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La vida, la muerte, la poesía
Por Ernesto Guajardo
Publicado en El Líder de San Antonio, lunes 1 de marzo de 2021, p. 11
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Sobre la literatura existen múltiples prejuicios, pero sobre la poesía estos constituyen un caudal. Uno de ellos es atribuirle determinados tonos, apacibles, bucólicos, amorosos, melancólicos. Atardeceres permanentes de sol, contemplados desde la orilla del mar.
Por suerte, la literatura es mucho más que eso, y la literatura referida a determinados territorios, a ciertas geografías, no se reduce a una descripción paisajística, a una representación de postal. Hablar de un territorio puede significar también, y la mayor de las veces, hablar de los habitantes de dicho espacio. En otras palabras, implica abordar la condición humana.
¿Recuerda usted el caso de Juanito Miranda, en San Antonio?
El 26 de septiembre de 2002, Juan Miranda Soto, de 12 años, fue asesinado por su padre, quien se negaba a pagar la pensión alimenticia. El hecho, que generó una natural conmoción entre los sanantoninos, no solo quedaría registrado en las páginas de la prensa.
Diez años después, el 23 de marzo de 2012, se presentó en el Departamento de Cultura de la Municipalidad de San Antonio la plaquette de poesía Caurito, de Juan Carlos del Río, poeta residente en el puerto desde 1998.
El poemario fue comentado por Marcelo Mellado y quien esto escribe, y fue impreso por la editorial Economías de Guerra.
Escribir poemas sobre un asesinato podría extrañar a más de alguien. Sin embargo, no es sino una de las expresiones palpables en donde la vida resiste a la muerte. De hecho, la propia materialidad de la plaquette lo atestigua: el uso de guillotina, corchetes, una impresora manual, da cuenta no solo de una opción técnica, sino que también evidencia una postura estética. Lejos de la ostentación y las certezas que pueden otorgar los financiamientos públicos o privados, Caurito enfrenta el espacio público, desde la precariedad técnica, para mostrar a su vez, otras carencias que nos rodean, mucho más decidoras, categóricamente más profundas; como se dijo en su momento, este poemario viene a mostrarnos el mundo de la “paternidad y del desamparo, del asesinato y la orfandad”.
Así, forma y fondo tienden a integrarse. Recordemos que la plaquette, en cuanto modalidad de publicación, nos acompaña desde su origen en Francia en el siglo XIX. Estos textos breves eran, al mismo tiempo, urgentes. Implicaban la imperiosa necesidad de establecer una comunicación posible. En este caso, nos permiten recordar un nombre y, con ello, alertarnos sobre lo que no debiera volver a ocurrir.
