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Cul de sac (Pez Espiral, 2016),
de Ernesto González Barnert
Por Mauricio Torres Paredes, Víctor Hugo Díaz,
Pablo Fernández y Vicente Monroy
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Los recuerdos que trae una fotografía, trae Cul de sac, esa sensación de lo común para quien lo reconoce y lo hace suyo, la irreverencia lógica que está llena de imprecisiones, pero que para los recuerdos mantiene la plenitud de lo que somos o hemos sido. Cargado de época, este poemario de Ernesto González Barnert, nos muestra las actitudes de las personas que recorren una ciudad imprecisa, mal hecha, que necesita de la poesía para ser soportable, y así se construyen en una infinidad de imágenes e imaginarios que por momentos la hacen ver bella y Cul de sac se propone la tarea inmensa de maquillarla y no disfrazarla. Gran apuesta de editorial Pez Espiral con Ernesto, en este presente que busca reconocerse.
Mauricio Torres Paredes
Cul de sac es un poemario económico y sin aspavientos, pero lleno de observación y hoy. En lo personal no me gustan los chispazos y el humor liviano, como de los 70, pero esto es ironía y también tragedia, que es la condición esencial de la poesía.
Víctor Hugo Díaz
Cul de sac es una oda al detalle. Lo cotidiano de un objeto o de una experiencia, adquieren un valor único mediante la honestidad fotográfica de la voz poética, que juega como un niño para ubicar cada palabra con un estilo de aparente ingenuidad, compensado por una precisión quirúrgica admirable, iluminando los ojos lectores que transitan por un texto que sugiere y revela sin pretensiones el amor que Ernesto González Barnert siente por la poesía.
Pablo Fernández
Conocí a Ernesto en Argentina, precisamente el mismo día en que conocí su literatura. Quizás por eso no los diferencio. Fue en el festival de Poesía de Rosario en Argentina. De aquellos días juntos guardo dos recuerdos: En el primero estamos en un taxi cuatro de los escritores invitados: Pablo Katchadjian, Gerardo Grande, Ernesto y yo. Un argentino, un mexicano, un chileno y un español. Alguien dice que parece el principio de un chiste. El segundo recuerdo es de una fiesta a la que fuimos. Con estos dos recuerdos podría explicar Cul de sac: Por un lado, ese extraño encuentro entre voces dispersas, en un taxi en cualquier lugar que es la poesía de nuestro tiempo: dinámica, llena de cruces y conexiones, de versos casi como excusas para utilizar palabras de otros. Creo que nunca había leído un poemario donde predominaran con tanta fuerza las voces ajenas frente a la voz del poeta. Pero por otro lado, frente a esa dinámica tan de nuestra era digital, la gravedad en el fondo de todos los poemas, el deseo, la repetición de los gestos, alguna ilusión rota. Al final del día (o mejor de la noche) la triste realidad.
Vicente Monroy
Ernesto González Barnert