Conversamos con una de las voces centrales del panorama vivo de la poesía de Santa Cruz, Bolivia. Un poeta que trenza la tradición boliviana, su historia personal y búsqueda metafísica, en la tradición grecolatina y medieval [sobre todo del Trescento], con toda su carga simbólica y catártica. Un amasijo de alto lirismo con el que busca enriquecer desde América nuestro aporte y parte dentro de una latinidad común que sigue hoy teniendo algo que decir en nuestro tiempo para salvarlo o condenarlo en su ominosa deriva actual.
La lectura de la trilogía “Piedra sagrada” responde a esta consciencia de la piedra como vestigio sagrado de una senda hacia la luz –o del agua de la vida–, donde beber e iluminarnos es la tarea, la toma de sentido desde el corazón de Latinoamérica. Un viaje a través de símbolos e historias que funcionan como puentes de dialogo permanente donde nos espejeamos en alta definición de esa consciencia sagrada a flor de piel que es la llave de la poesía en el latido del ser, donde también “Nada hay más profundo que el silencio; ninguna puerta más hermosa que el vacío.”El poeta, narrador, traductor y ensayista, Gary Daher [31 de octubre de 1956, Bolivia] engloba esta persistencia en el oficio lírico bajo el mote: “Transciencial”. Vamos a oírlo.
—¿Qué te inspira a escribir poesía y cómo encuentras las ideas para tus poemas?
—Las maneras de escribir poesía mutan con los años. Hoy podría decir que lo que me mueve a escribir poesía deviene de una búsqueda que surgió cuando intenté descifrar La Comedia de Dante Alighieri, se acendró con el libro Voces de Porchia y se cristalizó con el estudio de Los Cantares de Pound. Todas las otras lecturas encuentran resonancia en estos espejos poéticos. Entonces en esa búsqueda la lámpara ilumina los resquicios para que se presenten ante mí los misterios que intento asir con poemas, con cantos, con ensayos, con las herramientas que pueda.
—¿Podrías describir tu proceso creativo al escribir un poema? ¿Tienes alguna rutina o ritual?
—Cuándo viene a mí el desafío de intentar aproximarme a un misterio, en ese viaje surge el arco, que abarca muchas veces desde las lejanas voces de la antigüedad o del medioevo hasta mi cotidianidad. Y ahí surgen los poemas que tratan de abrir esas puertas.
—¿Cómo manejas la relación entre la forma y el contenido en tus poemas? ¿Qué importancia le das a la estructura y al ritmo?
—La forma viene como resultado de la presión que se hace para abrir una puerta. Por ejemplo, durante mucho tiempo busqué encerrar en un ensayo el tema de lo sagrado. Escribí muchos borradores, sin éxito. Hasta que un día, bajo la ducha, la solución llegó con lo que yo llamo una pálea (lo que Porchia llama voces), que es un poema fragmentario que al no ser un aforismo, no se cierra, y al contrario se abre en múltiples direcciones. Entonces escribí:
La hormiga sube
la espalda de la estela:
Piedra sagrada.
Pero si lo que se necesita es dibujar un tema, para abrirlo uso el cantar, que puede estar hecho de una narración sobre la cual se cuelgan las indagaciones y las provocaciones, o, por el contrario se enlazan varias narraciones y/o cuadros que tratan de desgranar el tema.
En algún caso, se reduce a un viaje poético que hace de aldaba para golpear la puerta.
—¿Qué papel juegan las emociones en tu poesía? ¿Escribes más desde la experiencia personal o desde la observación externa, más allá del marco cultura grecolatino en lúdico trasvasije y trenza con la tradición boliviana y latinoamericana?
—La emoción resulta del encuentro del poema con la cosa. Allí sucede la emoción. Si no la encuentra, no hay emoción. Entonces solo es una catálisis.
En cuanto a la tradición boliviana, tengo diálogos con varias poéticas, Cerruto, Guerra, Wietüchter, Jaimes Freyre, Reynolds, y otros, acaso especialmente con la poesía de Saenz.
Pero mi poesía, especialmente en los últimos tiempos, dialoga con las páleas de Porchia, con el enorme monumento que es La Comedia, e intenta enlazar con la búsqueda poética de Pound. Porque estos autores son buscadores, son mineros, intentan desmoronar las paredes de las galerías de los antiguos mitos y las eternas preguntas existenciales con la dinamita de sus versos. Mientras a su vez estás galerías conducen a otras infinitas galerías hechas de sus lecturas, y así. Entonces se podría decir que escribo desde el diálogo con mis lecturas y desde la búsqueda que sigue a los poetas nombrados.
—¿Cómo influye tu entorno geográfico o cultural en tu obra poética, lo digo teniendo en cuenta tu raíz santa cruceña de la que eres parte?
—Mi experiencia personal tiene que ver con ambas partes, con el agua y con la piedra. Sin embargo, la fuerza telúrica de la selva, esa naturaleza que está siempre creando, es la más frecuentemente está presente. Gregorio Reynolds, poeta boliviano, me parece que dice:
en su perenne angurria de autofagia
la puérpera decae
pero enseguida vuelve a tener fuerzas,
pero enseguida sigue fecundándose.
Esa fuerza telúrica es la que está siempre presente cuando escribo y le da un modo, una manera de aproximarme.
—¿Hay algún tema recurrente en tu poesía que sientas que siempre vuelves a explorar?
—El tema recurrente tiene que ver con la fuerza de la energía creadora. Es un tema que de todas maneras está en mis textos, de manera evidente , aunque en otras ocasiones, se desliza subrepticia, pero creo que siempre busca estar presente en mis versos.
—¿Cómo defines tu voz poética y cómo ha evolucionado a lo largo de tu carrera?
—Mi voz poética ahora se puede decir que es transciencial. Lo que significa que está posicionada como una voz que intenta mostrar lo trascendente. Pues sépase que lo trascendente se estaciona en cada uno de los actos del hombre que busca consciencialmente estacionarse en el aquí y en el ahora, haciendo que la eternidad recaiga en el instante como rayo que ilumina los días.
Así, en el poema no debe ocurrir el juego sino la profundidad. Ese es mi desafío y en eso se resumen mis intentos.
Cuando recién empecé mis ejercicios poéticos, mis versos estaban muy cercanos al modernismo, aunque sí aliviados por una cotidianidad y una mayor libertad en la versificación. Luego tuve una segunda etapa de experimentación, muy especialmente cuando formamos el grupo "Club del Café o del Ajenjo" con los poetas Ariel Pérez y Juan Carlos Ramiro Quiroga. La tercera etapa buscó plasmar miradas y recuperar memorias, luego de la cual, se produjo la transformación que me trajo a la poética actual, que en su mayor parte permanece inédita.
—¿Qué poetas o escritores han tenido una influencia significativa en tu obra?
—Como creo que ya lo dije, repito, fueron Dante Alighieri, Antonio Porchia, Ezra Pound y Jaime Saenz.
—¿Qué opinas sobre la traducción de poesía? ¿Crees que se puede mantener la esencia de un poema en otro idioma?
—Soy traductor. Creo que la traducción es una lectura profunda, pero como toda lectura guarda el tono del traductor lector. Una buena traducción mantiene la esencia del poema, creando uno nuevo, un nuevo poema, que es esa misma esencia con nuevas alas.
—¿Cómo te enfrentas a la crítica literaria y cómo crees que ha influido en tu desarrollo como poeta?
—Algunos poetas y críticos han intentado aproximaciones, acaso más del lado formal, que de lo esencial. En ese sentido,
creo que no he tenido todavía una crítica que acompañe mis búsquedas, pero eso va a suceder cuando le toque. Toda obra tiene su tiempo de lectura. Cuánto más intensa es la búsqueda del poeta más posibilidades tiene de crítica.
—¿Cuál es tu relación con la poesía contemporánea de Bolivia y cómo te ves dentro del panorama poético actual?
—Creo que en Bolivia se está ejercitando una poesía de buen nivel. Pero es muy variado en líneas. Y por buenos intentos que se realicen, todavía no se ha ordenado la danza, cómo alguna vez quiso hacerlo Mónica Velasquez.
Actualmente siento que existe una corriente de lo transciencial, cómo es el caso de Ariel Pérez, poeta chileno que vive en Bolivia, o Gladis Mendía, poeta nacida en Venezuela que vive en Chile.
—Si tuvieras que elegir un solo poema tuyo que represente tu trabajo, ¿cuál sería y por qué?
—Tal vez "Cantares de Orga", que resume mi búsqueda transciencial.
POEMAS Viaje de Narciso. Piedra Sagrada. Madrid, España: Editorial Vitrubio
Carta al Padre
En la casa
los objetos huelen a excremento
de este modo
quién querrá quedarse.
Y si uno persistiera
vería con gran incomodidad
que los muebles están fuera de lugar
deshechos y pesados
las ventanas tapiadas
y la misma puerta desvencijada
impeliendo a salir en vez de entrar
pues la casa es un lugar de naufragio.
De ahí los grandes esfuerzos que se hacen
por quedarse a velar dentro de la casa
impertérrito
mientras las aves vuelan en el cielo
la hierba crece en el vergel
y la lluvia no deja de regar con su aliento de agua.
Por eso te escribo
para revelarte que poco a poco
voy limpiando de inmundicia
nuestra casa
a ver si así un día
-pienso también en el jardín
y en las semillas que sembraste-
habrá de estar dispuesta
engalanada y primorosa
con su alfombra persa
y su alcoba depurada
donde el incienso arda hermoso
y las rosas se abran rojas
esperando tu regreso
iluminado –lo sé bien-
por la bella disposición
que irán a tomar todas nuestras cosas.
Señales
En lo profundo de la selva
en la piedra que la maraña oculta
y los grillos y las inimaginables aves que dicen inimaginables trinos
en la oculta senda abierta bajo los enormes cacaotales
en los ojos
en los ojos de tus ojos más allá de tu mirada
donde mora el tigre
y espera su hambre
y tiemblas toda
apenas una gota de rocío en la hoja
es la señal del tiempo
cuando tu nombre y el mío se diluyan en la boca
y los latidos del corazón
y todas las manos se hagan una
y convoquen la alegría de la lluvia.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Entrevista al escritor boliviano Gary Daher:
“Nada hay más profundo que el silencio; ninguna puerta más hermosa que el vacío.”
Por Ernesto González Barnert