Pablo
Paredes
Por
Ernesto González Barnert
Pablo Paredes (Santiago, 1982) es un autor capital dentro del panorama
joven de Chile. Poeta que nos ha entregado textos realmente hermosísimos,
poemas -que en muchos de nosotros- estaban vivos, pero sólo
él pudo encontrar las palabras adecuadas para que salieran
a la superficie. Y hoy respirasen con nosotros, en nuestra memoria.
Modulados con esa voz tan característica de él y que
tantos elogios y aplausos le ha valido entre los que saben de poesía.
Sin duda, hay que leerlo ya. Por supuesto, también creo que
frente a esos sobresalientes textos y de los muchos más por
llegar, hay otros que pecan de extremar hasta el agotamiento el recurso
peter panesco, del interpelar cebollita. O caen algunas veces
en una decadencia estereotipada de la realidad, facilista, excesivamente
complaciente a los discursos contraculturales. Pero no importa, hasta
el bueno de Homero dormita. Y Paredes nos recuerda que esta noche
latina sólo se le sobrevive con ternura y siempre algo más.
- ¿Cómo llegaste a la poesía?
- Antes pensaba de otra manera, pero ahora creo que la
pobreza no es un espacio del todo trágico en la medida que
ciertos dispositivos se desclazan. Tener biblioteca en la casa fue
un evento casi mágico, más aún cuando hasta los
13 años jamás me detuve en ese mueble y me mantuve pegado
a una tele chica. Encontrar esos libros fue parte de una superación
súbita de la tontera, se cruzaron ciertos elementos que me
salvaron de hundirme en el charco de mi propia baba, porque mi situación
era grave: ni jugaba a la pelota, ni era buen alumno. Junto con los
libros de Esenin o Cardenal que me encontré en mi casa, aparecieron
los casets de Los Prisioneros que me prestaba el hermano menor de
mi mamá y con esa mezcla parece que me estalló la cabeza.
Como escribir era casi la única cosa que sabía hacer,
escribí.
- ¿Qué ha significado para
ti la Poesía?
- La venganza de Los Nerds. Alguna vez hablaba con unos amigos poetas
y en ese concepto nos estacionamos todos. Creo que esta podría
ser una transversalidad generacional o quizás hasta gremial.
Se trata de un pequeño poder en donde la alita rota se vuelve
la gracia que te aplauden. Es una salvación absolutamente trágica,
los dioses deben estar cagándose de la risa de las significaciones
que uno le da a la escritura.
- ¿Para quién escribes?
- Para gente que casi nunca entiende mis poemas y es raro
porque hay algunos que han dicho que me encuentran un populista..
O quizás uno escribe siempre no para los que lo leerán
sino para los otros, uno fantasea con ese otros, deposita ahí
enemigos, alianzas, lo que prefiera. Eso, parece que escribo para
mi abstracción del o lo enemigo.
- ¿Cuándo escribes necesitas
algo a tu alrededor, alguna cosa, haces algo en particular, etc?
- No, la cosa es tan simple como tener lápiz o computador.
Me gustan mucho los rituales pero, y no sé bien por qué,
los escriturales siempre me han parecido una mierda. Escribo en cualquier
lado y no por opción, sino porque siempre estoy en cualquier
lado.
- ¿Cómo es tu proceso escritural?
¿Cómo trabajas hasta concretar un poema?
- Puedo hablar mejor de un poemario entero, de un cuerpo,
en esa panorámica puedo hacer operar ciertos mandamientos autoimpuestos,
en la pequeñez de un poema me es más difícil.
Creo poco en la autonomía de un poema, el objetivo político
del poemario, debe ser el que determine la escritura de los textos.
Quizás algo común en lo hago es que soy vulgarmente
biográfico, eso me funciona como motor, pero eso le importa
a pocas personas aparte de a mi y a mi mamá.
- ¿Qué poetas, escritores,
artistas o experiencias han marcado tu cocina literaria y también
la propia vida?
- Por lo general la gente que quiero, dentro de la literatura
claro, son gente cuya escritura me ha golpeado como combo en la nariz
o como golpe militar. Sé que esto suena medio sospechoso y
lo es, pero creo profundamente en el pandillaje como posibilidad de
colectivización subversiva en oposición a la institución.
En esto de las pandillas hay compañeros de esquina con quienes
hemos vivido cosas muy lindas, hemos sido echados de lugares en la
medida que hemos intentado construir otros, me refiero a Gómez,
Hernández, Olavaria, Ruiz, Díaz e Ilabaca. O la gente
de Gran Avenida con quien uno parte de una misma trinchera. También
están aquellos, con lo que uno se distancia solo por años,
que han estado dispuestos a tener generosas conversaciones con uno,
como Cuevas, Berenguer o Zurita, por nombrar a algunos. Eso por la
poesía, aunque creo que si hay alguien que me ha marcado la
escritura sobre todo en la medida que me marcó el lugar político
es mi gran amigo y compañero en el Barros Borgoño, el
dramaturgo Javier Riveros.
- ¿Cómo ves la poesía
actual chilena?
- Me gusta que hayan muchos poetas malos y hablo de los
otros poetas malos, no de los que escriben mal. Hoy la maldad o esta
maldad autoral me parece dignificante, contestataria.
- ¿Y en ella a tu generación
con respecto a las anteriores?
- Yo no compro mucho estas parcelaciones etareas, prima mucho el número
del rut y hay poca noción histórica, es como convertir
a la adolescencia o a la vejez en una clase social. A mi me parece
mejor determinar quebrazones de país y ver quiénes están
al lado de los beneficiados y quiénes están al lado
de los dañados, ahí están las pandillas, esas
son la que importan, las generaciones, si no están profundamente
unidas en la gloria o la tragedia son solo una coincidencia
- ¿De qué forma los talleres
de poesía han sido un aporte en tu escritura?
- No sé mucho de talleres, sólo tengo dos experiencias,
un taller de Balmaceda al que solo fui un par de sesiones y en donde
Sanhueza se indignó porque dije que ya no se podían
escribir poemas de amor y llevé un ensayo justificando tal
brutalidad, fue divertido, yo creo que escribía tonteras porque
estaba enojado porque mi horario de clases no me dio para entrar al
de Redolés. El otro fue el de la fundación Neruda, el
primer día fue bonito porque me devolví a la casa con
Gladys (Gonzáles) y Diego (Ramírez), caminamos desde
La Chascona hasta Teatinos. Siempre lo realmente lindo y lo realmente
feo sucede en la periferia de las cosas, los centros son estéticamente
democratacristianos, un espanto, una fomedad. Era lindo terminar siempre
bailando en Dardignac con Pío Nono. Que los lunes, después
del taller Neruda, fueran fiesta, fue una caotización que supongo
se habrá traspasado algo a la escritura. Ahora estoy dando
un taller de Poesía en Balmaceda 1215 y lo estoy pasando muy
bien. También una vez dicté un taller en La Granja,
era para abuelitas, costó al principio, pero cuando llevé
a García Lorca comenzó el romance, las viejitas me querían
harto y yo a ellas, un par reescribieron unos poemas de una forma
tan bella y espeluznante que me convencí de que nunca había
leído bien Poeta en Nueva York. Ahora estoy dando un taller
de Poesía en Balmaceda 1215 y lo estoy pasando muy bien
- ¿De tu obra si tuvieses que elegir
un poema o fragmento...cuál?
- Hay una parte en "Frío en la Noche Latina"
que titulé los evangelios o la carne prometida, nadie se ha
detenido nunca mucho en ellos, casi nadie me los comentó. Después
pensé que la gente ha leído mucho menos de lo que cree
El Antiguo Testamento, entonces cualquier diálogo que uno plantee
con él se vuelve casi inaudible. Siento que ahí dije
algo interesante, pero claro la recomendación viene tan de
cerca que es mejor no tomarla en cuenta.
- ¿Qué libros nunca has podido
terminar de leer?
- Varios. Por ejemplo, me gusta mucho Saramago, me parece
un tipo muy inteligente y bastante amable al escribir, pero me ha
pasado con un par de libros de él que me he distraído
en la mitad y casi podría decir que los recuerdo con cariño,
pero que no los terminé. De todos modos pienso hacerlo alguna
vez.
- ¿Si no fueras escritor...qué
serías?
- Escritora.
- ¿Qué poeta chileno no volverás
a leer jamás?
- No leer jamás, eso es como de la inquisición,
a mi me gusta leer hasta a los despreciables, de hecho ando con ganas
de leer muchos más textos de los despreciables. Aunque esto
de los despreciables me cuesta desglosarlo y nominarlo, es que en
mi lista de despreciados hay como trescientos chilenos de otros rubros,
verdaderamente poderosos, antes de que aparezca el primer poeta
- ¿Cuál es para ti el gran
libro olvidado de la poesía chilena?
- Bastante olvidado me parece que está La leyenda
del Cristo Negro de Massis que es un libro espeluznantemente, rotundo.
Mahfud Massis, en general, me parece que es una autor, incomprensiblemente,
arrinconado en las bibliotecas y librerías nacionales.
- ¿Cuál fue el último
libro de poesía chilena que leíste?
- Lírica del edifico 201 de Pepe Cuevas. Lo pude
leer fresquito en Buenos Aires. Es un libro tristísimo, creo
que la revisión y proyección histórica que hace
Cuevas desde la tragedia del alcohol es muy muy lúcida
- ¿Qué libro estás
leyendo ahora?
- Comunidades Imaginadas, de Benedict Anderson que es un
antropólogo que hace un brutal acercamiento a los nacionalismos.
- ¿Qué piensas de los Premios
literarios?
- Pienso que los premios son fotos que responden a políticas
en donde se cruza el interés de la institución y el
de los jurados que determina la institución. Esto suena un
poco a teoría del complot, pero la verdad es que este cruce
de intereses a veces, creo, no se planifica mucho, yo no sé
qué tanto le importará a Capel y Chilectra el contenido
ideológico del poemario que gane su premio literario, lo que
le importa a la empresa es descontar impuestos, esto deja un cierto
margen de maniobrabilidad de los actores culturales dentro del neoliberalismo.
Pero la cosa se pone rara cuando quien premia es el Estado, es un
tema difícil, yo no lo tengo resuelto del todo, me piso la
cola, la pregunta de si es legitimo o no que un gobierno fomente financieramente
las artes en función a que estas artes aporten a la visión
país de la coalición gobernante, es una cuestión
que me quiebra la cabeza. Es que negar esta posibilidad es quizás
negar el carácter político del estado/gobierno y volverlo
un mero administrador. Sea como sea, es un cagazo, y lo poco que sé
es que no me sorprende ver cursar la construcción de hegemonías
discursivas desde el MINEDUC. Por el momento espero dos cosas, uno
que ojalá que los gobiernos no sean muy astutos ideológicamente
y uno pueda pasar algún gol y segundo que se afine la metodología
de selección aumentando los niveles de pertinencia.
- ¿Qué te parece este Chile
ad portas del Bicentenario? ¿Su política cultural para
con la Poesía?
- Siempre sospecho, que esto del bicentenario no es otra cosa que
la confirmación de que se entiende a Chile más como
una marca que como un país. Es una idiotez esto de querer superar
la pobreza porque cumplimos 200 años, una falta de respeto
y de sensibilidad. Nos están tratando como en kinder, es como
que te digan: tienes que lavarte los dientes porque los niños
grandes se lavan los dientes, y acá el tema es que si el país
no se lava los dientes se le pudre la boca, es que los dientes de
atrás están llenos de caries. Entonces se nos vende
comunicacionalmente que el 2010 habrá boca nueva pero lo cierto
es que es un blanqueamiento ordinario.
Con la poesía y el arte en general pasa lo mismo, yo no creo
que el avance del fomento de la cultura sea directamente proporcional
a como crece la cara de Neruda en las gigantografías oficiales.
Además insito, la pregunta es: fomento a qué poesía,
a qué arte?
- ¿Qué palabras le dirías
a alguien que está comenzando en esto de la poesía,
alguien que ha decidido ser poeta?
- Que hable con su mamá, no con sus amigos, ahí,
en su madre, están las respuestas, a veces ordenadas de manera
aberrante, pero de que están, están.
- ¿Cuáles son los 10 libros
que recomiendas leer?
- Es divertido esto de hacer un ranking, sé que
me voy a arrepentir.
La Leyenda del Cristo Negro, Mahfud Massis,
El evangelio según Jesucristo, José Saramago
Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll
Ternura, Gabriela Mistral
Lector in Fabula, Umberto Eco
La Escuela del Libertinaje, Marqués de Sade
La Nube en Pantalones, Mayakovski
Confesiones de un Granuja, Esenin
Cartas de la Tierra, Mark Twain
y El Antiguo Testamento
- ¿Qué te escandaliza?
- La Concertación. Y si me preguntas que me horroriza,
te diría La Derecha, creo que para mi esa es la diferencia
entre ambas coaliciones.
- Y por último ¿A que le tienes
miedo?
- A despertar un día en otra Clase Social y que me de vergüenza.