como caligrafía muerta y materia acaracolada sobre sí misma. Nunca nació para llamarse poesía. No morirá tampoco como un libro de versos. Siempre será una literatura menor en concordancia con su origen verdadero: la posibilidad de integrar a un individuo dentro de mi psiquis.
A diferencia de lo que sobreviene en La muerte de Caín, en Los duelos de Una Cabeza sin Mundo (en el nombre del Padre), sí hay reposo. Reconcilio y pradera donde apoyar los brazos. Hubo antes un enfermo hablando de mentiras pero hoy es transparencia. Descubre su espacio vital. Atrapa su evolución. Viaja desde el ojo hacia una estrella donde nazca la Vida como El Arte. Y eso es lo que espero que suceda en 18 Scorpii, libro que debe ser escrito, como todos los demás, cuando encuentre su momento. Texto donde se reestructure desde la rebeldía un canto hacia el Futuro.
Santiago de Guayaquil, julio de 2011
* El Vacíø de mi nombre fue un texto elaborado para el Encuentro de Literatura Ecuatoriana Alfonso Carrasco Vintimilla (2008) que tuvo como temática principal las poéticas de los autores. En esta segunda parte consta lo que debió recortarse entonces por su extensión, más anotaciones realizadas durante este año.
[4] Juan José Rodríguez, Sobre Monsieur o la importancia de llamarse Ernesto, prólogo a Monsieur Monstruo, 2009.
[5] Yaxkin Melchy, comentario cuarta de forros, Los diarios sumergidos de Calibán, 2010.
[6] Edmond Jabés, El libro de los márgenes I
* El título de este libro, que cierra Los Duelos de Una Cabeza sin Mundo, ha sido modificado a la fecha por el autor.