
        
        Entrevista a Giovanni Astengo Martin
        Por Ernesto González Barnert
        
        
        
          
            III
            La lengua dista mucho  de ser órgano de consumo
              –de hecho las  prostitutas no besan–
              la lengua reviste un  bien raíz devaluado
              una verdadera lengua  entra húmeda a otra boca
              y sale verdaderamente  seca como un reptil.
              Ora/ versifica/ habla  en quiebros la pedestre
              Lengua viva o muerta.
              / Pero el beso es otra  cosa:
              El beso asume un  lenguaje de ciegos
              / Palpando apenas la  oscuridad que somos.
              (De Cuartos de motel)
          
        
        Algo  de uno se queda en estos versos. Y tantos otros de Giovanni Astengo (1972, Stgo)  que nos ciñen de manera suave y decisiva. Se paladean sin forzar. Ganan la  palma. Y como tal obligan a que descubramos un sombreado recodo en el sendero y  escuchemos a este poeta lanzar los dados sobre nuestro cuestionario, imponernos  su jugada constante y cardinal. 
        - ¿A qué distancia del paraíso te encuentras?
  “Los caballeros siempre vuelven al oasis”es el título de un libro del  olvidado poeta
  Julio Molina, texto que se sumó a la mítica y bella  colección de bolsillo “El viento
  en la llama” donde publicó entre otros Juvencio Valle,  Teofilo Cid y Jorge Teillier.
  Hoy me siento  en la fisura, en el límite de un barrio “bueno” y uno “malo”, hay algo 
  que siempre está en tensión, en los bordes; soy como  algún personaje de
  una novela de Henry Miller, esa forma de vida algo  marginal, en el exceso pero
  donde siempre hay un gesto nimio que los puede salvar  y redimirse con ellos mismos
  en ningún caso con la sociedad.
  Volviendo al Oasis de Molina y si he citado ese
  nombre es porque intuyo cierta sincronía, y lo intuye  también la génesis bíblica,
  por eso el  paraíso está siempre al comienzo como regalo o don que se te dará si tomas el
  camino de la “virtud”, siguiendo ese argumento y  después de vivir “temporadas
  en el infierno” y “Paraísos artificiales” y no tanto,  como ser padre y ser poeta,
  No obstante, al  final del día como Dante espero ver eso informe parecido a Dios  
  donde en mi  caso me esperará mi infancia tal y como la dejé antes de perder
  la ingenuidad. Por esta razón en un texto de mi libro  “La morada irreal” insisto 
  con bastante recurrencia a esta idea: “Los niños que  algún día seremos”.
  Respuesta alternativa: Hasta que la Femme fatal nos separe…  
        -¿Qué cosas empujaron o marcaron tu decisión de ser poeta?
            Tengo la imagen de mi padre en verano leyendo todos los libros que  no se había
            leído en todo el año por las cuarenta horas semanales. Esa  atmósfera fue decidora,
            sin embargo, creo que el camino del rock me llevó a la poesía en  mi infancia, 
            quería ser rockero y como no sabía nada de música- mientras  tanto-  ensayaba letras
            que luego serían hits y poco a poco fui reconociendo en esas  letras algo muy diferen-
            te a la siempre enmarcada y presionada lírica del rock y ahí  apareció Huidobro
            con su “Arte poética” y mi opción temprana de hacer de mi vida esa  suerte
            de mundo nuevo que me regalaba el poeta. 
            Por otra parte es la  dictadura  pero mirada desde un niño, me  asustaban
            Las zapatillas que oía correr por debajo de la puerta de mi casa y  luego sabía 
            Tronarían los bototos y las balas, las luces de los helicópteros y  ruidos infernales
            –como en el poema de  Polhammer- y en ese instante salió un poema epigramático
            (yo no Sabía eso) “Se  empañó el vidrio/ que da vida eterna a los niños”, antes de eso: 
            Rimas, métricas forzadas, intentos de letras de rock. Antes de  eso, en definitiva,
            La infancia.
        -¿Cómo es tu proceso escritural?
   Me  atrevería a decir que se divide en cuatro partes y en ciclos que se
  repiten cada año con cierta regularidad.
  A)Estado oficioso consciente:
  Tratar de tener una rutina diaria de al menos escribir un par de  horas
  para no perder el ritmo y no sentirse tan vago. De eso rara vez  queda algo
  en  un poema o un libro,  opera con  más eficacia como ejercicio,
   una suerte de  gimnasia literaria.
  b) Estado místico inconsciente (o el cotidiano trascendente):
  Se define solo por el hecho de vivir y experienciar, me recuerda  un verso 
  al comienzo del libro “No tocar” de Víctor Hugo Díaz: “Escribo  caminando
  para luego sentarme a corregir” Esa idea es potente y en mi es tal  y como lo define
  de manera genial Víctor. Qué es la literatura sino la sustenta la  experiencia y en 
  definitiva habitar tu vida y llenarla como llenas una hoja en  blanco con todo eso,
  claramente en este proceso hay momentos cotidianos ordinarios y  prosaicos, y otros 
  donde está la intuición actuando y atenta, captando como un lente  fotográfico
  el guión de tu vivir y como se condensa en el “alma” con una  multiplicidad de
   imágenes que más tarde  serán poemas.
  C) Estado epifánico o de catarsis:
  Es cuando se suelta el  gatillo de los dos estados anteriores y es una suerte de estallido
  donde la columna vertebral de un libro puede salir en tres días  sin dormir. Estoy embrujado,
  fuera del mundo.
  D) Estado activo consciente(O el rito):
  Es el estado donde se  ordenan las piezas del puzzle, ahí recién
  hay signos de comprensión  de lo que en realmente quieres convertir el caos.
  surgen las unidades de texto que van configurando cierta unidad  mayor –que
  no es forzada en ningún caso- Es el tiempo de trabajar con más  frecuencia,
  serenidad; es el tiempo de la corrección y de ciertos rituales  como encender
  un cigarrillo, tomarse una copa de vino blanco, un café y el sound  track
  de la rituálica que es el  jazz o música de Bach o las sonatas de piano de Beethoven
  tocadas por Claudio Arrau o  cualquier música incidental.   
  
  - ¿Para quién escribes?
  Yo  siento que uno escribe para sí en primera instancia, es una forma
  de satisfacer y cultivar el ego, pero en el fondo sientes la  presencia de
  la otredad, la imaginas o intuyes, como fantasma tras la puerta.  “Escribo, luego 
  el otro existe” a la manera de Lihn.
  Para reforzar esta sensación  la graficaré con un breve poema de mi
  segundo libro:
                          “Alguien, un otro,aguarda junto al fuego.
                          Otro, no se, alguien  espera bajo la lluvia.
                          Al  otro de ese alguien Al alguien de ese otro”
        -¿Qué autores o artistas marcan ese proceso?
             El cine de Wenders, Burton  y Krzysztof Kièslowski, la música en general y
            Del ámbito literario: Octavio Paz, Enrique Lihn, Holderlin, Rilke,
             Y tantos; la verdad que  todos los textos que he leído en mi vida, 
            Cada pintura, fotografía, paisaje, música y película
            se unen a este torrente, aquel “Mar de las palabras” como lo diría  Zurita. 
        -¿Cuáles son tus diez libros favoritos?
            1) La   Divina Comedia de Dante 2) Las Flores del mal de Baudelaire
             3) Una temporada en el  infierno de Rimbaud 4) Poesía completa (Vallejo)
            una edición peruana bellísíma. 5)Anabasis de Saint John Perse 6)  Altazor
            de Huidobro 7)Las elegías del Duino(traducción de Otto Door) 8) La  pieza oscura de Lihn
            9) Los dominios perdidos de Teillier y terminaré con cualquier  libro de George Trakl  
        -Me llama la atención que tu grupo literario y de amigos corra en  su propia línea sin decidirse a entroncarse de lleno a la línea más regular de  la literatura, siguiendo sus propios derroteros y búsquedas. ¿A qué atribuyes  eso o si realmente lo percibes así?
          No  quiero culpar a lo contextual ni menos que parezca una justificación a lo que
  Percibes muy bien. En mi caso –yo creo que cada uno de los poetas  que mencionaré
  Puede tener respuestas diferentes- yo venía de una escritura  solitaria, en el colegio ca-
  tólico mostrarme como poeta hubiese significado el rótulo de  “maricón”, solo a finales
  de la media lo hice público y hubo cierto respeto. No obstante, no  era un ambiente cul-
  tural, no había pares. En los noventa al ingresar a Pedagogía en  castellano viene el
  deslumbramiento al conocer a Salvador Gaete, Lautaro Pizarro y  Octavio Gallardo, los
  dos últimos venían ya de un ambiente de talleres en el liceo  Valentín, pero ahí sentí
  lo que era leer y escuchar a tremendas voces noveles. Es el  período donde lo epocal 
  post-dictadura produjo un estado de desencanto por todo y no  tomarse muy en serio
  porque los que vivimos el proceso político con cierta conciencia  optamos por el de-
  senfreno y la radicalidad en nuestros procesos personales y  sociales “La alegría”
  no era precisamente lo que ilusamente soñamos. A este pequeño  grupo se une Alejan-
  dro H. villagra que venía del Valentín y fue un proceso de ir  uniéndonos y organizar
  lecturas tanto en la universidad como en la ya mitificada casa de  la tía Juana, madre
  de Octavio donde los fines de semanas se iba a leer y beber en  excesos. Nuestros
  proyectos eran de poca visión y mucha desidia, y poco compromiso  con lo poético,
  de una forma u otra optábamos de forma radical por la poesía al  punto de abandonar
  la universidad pero por otra parte asumimos el anonimato y los  márgenes, y no
  como opción de rebeldía sino que en mucho de los casos desidia o  simplemente
  la ineficacia de gestión para   ingresar al mundito literario. Al mismo tiempo conocimos
  a  poetas de la generación  anterior que también venían de esta vía paralela
  a los circuitos: Horacio Eloy, Sergio Ojeda, Leo Lobos, Sergio  Rodriguez Savedra que estaban
  constituyendo el sello editorial “Santiago inédito” Sinceramente  creo que recién a finales
  de los noventa comenzamos a tomar el peso de nuestras opciones de  vida y tardíamen-
  te desde el 2000 hacia adelante comenzamos a publicar, primero yo  un librito
  y luego el 2004 Octavio con el gran y comentado libro “Octubre” de  ediciones
  Tácitas. Por otra parte el periódico “Carajo” (Aunque yo no formé  jamás
  Parte activamente) fueron hitos que fueron abriendo algunas  puertas a todos
  Los del grupo. Luego se suma el brillante poeta Alvaro Hernández,  más
  tarde Héctor Monsalve, que venía con el libro “poemas reclinables”  pero
  que después de eso como el mismo lo declara en una entrevista a  propósito
  de su vuelta a la literatura con el gran libro “Elena”(Uqbar,  2010) vivió
  más de una decada fuera de la poesía, siendo gerente de muchas  empresas,
  haciendo familia y ascendiendo economicamente sin embargo, tiene  su regreso triunfal, 
  está Max Fernández poeta que me asombra con sus “Asuntos  pendientes” y
  el inédito Alejandro H. Villagra con un canto de amor a una mujer  y a la ciudad
  de Cuzco “Qolla k’ara warmi” .
   De los que hemos publicado  siento una profunda admiración por la poesía de
  Salvador Gaete con su pequeñísimo libro “Isla desertores” que casi  obligamos
  junto a Octavio para que lo escribiera para la colección “Rieles”. 
  La poesía de Gaete es rutilante, intelectual, rítmica (muy oral)  y quizás
  tres poemas suyos son  absolutamente superiores a poetas que han
  publicado más de seis libros, en su caso es el poeta “genio”en  el  que hay que insistir
  y tener paciencia, de otro modo “Será leyenda” de igual forma.  Alvaro Hernández
   con su fineza en “Flor de  la penuria” es el arquitecto, el culto a lo estético, una flor
  rara creciendo en el eriazo: 
                         “  ¿Qué clase de flor o arbusto serías en botánica?
                            Loasa  Lingue   Rosal
                        ¿Qué  especie distinguiéndose al sol?
                        La  lupa del botánico
                       Aumenta los diseños
                      Que dios  o el azar
                     Le grabó  a la dulce añañuca
                    Como una  oda ciega
                                                    Entonces
                     De que me  sirve compararte
                     en el  viejo ejercicio del como
                   o a la  manera de y toda clase de artificios
                                                                   en un texto breve
                   Claro: son  signos de corto alcance
                       Un oscuro exergo destinado al  reglón.
  
  Creo que tanto yo,  Octavio(Octubre, Cordillera y especies en cautiverio”)
   y ahora Héctor estamos hace  un rato haciendo un camino más regular pero siempre 
  desde cierta distancia que nos permite también cierto resguardo  que no hemos buscado
  de forma intencional.
  Ahora cenamos o bebemos con  los poetas en la misma mesa.
  
  - ¿Cómo ves la poesía actual chilena? ¿Y dentro de ella a tu  promoción?
  En primer  lugar ¿Qué es la poesía actual? Pero prefiero no entrar en esa
  dinámica de discurso. Pero en general quisiera destacar el trabajo  de poetas
  y el buen ruido que hacen   voces que en lo particular me sorprenden, como
  también me asombra su eficacia de estar dentro del ambiente, me  enorgullecen
  poetas que no superan los treinta y otros que están en ese límite  y un poco más,
  Rafael Rubio, Formoso, Barnert, Starke, Gladys González, Marcela  Saldaño,
  la Amanda   Durán y muchos nombres que no retengo en este instante. No  obstante,debo
  responder y creo que de verdad la poesía chilena “actual”pasa por  un momento activo, donde
  ya sean “novísimos” o como se les   quiera rotular, creo que son estupendos funcionarios y
  buenos(as) poetas además, rol que mi promoción no es capaz de  asumir y menos podrían
  responder,  no por rebeldía  ni desencanto-sino como Bartebly(s) “Preferiría no hacerlo”.
  Lo que si me da un poco de espanto que cada cierto tiempo surgen o  hacen surgir
  Ciertos “fenómenos” de la actual poesía chilena, sobrevaloraciones  como fue en
  Su momento Germán Carrasco y ahora Héctor Hernández, ahí yo  respondo con un 
  “Caution”. No se debiera volver a la concepción de caudillos que  le ha hecho tan mal
  a la poesía chilena.
        - Tienes varios libros a tu haber ¿Qué significa cada uno? y ¿Cuál  es tu preferido y por qué?
        Me  obligas a leerme, acto que suelo evitar por pudor :
          Anteayeres (1999) Es un libro que tiene como gran mérito el  atreverse. Si bien
          no suelo ser certero con los títulos es un libro situado en cada  una de sus partes
          en algún lugar físico real (Coñaripe,Valparaíso, Upeo (Cerca de  Curicó) y Santiago. Desde
          ese habitar viajo hacia el ayer : La infancia y lo anterior  que bien describe Holderlin
          como un estado informe o onomatético. Es un libro, como casi todos  mis libros, de corte
          epigramático y absolutamente fragmentario en la construcción de  cada texto. En el 
          anecdotario es un libro que salió a luz sin que ninguno de mis  amigos poetas supiese,
          entonces no pasó el cedazo del trabajo taller. Un texto plagado de  erratas formales
          por la ingenuidad de confiar ciegamente en los diagramadores de  los talleres Lom,
          aparecen comas donde no habían, dedicatorias como títulos y faltas  de ortografías
          notables que no pude ver en su momento por la adrenalina.
          La morada irreal (2006, Alianza editorial Carajo- Mago editores,  colección Rieles)
          Es el libro que abré la colección de bolsillo y que fue un  homenaje a “Viento en la
          Llama” Después de mi texto sigue Zurita, Hernán Miranda,  Berenguer, Víctor Hugo
          Diaz, Sergio Ojeda, Horacio Eloy; mis amigos Octavio, Salvador,  Alvaro y ahora
           me enteré que Héctor  Hernández y una cantidad de nombres importantes.
          El libro es el resultado  de poemas construidos desde el año 2000 hasta el 2005, como
          además nuevos textos que se sumaron. El título es conocido tanto  por el libro de
          Basho como por “Morada irreal”(manuscritos) de Teillier y eso fue  absolutamente
          Pensado de esa manera como homenaje, pero además por mis lecturas  de aquella
          Época muy vinculadas al mundo Zen, a Francisco Varela y la poesía  oriental. Es un
          Libro epigramático y personal.
          Cuartos de motel (2008) Mago editores. Es un libro que en su  génesis surge de la
          pulsión donde en tres días casi sin dormir surge epifanicamente,  posterior a eso
          le doy la forma y surge el concepto de los “moteles” como seeting  o escenario para
          representar el mito de un Narciso contemporáneo de esa forma los  cuartos parejeros
          me servían por lo erótico y por la idea de un lugar de espejos  donde se mul-
          tiplica tu rostro y el cuerpo de las amantes y donde luego este  “hablante”
          Narciso golpea su rostro en los vidrios. Además es un libro con  frecuentes
          referencias al léxico freudiano como además a repeticiones  obsesivamente
          recurrentes como “Verbo y barro” “introyectar” “espejos” “labios
          que se besan a sí mismo”  va  desde el placer erótico hasta la muerte
           simbólica de este personaje  y la apuesta espera a un lector que  arme 
          el puzzle del entramado.
        Puzzles-libro.artefacto-(Ed. Cubo anatrópico, 2010) Abre una  colección
            de libros- objetos en forma de cubo rubik , de donde me desarmaron  textos
            de “Cuartos de motel” para armar este cubo que abre una  posibilidad “infinita”
            de multiplicidad de lecturas de mi poesía.
            De estos textos  mencionados asumo como favorito “La morada  irreal”solo
            por razones de índole emotiva.
            
            -¿Cuál es el poema o texto favorito de tu obra? 
  Es un poema de la “Morada irreal” que se llama  la silla, no creo que sea
  ni el mejor ni tampoco el  más deleznable, sin embargo, opto por él por la
  circunstancia escritural de lograr una conversación entre poesía y  otras
  artes (Tan poéticas como la poesía) El asunto es que observaba con  detención
  una reproducción de la pintura de Van Gogh “La silla de Gauguin” y  me conecté
  de una forma mística con las pinceladas y los detalles de esa obra  y se estableció 
  una exégesis, diálogo e interpretación inmediata. Logro que he  visto en Teillier 
  en su charla con la pintura “El poeta en el campo” de Chagall. Sin  más excusa:
                                                La  silla
                                          A quien espera esa silla,
                                          a quién sueñan los libros   a que  manos?
                                         Pasan los días y a los días solo lo alumbran dos velas.
                                         No vendrá Gougin y a cambio de él
                                       Los cuervos silentes auguran
                                        Algo de eternidad en los fragmentos y detalles,
                                       Donde quisiera estar soñando
                                       Sentado sobre una espera:
                                      En  la visión de las visiones.
                                    
  - ¿Qué libros nunca has podido terminar de leer?
  Nunca  he podido leer y siquiera ver las películas sobre
  El Señor de los anillos de   Tolkien, me duerme, me invade el sopor
   y el tedio a la segunda  página. “En busca del tiempo perdido”
  de M. Proust es un desafio,  traté y no hubo caso. No he podido leer
  ningún libro completo de Javier Bello ni Héctor Hernández (nada
  personal) Pero si me jacto de haber leído completo “Ulises” de  Joyce
  y solo porque significaba la mitad de un ramo en la  universidad.
        
          - ¿Cuál es para ti el gran libro olvidado de la poesía chilena?
           No se me viene un libro en  particular pero podría mencionar a
          a nuestros Fray luis(es) de León y Quevedos olvidados por el peso
          Nerudiano, Mistraliano etc.V. Domingo Silva,Magallanes Moure,
          Romeo Murga y Cruchaga Santa María. Citados al cansancio pero
           no leídos de verdad.
        - ¿Cuál fue el último libro de poesía chilena que leíste?
            Son dos y ambos de amigos  muy queridos “Elena” de Héctor
            Monsalve (Uqbar, 2010) y “Especies en cautiverio” de Octavio
            Gallardo(Alumbra, 2010). Ambos de una sutileza y trascendencia
            que me enorgullece y que  por otra parte me provocan algo de “sana envidia”
            que siempre termina por un  contagio del virus poético, me invitan 
            a enfocarme en mis trabajos y días. leer los poemas y libros
            de los amigos siempre es una provocación. 
        - ¿Qué libro estás leyendo ahora?
            Una biografía con fotos de Marx brothers que me regaló un amigo  para mi 
            Cumpleaños, Poesía escogida de George Trakl (Un homenaje desde  Chile)
        - ¿Quién te gustaría que recibiera el Premio Nacional de  Literatura?
            Oscar Hahn  por “Esta rosa  negra”, “Arte de morir”, “Mal de amor” etc,
            ha sido mi candidato desde hace mucho. No obstante, le hago  campaña al
            gran Hernán Miranda sin éxito aún. 
        - ¿Qué palabras le dirías a alguien que está comenzando en esto de  la poesía, alguien que ha decidido ser poeta?
          Lea!  Escriba! Viva su vida tal como la sueña y proyecta, y que lean las
          Bellísimas cartas de Rilke a un joven poeta. 
        - ¿Qué cosa últimamente te quita el sueño?
            El intercambio brutal de la  ola con la roca tienen su entendi-
            Miento- escribió el Nobel Dereck Walcott, el problema es como
            Resolverlo uno en su vida. El choque constante con la realidad
            Y la poesía.
        - ¿Qué te escandaliza?
            La memoria a corto plazo de Chile.
         -Y por  último ¿A qué le tienes miedo?
              A la caída