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        Con  metralla a una sandía en Sudamérica
            Yakuza de Francisco Ide Wolleter. Cinosargo, 2014
        Por Ernesto González Barnert
        
        
        
         
        
        
        
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        Con Yakuza (Ediciones Cinosargo, 2014) su primer libro, tras la plaquette Observatorio (2011) da en el corazón  mismo de lo que es la poesía, con gracia, porque dice lo que tiene decir de la  mejor manera en que es posible escribirlo, agraciado porque es natural. Así  arma un jaleo de amor y violencia más cerca de un circo mental que de un  teatro.
        El teatro es el  lugar donde actualmente se escribe la peor y la gran mayoría de la poesía chilena.  Un “teatro” en el que todo suele estar más anquilosado y protegido, en el que  campea lo políticamente correcto, el gesto obvio de los que se auto observan  héroes, valientes y profetas.  Aquí Ide  Wolleter –su lenguaje- es a todas luces acrobático, sin red de protección más  que el buen gusto y las ganas de no decir huevadas o pasarse de listo. Pone  escueto un dedo meñique en la mesa/sabe ser la sombra de su Yakuza, el otro. Y  ambos se inclinan para pasar la puerta del amor, respetan los códigos de sus oficios,  están condenados a no dejar de ser lo que son, aceptan su destino trágico, el  circo de la realidad, sus influencias audiovisuales y estereotipos con  nostalgia, el aura misteriosa que envuelven sus tareas y obsesiones, la soltura  inteligente de los que saben que puede herir y ser herido en un abrir y cerrar  de ojos, incluso en sueños. Esa amabilidad   y respeto que nunca pierde en medio de la violencia y el terror, esa  consecuencia algo ridícula y torpe para los tiempos de hoy con respecto a la  palabra dicha, a su fuerza conciente e inconciente, real o ficticia, la belleza  lateral del dolor y de lo que no perdurará después, por ejemplo, de darle con  metralla a una sandía en Sudamérica.
        No me cabe duda  de que la carpa que se montó Francisco Ide Wolleter, exuberante y caprichosa,  con decorado de fondo oriental en el centro de Chile para exorcizar una cuita  de amor, con amor y violencia, es uno de los poemarios brillantes y llenos de  vitalidad del 2014. Lo dejan en el podio de la poesía chilena aparecida en el  presente año. Ojalá abriendo el champagne o un León de Tarapacá. 
         
        
          
            INSTANT  KARMA 
            Un poeta coreano dice que todo poema
              es de amor y que
              no pensar en la muerte es 
              no apreciar la vida.
              Hay cosas por las que sería un goce y un  honor, morir.
            Tú eras un árbol delicado. 
              Era precioso ver la lluvia sobre tu pelo.
              Las gotas rodar sobre tu frente.
              Era la floración de la lluvia sobre tu  rostro, Yasunara.
              La sombra de la primavera frotándose  sobre tu piel
              como un felino.
            Yo me condenaría feliz a la rueda del  samsara 
              por ver tu rostro bajo la lluvia,  Yasunara Satori
              durante eones de tiempo
              aunque sea en la forma de un insecto o
              polvo de polen.
            Quizás un día reencarne 
              en agua y tú, también, agua; coincidimos
              nos mezclamos  /   partículas.
              Algo nos bebe, calmamos esa sed.
              O el sol, vapor (el sol nos bebe), lo que  sea.
              Una partícula.
              Yasu mía
              Satori mía.