Anuncio de ciervos
Ubica la hija el cuerno
lo tañe distribuye peces en tono alto
el grave es mudo se desbarranca de sus axilas
muerto por caparazón muy blando u opaco
Palmas hace y continúa angurria revuelve
tórax alza penacho y la expulsa a bambúes
al aire escaso donde esperaba allá más
del claustro allá más de virtud en techo
y no emergían ni sus ojales
Ubica la que amanece el cuervo
lo blande y en lumbre nace su espada
en caótico cauce para extremar ovejas
o furor que desmenuce lo plano
De aquí para allá a cortar empieza
paredes vasos umbilicales cordones
de hojas atadas a nombres con amor
no manso Nuevas formas ebria imagina
de procrear ciervos: que la madre duerma
sin croar ni quebrarse por años:
que los hijos colgados no sean
en cruz ni pedidos: que esa vieja trama
renazca más cerca de libélulas o barro
Ubica la rauda el trueno lo acoge
se dedica a raspar y raspar con él
en lo seco hasta que avizora
incendios emanaciones sin letra
flores dobles: un río alzado en la voz que no cesa
Divagación ante el agua
Habrá que dejar crecer las manos
abandonarse en reposo ciego
para brotar la voz que descascare crustáceos
los nudos después de trillas casa primera
Habrá que esperar por cierta mirada de hoja
de Vid beber noche fuerte desprender agujas
Habrá que ahorcar la voz quemadura
habrá que atizar la flor que madura
saber atender si el bosque saluda
Recordatorio para un ciervo
saltando íbamos
cielo arriba en seducción
bajo cada suela una huella,
miles confirmaban la casa, nuestra boca
no; el azul calor se daba
que hace garabatear telas paredes medallas
y hundir la cabeza en pozo áureo
fortificados niños ojos de fanal,
nos decían, traídos para alzar
de bandeja —hipocampos? no!
la labor de la progenie la transparencia de la copa
lo laudable el temor a las fieras lo carnoso
pero de tumbo en tumbo nos fuimos
no vimos o vimos las bardas al atravesar la copa y el grito;
al amanecer tomamos té con delfines
riendo entre excrecencias fosforescentes
— recuerda, recuerda, siempre
tuvimos la piel de lo animal
Sueño de un hijo
Sube a un alto puente y mira los techos codearse
con la desnudez del cielo; es un paisaje tan celeste umbrío
que imagina se esparce un ángel.
—Todavía no sé si tengo el hijo, dice.
¿Qué hijo? En el sueño me daban el hijo en un cerro
en una aventura alpinista entre ramas copas densas caía
redondo rosado granada germen taurino auténtico —las píldoras
traicionaban entonces (a pesar de la marca) y los cerezos
volvían sus manos dulzonas en gesto de despedida
No sabía qué pérdida desde mi cuerpo emergía
de pronto venía el hijo como el nombre de un
dios cerrado o un indio coloso con el que solo se puede
hacer piruetas para no caer ante él; luego él lloraba
en mis brazos ¿¡Un indio coloso!? Sí, sobresalía él, pequeño
salvaje untuoso robusto en mi pecho
e iba hacia mariposa o marca glacial infinita
cargado a mí lo llevaba a mi oficio de espía de tramas y arbustos
Lo único que sabía era que él no era mío a leguas lo olía
aun así, depositaria de zumbidos secretos, de un boquete terroso fluctuante
me asumía, debido a un ser no.mío, siempre en el
sueño: él me devoraba una oreja lentamente con su boquita
en acción conjunta con la almohada
el colmo de lo extraño me venía el hijo, el no-hijo
…………………………………………—Todavía no sé
………………………………….si voló
Desembarco
Estamos en el ultimo peldaño hermano
decimos que lo estamos que hemos llegado
al último y que ahora solo nos queda erguir
la cabeza y resistir los embates de intemperie
pero que pasaría si hubiéramos cruzado recién
apenas lo primero? Me niego a poner cierre a las alturas
A bordo de tu nave no se puede distinguir la neblina
de posibles holocaustos A bordo tienes los mismos
enmarañados y miserables juguetes oscureciendo
los pasillos a veces quemándose en tus dedos
—y yo reculo: quiero la rosa para formar parte de ella
quiero el sonido granada que refracte médulas y cosas
apropiacion del mundo natural
Un horizonte: una mano
de tibieza en tibieza
la familia se hunde
se quiebra más allá de sí
mas allá del no o de los árboles
de acumulación en acumulación
de cartografías manchas hojas
la babel de ovillo imponente
resulta sueño polvo de ansias
de permanencia imposible aristas solo
de secretos en secretos (en la boca)
con rasgaduras tension volteretas
asoma pronto un horizonte (frío) una
mano (pez) que entra lúbrica ahí
donde dice prohibido volar (dispersar) las cimas
de palabras (icebergs / cielos, granos; icebergs) por las que atraviesas
de noche en noche (aciaga)
ella circula (reina) (sucia) coja
entre rotura y nado
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Nota: ¿Quien habla aquí? Ni la autora lo sabe
Diálogo de ciervos
¿Por qué el poeta quiere mirar
y tocar la palabra?
Jaime Saenz
. . . . . . . . . . . .por eso intocable que se aspira rozar
desde la acequia a la neblina que apacienta
el cuello del valle, saliendo de árbol cerrado
y no saliendo, eructando, entrando al baile
oceánico por su tersura abisal, por la traición
debida con las manos heladas, por eso velocísimo
translúcido genital sin dueño que no sabe de límites
. . . . . . . . . . . .por eso que restaña posee acusa
percute sume altera abrasa rechaza
en el hijo que vibra estatutos cuando
no hay mole que pegue — por los nacimientos
lumbres de ahogo planetas puentes
papiros que avizoramos
. . . . . . . . . . . por eso intocable — y pan de cada dia
M. TSVETÁIEVA
-R. M. RILKE
St. Gilles sur Vie
6 de Julio de 1926
Querido Rainer:
Goethe escribió en alguna parte que no se puede crear nada
extraordinario en lengua extranjera —y yo siempre creí que no
era verdad. (En general, en el sentido total, Goethe siempre tiene
razón y yo, seguramente soy injusta con él).
La poesía es una traducción de la lengua natal a otra —sea esta el
francés o el alemán, da lo mismo. Para el poeta no existe lengua
materna. Escribir versos significa traducir. Por eso no compren-
do
cuando se habla de poetas franceses o rusos u otros. E1 poeta
puede escribir en francés, pero no puede ser un poeta francés. Eso
es ridículo.
Yo no soy poeta rusa y me siento siempre desconcertada cuan-
do
me consideran tal o me llaman de tal modo. Te conviertes en
poeta (si acaso es posible convertirse en él, si no se es desde el
nacimiento), para no ser francés o ruso, para ser -todos. En otras
palabras: tú eres poeta porque no eres francés. La nacionalidad es
inclusión y exclusión. Orfeo hace estallar la nacionalidad o amplía
sus fronteras a tal punto que todos (los que han sido y los que son
hoy) puedan incluirse. ¡Orfeo no puede ser alemán! ¡Ni ruso! [...]
A1 oído de Marina Tsvetaieva
pliegues velados amordazados son
palabras veladas amordazadas que el oído transcribe
regresándolas al nomadismo la niebla para que rocen lo palpable vivible
una fuente cordón umbilical sonidos del apareo
tu oído es lo prodigioso: la sulamita soberana que dice
yo te reconquisto — te desnudo —
te hundo — te hago desaparecer
para que luego te veas ardas en todas las simientes
marina tu oído es el cuenco donde mis brazos se multiplican se desarman
bailan
.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . y te besan
OTRAS CARTAS DE CIERVOS A POETAS:
Esbozo de S. el Escarbador
Escarba
a cualquier hora,
ya lo roce lo liviano o áspero, con gallinas o lluvia,
apoyado en una estaca, registrando
las conversaciones hervidas en casa.
Escarbar es su oficio. Quisiera desenterrar
el contenido de cada escena con cortinas y barro. Un cierto contenido,
espeso.
Yo desentierro, te desentierro, los desentierro y los pinto,
parece decirme al mirarme escarbándome, aunque a sí mismo
no puede. No me hagas caso,
ese no es el punto, sino la historia
desde el otro ojo. Claro.
Cada vez que escribo siento que me acerco
a una puerta diáfana, a un estanque de agua —femenina—(?),
aunque luego. Deberías titular
el libro: la vida está oculta.
Balada de Sophie Podolski contra la desaparición
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . a Belano
No he desaparecido, estoy en un sueño
revestida por otro viento de sueño,
en el que no puedo fiarme de los nombres
de mi cuerpo ni de los días venideros.
Sigo ante lo errático y vivo
como ante una corrida de toros
en la que enarbolo y clavo una espada
infinitas veces contra lomos mudos,
esperando el ASALTO
convocándolo como a un ejército,
para que me estalle el ser
y me hablen el mezcal y los idos.
No he desapareddo, cavilo en mi cuarto, pájara curiosa,
sobre las ejecuciones del tiempo. No me protejo.
Enmascarados vibran afuera los siglos,
espías de mis vocablos sin regreso.
Nadie podrá componer a nadie,
ni como a un pergamino o pueblo de estrellas.
No he desapareddo, trazo con locura o pincel adolescente
dibujos de alacranes en la ventana, hago miles
sobre mi reflejo; invadido está mi pecho de una arena
como reloj en avanzado desierto.
En la floresta del traspasado
Nadie nombra el torbellino pero vos lo oís
más severo que trenes dirigiendo la vida hacia accidentes fijos.
Ves cómo aulla en el agua y vuela en el aire confinado de las casas de familia,
lo olés hasta la locura cuando te impiden dudar si sos vampiro o viuda.
Sabés que trabajás contra un ventarrón milenario y creídamente natural
que intenta juntar todas las partes a favor de la trascendencia
y sostener el bote que llaman Realidad.
Sentís a ese invento pesado como una guillotina
sin autor . . . sobre tu figura líquida . . . anónima
. . . astral
sin cabeza
. . . . . . ni centro o unidad . . . . . . (aunque con sombrero)
. . . por lo que giras a lo veloz inmóvil
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . al juego más serio más niño
donde una Iglesia se desmorona ante tu sombra
plural de desalmado incoherente vacío de corazón uní-
voco, sin un temperamento ni opinion al servicio del cliente.
Y así te vas, oscilante, enganchado entre las flores de la noche moderna.
Ahora sé que si viniera alguien a preguntarme que dice el poema
no haría más que oírte clara y oscuramente:
¡¿El poema?! Dice que es el poema y que H A B L A
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . y P A S A!