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Ennio Moltedo, el poeta y el cronista porteño
Regreso al mar.
Poesía. Ediciones Universidad de Valparaíso, 2015, 288 páginas
La línea azul.
Crónicas. Ediciones Altazor, Valparaíso, 2014, 256 páginas
Por Mario Valdovinos
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio, 5 de abril de 2015
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Ennio Moltedo construyó su mundo literario con la poesía y la crónica, en ambos géneros tuvo como centro de gravedad a Valparaíso, porque desde sus orillas se puede ver el resto del mundo.
Joaquín Edwards Bello, maestro del género cronístico, decía que la crónica envejece con el día y con el amarillear del diario que la acoge como soporte. La línea azul comprende la producción en esta forma literaria del poeta porteño Ennio Moltedo. El volumen no señala las publicaciones ni las fechas en que tales escritos aparecieron. El equipo editorial del volumen prefirió dejarle al lector la data de cada escrito y la deducción del entorno en que las páginas fueron redactadas. Las crónicas surgen divididas en secciones temáticas: Lecturas y escrituras, Ser en palabras, Ciudades y viajes, Libros y bárbaros y Presentaciones de libros. Lo esencial, en todo caso, es que la palabra de Moltedo, autodesignado escritor sin fines de lucro, esquinudo y porteñista, atrapa en especial al lector que tenga vocación por Valparaíso. No hay en sus textos virulencia ni conformismo, no revolotea por los asuntos como un tábano; el género se presta para la ironía, para el humor, para la sátira, para el alfilerazo elegante y efectivo. Recursos que el autor utiliza en las temáticas escogidas, tanto en sus afanes cronísticos como líricos, que incluyen el día a día, la mano del tiempo, las costumbres individuales, los hábitos sociales, los personajes inolvidables, los rincones de Valparaíso, las siluetas, los espectros, los momentos (im)perfectos. ¡Vale decir, todo! Entrelíneas surgen los perfiles de María Luisa Bombal, por cuyo olvido protesta el cronista; de Carlos León, el autor de Las viejas amistades; del poeta Juan Luis Martínez; de Jorge Teillier, el lárico de quien Moltedo editó Para un pueblo fantasma; de Renzo Pecchenino, el dibujante Lukas. Moltedo era abogado, académico, editor, colaborador de Neruda en la traducción que este hizo de poetas rumanos; un profesional de la amistad y del decoro, de la ética y de la belleza. También una de las omniscientes sombras porteñas de las plazas Victoria, Echaurren y Aníbal Pinto; del café Riquet, del Samoiedo de Viña; de los bares Inglés y Liberty. Lo dice en su poema "He permanecido": Es esta la vida entre sombras y papeles; un encendido conversador y un conservador de la poesía que suscita el puerto, a la vez que un memorioso cronista que protestaba, con su pensamiento y sensibilidad puestos sobre el papel, acerca de la desaparición de los barrios, la inundación de la basura y de la fealdad; el predominio de la vida entendida como bostezo.
En la antología Regreso al mar aparece una línea horizontal en torno a los motivos líricos que Ennio Moltedo cultivó en los ocho libros de poesía confiados a las editoriales, desde Cuidadores, 1959, a Las cosas nuevas, 2011: la infancia, el amor, las vacaciones, la casa, los muelles, las aves marinas, los juegos, infantiles y adultos: "Y regresábamos a la casa arrastrando las armas de juego". Su poesía lo demuestra, fue un viajero inmóvil: "No viajaré a parte alguna, ya lo he dicho. Desde aquí veo más de lo necesario".
Sus poemas eran una forma de repartir cartas por los cerros del puerto, con destinatarios pero sin remitente, para gatos y asesinos, vientos y marejadas, mar y fuego. Redactó sus memorias bajo las formas de la poesía y de la crónica, con la armonía del ejercicio de la música, como el sonido de una orquesta de ciegos en el restaurante Cinzano, o, como dijera Cortázar en Rayuela : "La música, melancólico alimento para los que viven del amor".
Moltedo falleció en 2011, ahora están solos su corazón y el mar.