
        Füchse  von Llafenko (Edit. Los  puños de la paloma, julio 2008, Argentina)
          De Gloria  Dünkler (Pucón, 1977)
          -Premio  Edición Certamen Internacional de Poesía Los puños de paloma, 2008-
        Por Ernesto González Barnert
        
          “Füchse von Llafenko” es vacuna contra la  gripe cultural y mental del chileno y latinoamericano. Es gesta, arte de la  sobrevivencia, poesía que pone en su lugar nuestra historia. Es periplo y  asentamiento, fragua y desmalezamiento, vigor y quebranto de la colonización  alemana, de sus proezas y miserias al instalarse en la frontera, es el canto  descantado,  orgulloso y humilde –ese  jekyll y hyde- de la estirpe germana labrándose un futuro en esta finis terrae,  uniendo sus raíces con las raíces y ramas de un país en forja, en eterna forja  hasta hoy. Es también un libro de amor y, por lo tanto, de mestizaje, de  fundición, de reacomodamiento de fuerzas y espíritus, cantos y lenguas por  necesidad y con urgencia, desesperación. Es un libro de preñez, entre los que  no resistieron, los que no encajaron, esos duros hijos del rigor y la escasez,  siempre al borde la miseria y la zozobra por clima o incendio, hijos que  soñaron un regreso que ya nos les pertenecía y partieron a una guerra por un  régimen deplorable. Y de los muchos colonos que codo a codo con el mapuche  conversaron en sus lenguas –antes que el castellano- y las fundieron para  trabajar por sus familias y su sangre. Obviamente el alemán con la ventaja de  un país arribista y clasista, condescendiente al menos de mirada con la llegada  del forastero blanco, no así para con el pueblo que apenas sometido por  tramposa y cruel guerra habitaba la zona desde siglos antes, y que lo hizo sin  deformar ni arrasar su madre tierra. 
        Por consiguiente, ahora que no hay mucho  palo y sí varillita de moda, cosmetizada, cortando el aire, es bueno percatarse  de estos palos a la cabeza, que son libros no para llenar anaqueles o sonar  solícitos a los clichés y convenciones superfluas del día a día, a la moda. Sino  para enderezar la mirada, nuestra dimensión pública, es decir, de qué modo las experiencias y razones de  uno pasan a formar parte de razones y sinrazones ajenas y cómo, se quiera o no,  ayudan a componer o fijar ese espacio mental y hasta ético que es la  sensibilidad de una época –tal como dice Rafael Chirbes-.
        Por eso y tanto más, te induzco a leer  este libro lleno de textos con un sentido redondo de principio a fin, que no  pierden  la intuición del ave que remonta  o se escabulle por cielo. Nos obliga de  paso a replantearnos el valor de muchas escritoras ya no tan jóvenes  escudadas en el género y largas ristras físico sexuales, en tantos libros de  trinchera cuando la guerra esta a kilómetros de distancia, a la intemperie;  éste libro brillante lo constata.