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Entrevista a Omar Lara

Revista TRILCE


Por Daniela Tapia
El Ermitaño, Nº5, noviembre de 2004

 

En el número 3 de El Ermitaño, incluimos una entrevista a Omar Lara, poeta nacido en Nueva Imperial y actualmente habitante de la ciudad de Concepción. En este número lo retomamos, por un hito importante en el contexto de las Revistas literarias chilenas, y es que la Revista Trilce, dirigida por él, celebra 40 años de publicación. Me dirijo a su librería, ubicada en calle Ongolmo a pocos pasos de la Universidad de Concepción, me encuentro con la grata sorpresa que en el local de al lado, existe el Centro Cultural Trilce, un espacio para exposiciones y talleres que espera acoger a quien se sienta motivado por las artes.

Me parece una celebración la apertura de este Centro Cultural, en el año de las 4 décadas de la revista del mismo nombre.

¿Cómo nace Trilce?
En 1963 llegué a Valdivia, año en que se publica mi primer librito de poesía, ARGUMENTO DEL DÍA. En Temuco, donde estudié durante dos años en una sede de la Universidad de Chile, existían algunas organizaciones de escritores, como el grupo PUELCHE, que programaban charlas y lecturas de poesía, hacían una revista y algunos de sus integrantes publicaban sus libros. Entre ellos, María Angélica Alfonso, Ligeía Balladares, Gustavo Adolfo Cáceres. En la misma Nueva Imperial, donde viví hasta los 18 o 19 años, fui testigo de esporádicas actividades lideradas por el Movimiento Juvencio Valle.

Nunca participé en ninguno de esos grupos, pero motivaron en mi la inquietud por un trabajo grupal, tanto que al año siguiente de mi llegada a Valdivia, 1964, regresé a la Universidad Austral, donde estudiaba castellano, dispuesto a formar el Grupo Trilce de Poesía. El nombre ya lo había decidido, conmovido por la lectura de la poesía de Vallejo. Así, el 25 de marzo de 1964, convoqué a una reunión en una sala de la Universidad Austral, en la Isla Teja, y le dimos el vamos al Grupo Trilce. En esa primera reunión participamos, además del suscrito, Enrique Valdés, Luis Zaror, Claudio Molina y Eduardo Hunter, todos estudiantes de la Universidad.

¿En sus inicios Trilce fue un grupo de poetas emergentes, o siempre se formó con la idea de hacer esta revista?
Trilce nació solamente para jugar un poco y no aburrirnos en el invierno valdiviano. Pero vino la revista, vinieron los encuentros, vinieron las publicaciones individuales y colectivas. Sólo vinieron, como el aire o la lluvia.

¿Cuál fue la importancia de la Revista Trilce?
En un muy breve balance podría señalar lo siguiente: fue un punto de encuentro de los jóvenes poetas Valdivianos de trilce entonces. Fue un espacio desde el cual pudimos difundir nuestro trabajo. Fue un lugar de diálogo entre nosotros mismos, los de Trilce, y desde ahí con los demás poetas del país y de otras latitudes, fundamentalmente argentinos y peruanos, en el conocimiento directo y personal y -a través de la revista- con escritores del continente y del mundo. Recordemos que era una época de grandes revistas latinoamericanas: a vuelo de pájaro menciono: El Escarabajo de Oro, El Lagrimal Trifulca y Cormorán y Delfín de Argentina; La Bufanda del Sol, de Ecuador; El Techo de la Ballena, de Venezuela; Amaru y Piélago, del Perú; El Corno Emplumado y El Pez y la Serpiente, de México; Casa de las Américas, El Caimán Barbudo y muchas otras, de Cuba. Existía entre nosotros una comunicación expresa o tácita, una fraternidad poética indudable. Otra experiencia no desdeñable son las traducciones alentadas por nuestra revista: poetas griegos, alemanes, norteamericanos, franceses. En algunos casos, presentados por primera vez al lector chileno.

Mostró también, nuestra acción trilceana, que la ignorada y lejana y a veces aún no descubierta, provincia chilena era capaz de potenciar una actividad cultural madura y trascendente.

Señalas a Trilce como un espacio de reunión, que de a poco fue tomando vida y cada vez se fue haciendo más potente, surgiendo de esta manera la revista y también los Encuentros Nacionales de Poesía. ¿En qué consistían estos?
El primero, en abril de 1965, llamado algo pomposamente PRIMER ENCUENTRO DE LA JOVEN POESÍA CHILENA, tuvo la particularidad de convocar a los poetas más importantes de la generación inmediatamente precedente. Fue así, un saludo y un homenaje a estos poetas, y una suerte de declaración de principios en la inauguración de nuestro trabajo con Trilce: somos parte de una tradición, creemos en esa tradición y he aquí que lo demostramos. Posición audaz, sin duda, en una disciplina en la que la ilusión es la de matar rápidamente a los padres y, si se puede, a los hermanos. De este modo no sólo llevamos a Valdivia a los poetas más vigentes y actuantes, como Jorge Teillier, Enrique Lihn, Efraín Barquero, sino que incorporamos a algunos nombres poco activos y, en algunos casos, casi inexistentes en el trajín poético del momento: Armando Uribe Arce, Armando Rubio, David Rosenmann Taub, este último muy oculto de las lides literarias, tanto que algunos dudaban de su existencia real y humana. Cada uno de ellos fue presentado por un crítico destacado del momento, entre ellos Luis Bocaz, Jaime Giordano, Jaime Concha. Los poetas, a su vez, leían trabajos inéditos. Hubo una intensa participación del público y los poetas de Trilce y otros invitados de nuestra generación, tuvimos una participación más bien discreta. El resultado de las lecturas fue publicado en un libro de Ediciones TRILCE, "POESÍA CHILENA 1960- 1965". Destaquemos que, a la sazón, era rector de la Universidad Austral, el brillante ensayista Félix Martínez Bonatti, que nos brindó un apoyo decisivo.

El SEGUNDO ENCUENTRO DE LA JOVEN POESÍA CHILENA se celebró en 1967, y allí sí que los poetas de Trilce y de nuestra generación llevamos la voz cantante. En una estructura que incluía la lectura de una Poética Personal, la presentación de poemas inéditos, y una apasionada discusión entre nosotros, y entre nosotros y el público, durante tres o cuatro días desnudamos con paciencia y rigor la realidad de nuestra poesía.

En 1972 propiciamos otro Encuentro, más abierto y multicultural: incluyó música, una exposición de poetas pintores (Enrique Lihn, Luis Oyarzún, entre otros) bajo el lema "OCHO AÑOS DE TRILCE".


ÉPOCAS DE TRILCE

La Primera Época de Trilce (1964-1973) es el tiempo luminoso de Valdivia, hasta 1973. Es la época de los Encuentros Nacionales de Poesía (1965, 1967, 1972), es la época de las utopías y de una profunda convicción de esperanza en el destino de nuestros pueblos. Es la época en que todo, todo era posible, incluido el dolor de las transitorias derrotas, todo era posible, menos el desencanto y el descreimiento. Trilce era Trilce y también su circunstancia, y esa circunstancia tenía que ver, en general, con la posibilidad cierta de construir un país a la altura de nuestros sueños; y en particular, con la creencia que esas pequeñas construcciones culturales tenían que ver, con el desplazamiento mayor de una sociedad en busca de sí misma, en busca de lo mejor de sí misma.

La Segunda Época, es la época de la derrota de esa utopía, la época de la búsqueda, esta vez de los sobrevivientes de ese sueño. De la re-articulación de un mapa que habían desarmado con la más abyecta de las crueldades. Es la época del exilio, en España, los años 1981 a 1983.

La Tercera Época, en Concepción desde 1996. Aún indefinible. ¿Qué época vivimos? Persistimos en el diálogo, en el encuentro... No somos optimistas, pero sí positivos. Casi todo nos dice no, pero insistimos. ¿Es eso ser positivo? A veces lo dudo, y me digo que es pura tozudez. Absurda tozudez. ¿O no?

¿Qué sucede con Trilce durante los años del exilio? ¿Se dejó de publicar por algún tiempo?
En el exilio Trilce sobrevivió apenas con la nostalgia y un nombre que de repente se hacía presente en la memoria de los poetas y escritores, y lectores chilenos. En ese largo tiempo hicimos tres números, pero nos escribíamos y participábamos en encuentros literarios o simplemente personales.

La revista, es de excelente calidad, tanto en su impresión, colorido y contenidos, por lo mismo pienso que debería ser difundida y distribuida de manera más masiva. ¿Sucede eso?
Eso de Distribuir es una palabra grande. Llega, sí, a numerosos sectores, siempre a caballo de la pura amistad.

¿Cómo llega un poeta joven a publicar en la revista TRILCE?
Más de cien poetas jóvenes han publicado en la Tercera Época de Trilce. ¿Cómo?, simplemente llegan.

Mencionaste anteriormente muchas revistas extranjeras, con las cuales mantenian contacto. Hoy con Internet, enterarse de lo que sucede en otros lugares es es algo inmediato, cómo sucedía entonces cuando las telecomunicaciones no tenían el actual grado de avance, para mantenerse al tanto oportunamente de lo que estaba sucediendo en materia de publicaciones literarias
Lo de los tiempos es relativo, antes, en los bancos yo cambiaba un cheque en 10 minutos, 20 o 30. Ahora si el sistema "se cae" debo regresar al día siguiente. Igual con las revistas. Había muchas en el continente y las conocíamos a todas. ¿En cuánto tiempo? No importaba. Nadie andaba tan apurado.

¿A tu juicio por qué seguir editando revistas literarias en estos tiempos?
Es una pregunta que a veces me planteo y no siempre tengo una respuesta adecuada, a veces esa pregunta parte de más atrás aún. ¿Es qué tiene sentido un esfuerzo de esta naturaleza?

Te confieso que muchas veces me ronda la duda y me clava sus colmillos. En todo caso, el sentido de un proyecto como éste no se lo da quien lo sostiene y anima, ese es un proceso posterior, ocurre cuando alguien se acerca a la revista y descubre (o no) allí algo nuevo, que lo enriquece o modifica. Es lo que nos ocurrió con la lejana Trilce, y con los lejanos encuentros u otras actividades realizadas entonces. En aquel tiempo no podíamos prever la importancia de lo que hacíamos, tampoco importaba. Simplemente estábamos en algo que nos entretenía y nos hacía crecer. Lo mismo ocurre ahora. La revista nos permite el gesto de la amistad, del conocimiento y del reconocimiento. Y nos entretenemos y lo pasamos bien en ese encuentro y en ese diálogo. Mientras ello ocurra todo estará bien.

¿Cuál es tu visión de la literatura chilena?
Pienso que en la literatura chilena predominan dos grandes bloques, uno está constituido por aquellos escritores que, con paciencia y rigor, ordenan construyen y perfeccionan un proyecto de escritura. En el otro bloque, estan aquellos que elaboran sus productos para un mercado placentero pero inocuo y pasajero; o que escriben y viven en función de premios y concursos. No está mal obtener un premio; no está bien -creo yo- escribir y vivir en función de ello.

¿Quiénes han sido las personas imprescindibles para Trilce?
Tal vez habría que preguntarse ¿ha sido Trilce imprescindible para alguien? Tal vez para nadie. Imprescindible es una palabra demasiado grande. Aunque para mí, si ha sido imprescindible.


 

 

 

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Entrevista a Omar Lara.
Revista TRILCE.
Por Daniela Tapia,
Fuente: El Ermitaño, Nº5,
noviembre de 2004.